¿Es el café saludable?

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Demonizado por unos y alabado por otros, el café es una bebida compleja, que se bebe, se aprecia y se disfruta en todo el mundo
Por: OMNIA
Juan Revenga Frauca
El café es, después del agua, la bebida más consumida en el mundo.
Aunque las cifras varían según las fuentes de origen, los expertos calculan que diariamente se toman entre 1,600 y 2,000 millones de tazas al día. Que se dice pronto, pero es una cantidad enorme. Quizá sea ese el motivo por el cual el café y sus posibles efectos sobre la salud son constantemente fruto de investigaciones y estudios.
Como suele suceder en estos casos, lo peor para los consumidores de café es lo cambiante del mensaje, el hecho de que —tal y como diría un experto en el tema—, en la misma línea espacio-tiempo coexistan dos realidades opuestas; la primera animando al consumo por ser una bebida saludable, y la otra criminalizándolo por ser nocivo para la salud
Para comenzar, veamos qué sabe la ciencia sobre esta bebida, su compleja composición y la infinidad de variables que influyen en su procesado y elaboración.
Ciencia ligera
Desde los años ‘60s del siglo pasado, el café comenzó a ser penalizado por los defensores de la buena salud, después de que varios estudios lo relacionaron con su potencial para elevar la presión arterial.
Sin embargo, ese potencial —exclusivo de la cafeína—, es injusto ya que el café incluye más de mil componentes (pero no es una cualidad injusta ya que la cafeína es el componente más abundante de esa bebida).
Y en el sentido positivo, sobre la cafeína se han difundido diversas propiedades en función de la dosis. De hecho, el efecto más destacado y contrastado de la cafeína es el de estimular el sistema nervioso central e incrementar el estado de alerta.
Al mismo tiempo la cafeína relaja el músculo liso, estimula el músculo cardíaco y la diuresis, y parece ser útil en el tratamiento de algunos tipos de cefaleas o dolores de cabeza.
Más allá de la cafeína, el café también destaca por aportar sustancias que han sido relacionadas con cierta capacidad para inhibir el cáncer.
Pero al igual que con la cafeína, la presencia de esas sustancias va a depender de los numerosos factores que influyen en sus cualidades, entre ellas el origen del café, el procesado y la preparación.
Puntualizando
Ya sea por la cafeína o por la presencia de otras sustancias, el consumo de café se ha relacionado con una disminución del riesgo de varias patologías, entre ellas la diabetes tipo 2, la cirrosis, el cáncer de hígado, piedras en la vesícula y enfermedad de Párkinson.

En el otro lado, falta poner en claro si, en el caso de las mujeres embarazadas, la cafeína altera (reduce) el peso de los recién nacidos.
Con las evidencias que tenemos actualmente, dicen los expertos, no es posible asociar el café con problemas de salud concretos.
En primer lugar porque la idoneidad sobre el consumo de café debería personalizarse. Para que se entienda: no todas las personas reaccionan por igual ante cantidades similares de cafeína presentes en el café.
La ingesta de café, como el de cualquier otro alimento, ha de ser observado en su conjunto y teniendo en cuenta otras asociaciones relativas al consumo.
Por ejemplo, no se debe polemizar sobre si es más saludable tomar café o té, solo porque ambas bebidas contienen cafeína, ya que eso sería como comparar un Renault 5 con un Airbus A 380 por el hecho de que ambos tienen ruedas.
Para empezar, una taza de té tiene una décima parte de la cafeína de una taza de café (aunque ya hemos visto que esto puede ser muy relativo).
Ambas bebidas tienen infinidad de variantes y de compuestos diferentes.
Compuestos de los que se intuye que pueden tener un efecto fisiológico, pero de los cuales esos efectos no se conocen a ciencia cierta, ni tampoco se sabe si afectan a todos los consumidores por igual.

En síntesis
Si te preguntas cuanto café se toma en las diferentes regiones del mundo, se puede decir que hay tres tipos de cafeinómanos: los consumidores promedio, que ingieren unos 3 kg al año per cápita; y los consumidores de alto nivel entre los cuales dominan los países nórdicos, que ingieren un promedio de 9 kg per cápita al año.
El contenido de cafeína y de otros componentes del café se han puesto de relieve en diversas publicaciones, pero asociar esos componentes con los pros y los contras del café es tan difícil como acertar al Melate.
En los estudios se concluye que los cafés que se preparan y se sirven en los hogares y en diversas cafeterías contienen una cantidad de cafeína que oscila entre los 48 y los 317 miligramos (varía más de seis veces), mientras que en lo que se refiere a las sustancias polifenólicas la variación va de 6 a 188 miligramos (varía más de 31 veces).
No es de extrañar entonces, que los investiadores terminen afirmando que la variabilidad de sustancias presentes en una ‘taza de café’ es excepcionalmente alta debido a su origen, procesado, volumen servido y forma de preparación, razones por las cuales es imposible mantener mejor informados a los consumidores acerca del café que ingieren, por lo menos en base a su contenido de cafeína y compuestos fenólicos. (El autor de este artículo, Juan Revenga Frauca, es dietista, nutricionista, biólogo y toxicólogo.
LA CAFEÍNA
Al mismo tiempo que relaja el músculo liso, la cafeína estimula el músculo cardíaco y la diuresis, y parece ser útil en el tratamiento de algunos tipos de cefaleas o dolores de cabeza.
No existe ‘un solo café’
Las dos variedades de café (del género botánico Coffea) más conocidas del planeta, con independencia de su origen geográfico, suelen provenir de dos especies: Coffea robusta y Coffea arabica.
La primera especie, más común y económica, tiene cerca de tres veces más cafeína que la segunda, más selecta y en general más cara.
De hecho, cuando compramos café en el súper o cuando lo pedimos en la barra de un bar sin mayores pretensiones, en el 95% de las ocasiones se tratará de un café de la especie robusta y no vendrá destacado su origen. Si es arabica, lo más probable es que su origen esté indicado.
Que el café sea colado, preparado en cafetera o expreso, afectará no solo a su contenido en cafeína, si no el de sustancias de carácter polifenólico.
La cafeínay el cáncer
Más allá de la cafeína, el café también destaca por aportar sustancias que han sido relacionadas en algunos estudios con cierta capacidad para inhibir el cáncer.
EL DATO
Entre 1,600 y 2,000 millones de tazas de café se toman diariamente en todo el mundo
(© Ediciones El País, SL. Todos los derechos reservados)