En 50 meses de Peña Nieto, los homicidios escalan a 90 mil 694; la estrategia fracasó, critican

Nacional
/ 13 marzo 2017

Ante los hechos, y la estadística, Peña Nieto carece de una estrategia para frenar los homicidios violentos en el País. La cifra de los ejecutados en 50 meses del Gobierno priísta equivale a más de la mitad de la población de San Cristóbal de las Casas en Chiapas. En el crecimiento de las estructuras criminales, y los enfrentamientos por el ilícito poder entre los cárteles de las drogas en México, está el origen de la cifra.

En el cierre de 2016, se incrementaron los homicidios de 22 por ciento, un incremento del 51 por ciento en ejecuciones del crimen organizado”.

CDMX.- La violencia y las muertes vinculadas a la impunidad del narcotráfico en el México gobernado por Enrique Peña Nieto, han roto sus propios records. Enero del 2017, ha sido el mes con más ejecutados en lo que va de su administración federal a partir de diciembre del 2012, 3 mil 7 muertos con violencia dan cuenta de ello.

Cuatro años de violencia que se extiende hacia el ocaso del sexenio priista.

El crecimiento de las estructuras del narcotráfico y el crimen organizado, el asentamiento de cárteles como Jalisco Nueva Generación en el norte del país, los enfrentamientos en el cártel de Sinaloa producto de la lucha por el ilícito poder ante la extradición de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, y una evidente incapacidad del Gobierno Federal para investigar, detener y desactivar estas bases criminales, entre otros factores que no funcionan al no existir una evidente política integral de combate a la inseguridad, dan como resultado 90 mil 649 ejecutados en 50 meses de Gobierno de Enrique Peña Nieto, de diciembre de 2012 a enero de 2017.

Incluso, hay Estados que pierden prácticamente el .08 por ciento de su población por los homicidios violentos al año. Es el caso de Colima, estado que tiene la tasa más alta de homicidios dolosos (81.17 por cada 100 mil habitantes en 2016).

Según los documentos oficiales y las bases de datos consultadas por Zeta, solo en enero del 2017 en México se registraron 3 mil 6 víctimas de homicidios dolosos. Es la misma cifra que reporta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública que depende de la Secretaría de Gobernación.

Los asesinatos en México han escalado prácticamente cada año del Gobierno del priista de Enrique Peña Nieto, incluso por encima de los documentados en el sexenio del ex presidente de la República de extracción panista y autor de la “guerra contra el narco”, Felipe Calderón Hinojosa.

Según bases de datos de la Secretaría de Gobernación, de Procuradurías de Justicia estatales y los reportes de defunciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en lo que va del  Gobierno –sin contar desaparecidos– suman 90 mil 694 muertes violentas, la mayoría relacionadas con el crimen organizado.

Es decir que juntando las cifras de muerte que han dejado los dos últimos sexenios, el vigente emanado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del anterior por el Partido Acción Nacional (PAN), México ha sufrido 212 mil 377 víctimas de la violencia y de la incompetencia gubernamental.

LOS ESTADOS MÁS VIOLENTOS

Este 2017 se celebrarán elecciones en cuatro estados de la República Mexicana, Estado de México, Nayarit, Coahuila, donde se renovará toda la estructura del Poder Ejecutivo y Legislativo, y Veracruz donde se elegirán alcaldes y diputados locales. Dos de esas entidades federativas están entre los diez más violentos de México.

Efectivamente, el Estado de México que gobierna el priista Eruviel Ávila, se coloca en la posición número 1 con 11 mil 604 ejecutados en 50 meses de Gobierno de Enrique Peña Nieto, mientras Veracruz donde es perseguido el ex Gobernador priísta, Javier Duarte de Ochoa, ocupa el número 7 con 4 mil 309 homicidios dolosos.

La tabla de los estados con mayor número de muertes violentas en los 50 meses de Gobierno de Enrique Peña Nieto, se integra así:

1.- Estado de México              11 mil 604 ejecuciones.

2.- Guerrero                               8 mil 986.

3.- Chihuahua                           7 mil 240.

4.- Jalisco                                  5 mil 292.

5.- Sinaloa                                4 mil 914.

6.- Ciudad de México               4 mil 629.

7.- Veracruz                              4 mil 309.

8.- Michoacán                           4 mil 259.

9.- Baja California                     3 mil 757.

10.- Guanajuato                        3 mil 680.

En el sexenio de Enrique Peña Nieto cada año la violencia reflejada en las víctimas mortales ha aumentado. Si la tendencia se mantiene, Peña dejará un país igual o un poco más ensangrentado que Calderón.

La estadística de ejecutados en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, se integra así:

< Diciembre 2012: Mil 999 ejecutados.

< 2013, 23 mil 63 víctimas.

< 2014, 20 mil 10.

< 2015, 20 mil 525 muertes violentas.

< 2016, 22 mil 935, ubicándolo como uno el año más violento de la era priista, a la fecha.

< Enero 2017, 3 mil 6 víctimas fatales.

Total: 90 mil 694 homicidios dolosos.

El secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública modificó su manera de documentar su información, hasta 2015, la dependencia únicamente cuantificaba los expedientes de los delitos, entre ellos los de homicidio, pero no por el número de víctimas. Había, por ejemplo, “multihomicidios” bajo un solo número de expediente.

A la fecha la información es un tanto más precisa, es alimentada por formatos homologados de las procuradurías estatales. Para dar una idea, en 2013, el Secretariado registró una incidencia de18 mil 332 carpetas de homicidios dolosos, mientras que Inegi dio cuenta de 23 mil 63 muertes provocadas por violencia. Lo mismo en 2014, cuando el primero documentó 15 mil 653 y el segundo 20 mil 10.

Aun así, que el Secretariado de la Segob proporciona datos a razón de víctimas, en  2015 solo cuantificaron 17 mil 28 mientras que Inegi arrojó 20 mil 525.

Al ser la entidad más poblada, el Estado de México siempre está a la cabeza de la lista de violencia. No por ello goza de buenos números. Guerrero, Veracruz y Michoacán independientemente de su población atraviesan crisis de seguridad e ingobernabilidad.

Jalisco, Baja California y Sinaloa siguen turnándose los primeros números de la tabla de muerte.

Sin embargo, cobra un real impacto cuando se calcula la tasa utilizada por los académicos y las dependencias gubernamentales que estudian la demografía, es decir, cuántos fenómenos ocurren por cada 100 mil habitantes.

Para ello, Zeta obtuvo las proyecciones de población del estudio realizado por Conapo (2017) Consejo Nacional de Población y los totales de homicidios por entidad.

La fórmula para calcular cifra es multiplicar la tasa de homicidios por el número total de homicidios, entre la población total, multiplicada por 100 mil. En seguida los resultados, donde Colima a pesar de tener solo 607 homicidios dolosos su poca población lo coloca como una de las zonas más violentas del país.

Le siguen, Guerrero, Sinaloa, Zacatecas y Baja California. Muy encima de Tamaulipas, Veracruz y Jalisco. Obteniendo una tasa de 18.57 homicidios por cada 100 mil habitantes en promedio en el país.

Aquí los estados con la mayor tasa de ejecutados por cada 100 mil habitantes.

Estado                         Gobernador

LA POLÍTICA DE CALDERÓN Y EPN ES LA MISMA

“Vamos a cumplir dos sexenios con una misma política que nos ha llevado a los peores números en materia de homicidios en la historia contemporánea de este país”, son las palabras de Ernesto López Portillo, consultor en Seguridad Ciudadana y Reforma Policial en la Ciudad de México.

El también fundador de la asociación civil Instituto para la Seguridad y Democracia, sostiene que la tendencia de violencia habla de un “riesgo de que México pase del umbral de violencia endémica y se vaya a un umbral más grave, que es de conflicto armado, como El Salvador”.

El especialista en instituciones policiales asegura que “El Estado mexicano no ha publicado ni dado a conocer alguna metodología con evidencia empírica sobre cómo reducir el homicidio”. En todo caso, el crecimiento o la disminución de las ejecuciones caminan independientemente de las acciones de Gobierno.

El académico advierte que México padece una violencia endémica en materia de homicidios de acuerdo con la clasificación de la Organización Mundial de la Salud, y no tenemos la medicina. Puede ser que la autoridad militar entienda de una manera, las Procuradurías lo entiendan de otro, la Policía de otra, pero nadie muestra metodología”.

El activista que lleva más de 20 años estudiando el fenómeno asegura que “la violencia homicida y lo que hace el Estado para enfrentarla, se mueven de manera independiente. No tenemos información de que la autoridad modifique el comportamiento de los homicidios”.

“En el cierre de 2016, se incrementaron los homicidios de 22 por ciento…un incremento del 51 por ciento en ejecuciones del crimen organizado”, explica Santiago Roel, directivo del proyecto Semáforo Delictivo, dedicado a estudiar el comportamiento de inseguridad en México.

“En Semáforo de Ejecuciones, publicamos un estudio de homicidios desde 1945 a la fecha, vemos que iba descendiendo la tasa de homicidio desde 1995, pero es en 2007 cuando arranca la Iniciativa Mérida y la guerra contra las drogas de Felipe Calderón, se dispara esto exponencialmente después de tres años. Para 2011, tocamos un récord de 24 homicidios por cada 100 mil habitantes, cuando habíamos logrado bajar hasta casi ocho”, analiza el académico.

Para el experto en el tema queda claro que la llamada guerra contra las drogas y la Iniciativa Mérida “nos ha incrementado toda la violencia en México”.

Sobre todo porque –abunda Santiago Roel– “cuando suben los homicidios, tienden a subir otros delitos de alto impacto y se conforma lo que llamamos la tormenta perfecta: el crimen organizado bien posicionado y las autoridades caen en la ley de plata o plomo”.

A decir del fundador de Semáforo Delictivo cuando divides ejecuciones del crimen organizado entre homicidios, en 2006 el 20 por ciento de los homicidios en México eran del crimen organizado, en tiempos de Calderón, en 2011, sube hasta un 74 por ciento, y en 2016 estima que un 60 por ciento, es decir, seis de cada diez ejecutados son por crimen organizado.

A decir de Roel: “la perspectiva de la nueva relación con Estados Unidos, que cada quien cuide sus fronteras y territorios, creo que es una oportunidad dorada para que México regule las drogas y termine la guerra contra las drogas, que solamente nos ha creado más violencia”.

El paso para la legalización daría la oportunidad de apagar las peleas violentas entre los cárteles: “las drogas no deben estar en manos de las mafias, el Estado es responsable por el manejo de las drogas, pero evade esta responsabilidad, crea este mercado negro muy lucrativo para las mafias, con las cuales nos hacen una guerra tremenda y algunos narcopolíticos se benefician de esto. No hay que olvidar que podrán atrapar capos y extraditarlos, pero el negocio y el mercado ahí está y ahí va a estar”.

En el mismo tema, explica que mientras Estados Unidos y Canadá siguen regulando el uso de la mariguana médica y recreativa, y así haciendo dinero, en México se sigue matando a miles de personas.

En sus palabras, el especialista en temas de seguridad pública, refiere que “el otro tema es la regulación del cultivo de amapola. Estados Unidos nos prohíbe que cultivemos amapola bajo el pretexto de que México es incapaz de controlar el cultivo de la amapola con fines médicos. Es muy cómoda su postura de decir que todo el problema que tiene Estados Unidos, lo causan los bad hombres, los mexicanos. No, es un mercado y su demanda está creciendo por razones económicas, familiares y sociales”.

Las entidades productoras “podrían ser estados ricos, vivos, en paz, con una gran capacidad de exportación de mariguana y del derivado de la amapola. No entiendo qué estamos esperando para defender los intereses de México y para encontrar la paz. Peña Nieto y su administración no están haciendo nada al respecto”, refiere.

Finalmente Roel concluye: “Peña está haciendo exactamente lo mismo que Calderón. No veo nada nuevo, me preocupa”.

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