Fue Sandro Boticelli un grande del Renacimiento italiano
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Eclipsado por las grandes figuras del siglo XVI italiano (Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel y Rafael), Botticelli permaneció ignorado durante siglos.
Sandro Botticelli (Alessandro di Mariano Filipepi, Florencia, 1445-1510) fue un pintor italiano que se inscribe en el grupo de artistas que rehuyó el realismo y se inclinó por un estilo basado en la delicadeza, la gracia y cierto sentimentalismo.
De acuerdo con el sitio web “Biografiasyvidas.com”, la trayectoria artística de Botticelli se inició con obras de temática religiosa, en particular con vírgenes que, como la “Virgen del Rosal”, denotan un gran vigor compositivo.
En 1470, cuando contaba ya con un taller propio, se introdujo en el círculo de los Médicis.
Para ese clan realizó sus obras más famosas, y un primo de Lorenzo el Magnífico, Pier Francesco de Médicis, le encargó la alegoría de “La primavera” y también, al parecer, “El nacimiento de Venus” y “Palas y el centauro”.
Realizar obras de gran formato ajenas a la temática religiosa fue toda una novedad en aquella época, lo cual tiene una explicación.
Se debió, seguramente, a la vinculación de su mecenas con la filosofía neoplatónica, cuyo carácter simbólico debían reproducir las obras encargadas.
De ellas se han realizado interpretaciones de enorme complejidad, que van mucho más allá de su gracia evocadora, como lo señala la misma fuente enciclopédica, referente para estudiantes y académicos.
A la misma época corresponden también sus obras “La adoración de los Reyes Magos” y el “Díptico de Judit”, obras igualmente emblemáticas.
El hecho de que, en 1481, fuera llamado a Roma junto a otros tres maestros para decorar al fresco la Capilla Sixtina, hace suponer a los especialistas y biógrafos que ya gozaba de un gran prestigio.
A su regreso a Florencia, cuentan, realizó obras más solemnes y redundantes como la “Natividad mística”, probablemente influido por la predicación tremendista de Savonarola.
A él se deben también bellísimos dibujos para un manuscrito de la “Divina Comedia” de Dante Alighieri.
Eclipsado por las grandes figuras del siglo XVI italiano (Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel y Rafael), Botticelli permaneció ignorado durante siglos, hasta la recuperación de su figura y su obra a mediados del siglo XIX.
Su estilo se perpetuó a través de los artistas formados en su taller, entre ellos el hijo de Filippo Lippi, Filippino Lippi.
En marzo pasado, el arte de Sandro Botticelli recibió un reconocimiento con la exposición “Botticelli Reimagined”, que se exhibió en en el museo Victoria y Alberto de Londres, Inglaterra.
El legado del artista se presenta en una de las escenas de la cinta de James Bond “Dr. No” (1962), protagonizada por Sean Connery, donde la chica Bond, Ursula Andress, emerge del mar como la Venus de Botticelli.
Su influencia trascendió el mundo de las artes y permeó en la moda en los diseños de Dolce & Gabbana en su colección de 1993 “El Nacimiento de Venus”.