Harley-Davidson va hacia la mayor revolución de su historia
La legendaria marca de Milwaukee ofrecerá productos innovadores para conquistar a más clientes
Atesora 115 años de existencia y pretende que sean muchos más. Harley-Davidson, la legendaria marca estadounidense de motocicletas, prepara la mayor revolución en su historia, con un plan estratégico que desarrollará hasta el año 2022 y con el que busca adaptarse a las exigencias de un mercado cada día más global y con necesidades de movilidad bien diferentes. Su presidente y consejero delegado, Matt Levatich, sacude los cimientos de la compañía con un objetivo claro: “Junto a nuestro actuales y leales clientes, nos encaminamos a una revolución de la libertad sobre dos ruedas, con el objetivo de motivar a futuros motoristas que en estos momentos ni se pueden imaginar la emoción que supone pilotar una moto”.
Es el fundamento de un plan que han denominado “Más carreteras para Harley-Davidson” y que confirma que la supervivencia de la empresa no puede apuntalarse exclusivamente en unos usuarios incondicionales pero de edad cada vez más avanzada. Las palabras de Levatich desprenden que la marca se mantendrá firme en sus principios aunque también que necesitan de un crecimiento significativo basado en nuevos clientes y mercados. Para ello, tres son los pilares de este proyecto: el lanzamiento de nuevos productos, la captación de compradores por todos los medios posibles y el reforzamiento de su red de distribución.
Para el usuario, lo más llamativo será sin duda la redefinición completa de la gama Harley-Davidson, en una diversificación que se antoja imprescindible para cumplir con los objetivos perseguidos. Mientras que garantizan todos los esfuerzos para mantener su liderazgo en el segmento de las motos de gran cilindrada, que han sido la base de la marca durante más de un siglo, al mismo tiempo adelantan una serie de lanzamientos impensables hace tan sólo unos años.
Para empezar, una plataforma modular (al más puro estilo automovilístico) servirá para la introducción en su catálogo de motos entre 500 y 1.250cc, cubriendo tres segmentos y cuatro cilindradas distintas. Ya en 2020 llegará la primera trail creada en Milwaukee, que ha sido bautizada como Pan América y que usará un motor bicilíndrico de 1.250cc. Con el mismo cubicaje y en el mismo curso lanzarán una Custom 1.200, además de una deportiva de 975cc con el nombre de Streetfighter. A esta primera oleada de novedades seguirán otras hasta 2022 para completar la nueva gama media de la marca.
Mirando a los mercados emergentes de Asía, y especialmente a la India, se desarrollará una línea de productos exclusivos para estos países con cilindrada entre 250 y 500cc. El objetivo será facilitar el acceso a la marca a clientes potenciales en entornos de enorme crecimiento, siempre con motocicletas especialmente concebidas y adaptadas a sus exigencias particulares, que poco o nada tienen que ver con sus mercados tradicionales, principalmente Estados Unidos y Europa.
Aunque, sin duda, la gran revolución que prepara Harley-Davidson es la eléctrica. Aseguran que su objetivo es llegar a liderar un segmento que ahora se encuentra por explotar y trabaja en una oferta que abrirá ya en 2019 la LiveWire, basada en el prototipo presentado en 2014 y que ya está lista para convertirse en una realidad. Será la primera muestra de una oferta de vehículos eléctricos de dos ruedas y de transmisión continua, sin embrague ni marchas, capaces de satisfacer las necesidades de movilidad urbana de nuevas generaciones y que, por tanto, incluye desde conceptos próximos a la bicicletas a otros en los que siempre se imponga la ligereza, la manejabilidad y la accesibilidad.
Más allá del producto, Harley-Davidson ampliará y potenciará su relación con los clientes, a través de innovadoras experiencias de fidelización, junto a alianzas estratégicas con empresas de referencia en el comercio electrónico mundial para acercar sus productos a cualquier potencial usuario (¿se podrá comprar una moto en Amazon?) . Al mismo tiempo, creará puntos de venta a modo de pequeños escaparates urbanos en grandes ciudades de todo el mundo, donde estarán disponibles tanto sus motocicletas como su línea de equipamiento para el motorista o seguidor de la marca. Todo ello contando con la colaboración indispensable de una red de concesionarios, que igualmente aspira a reforzar para que disfruten de los medios necesarios para convertirse en actores principales de este ambicioso plan estratégico.
Para llevarlo a cabo con éxito (un objetivo que la marca insiste en encuadrar dentro de las incertidumbres propias de un escenario tan cambiante, en un mensaje claro al respecto para sus accionistas), Harley-Davidson tiene prevista una inversión operativa hasta 2022 de entre 400 y 450 millones de dólares (entre 342 y 385 millones de euros, al cambio actual), más una inversión de capital en el mismo periodo de entre 200 y 250 millones de dólares (171 y 214 millones de euros).