En cuanto a la enseñanza, hay diferencias de fondo entre candidatos
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Rechaza AMLO recetas del FMI. Meade: apoyar a los maestros. Inglés para todos: Anaya
Mérida, Yuc. Los cuatro candidatos presidenciales confrontaron anoche sus posturas respecto del destino de la reforma laboral en materia educativa, fruto de este sexenio.
Mientras Andrés Manuel López Obrador postuló cancelar la esencia de la reforma, una receta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Ricardo Anaya consideró que debe mantenerse, sin castigar y hostigar a los maestros, y José Antonio Meade expuso que suprimirla sería con costo al futuro de nuestros hijos.
En su estilo, el independiente Jaime Rodríguez Calderón expresó que mejores resultados en la educación requieren que los padres dejen de ser alcahuetes con los hijos y regresarle el poder al maestro, porque ninguna reforma se puede imponer a chaleco.
Él mismo trajo a colación el episodio que descolocó a Anaya en el debate de Tijuana, y preguntó a López Obrador: ¿Qué traías en la cartera? ¿La trajiste? Irónico, el candidato de Juntos Haremos Historia, expresó: No la traje, por precaución.
Ricardo Anaya planteó continuar con la reforma en su parte correcta y afirmó que López Obrador ha pactado con Elba Esther Gordillo, mientras que José Antonio Meade rechazó que se pueda negociar con la coordinadora (Nacional de Trabajadores de la Educación), con los violentos que avientan piedras, impiden abrir negocios.
En diferentes tonos, Meade y Anaya sugirieron que la postura de López Obrador de cancelar la reforma tiene que ver con regresar, indicaron, el control de las plazas al magisterio disidente.
Pero el candidato de Juntos Haremos Historia declaró: El único que vende plazas es el secretario de Educación (Otto Granados Roldán), que vendió la plaza de toros cuando fue gobernador de Aguascalientes. ¡Ya basta!
En el momento en que Meade explicaba que se requiere modificar el modelo educativo para que los alumnos piensen y no memoricen, y que en su eventual gobierno no habrá rechazados de educación media superior y superior, los conductores del último debate cacharon a El Bronco en la trampa de consultar su teléfono móvil.
–Está prohibido usar celular –objetó Gabriela Warkentin.
–Sólo veía la hora –dijo el gobernador de Nuevo León con licencia.
Los conductores preguntaron a López Obrador qué implica cancelar la esencia de la reforma educativa. Y éste dijo: Que no haya represión al magisterio, que no se les humille. Se esmeraron en degradar a los maestros, en echarles la culpa del atraso educativo, una campaña de desprestigio al maestro. No se puede aplicar una reforma educativas sin ellos, que transmiten el conocimiento.