Fueron derribadas 3 mil viviendas vernáculas
Entre las casas que siguen en obra destacan algunas que dejarán de ser viviendas para convertirse en locales comerciales
CDMX.- A 36 meses de aquella noche de destrucción del 7 de noviembre, una como no habían experimentado los istmeños en casi 100 años, las calles del centro de Juchitán aún están salpicadas de escombros y materiales de construcción, como arena y grava, testimonios todos de una ciudad que aún está lejana de levantarse por completo.
Entre las casas que siguen en obra destacan algunas que dejarán de ser viviendas para convertirse en locales comerciales, transformando al Juchitán tradicional.
“El terremoto nos dejó daños severos en nuestras vidas. Fue una catástrofe arquitectónica que se aceleró con las políticas del gobierno federal de ese momento, cuando apostaron a derribar viviendas y retirar escombros como un grosero negocio.
“En lugar de salvar las casas vernáculas, las tiraron”, comenta el arquitecto especialista en casas tradicionales Elvis Jiménez.
Cifras oficiales, que en su momento dio a conocer la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), indican que el sismo colapsó en esta ciudad a unas 6 mil viviendas vernáculas. La mitad de ellas podrían haber sido restauradas.