‘Hygge’: El secreto danés de la felicidad

Vida
/ 28 marzo 2016

La felicidad tiene tanto que ver con la economía como con la temperatura de un café o el tacto de una mesa de madera. Los daneses son los más felices del mundo gracias al ‘hygge’, un concepto que el resto de países querríamos poseer.

Russell, periodista de la BBC

MADRID.- Ha vuelto a suceder. Dinamarca encabeza el World Happiness Report de este año, igual que ocurrió de 2010 a 2012. Hay quien pensará que Naciones Unidas ha estimado que los daneses son los más felices por tener sanidad y educación públicas, sueldos altos y elevados subsidios de desempleo, estabilidad política, poca corrupción y un sentido muy avanzado de la igualdad entre mujeres y hombres y del cuidado del medioambiente.

Es indudable que los anteriores parámetros objetivos son motivos más que suficientes para que los ciudadanos de Dinamarca vivan felices. Pero también se sabe que la violencia de género está arraigada en el país y que los daneses padecen tasas de suicidio y de alcoholismo muy altas bastante incompatibles con ese nivel de placidez que les atribuye la ONU. ¿Por qué, entonces lideran a menudo los estudios sobre felicidad? Quienes conocen su cultura, prescinden de criterios cuantificables a la hora de explicar el bienestar danés y hablan de un concepto intraducible: Hygge, algo así como “lo acogedor” o “lo bueno para el alma”.

Hygge es regocijarse frente a una chimenea encendida mientras fuera hace frío. Es saborear una taza de café o beber un vino caliente con azúcar y especias cuando ha acabado la jornada y solo queda aflojar el cuerpo para el descanso. Es reunirse con la familia y los amigos a comer y pasar el tiempo charlando. Es leer mientras el fuego chispea. Es el olor del pan, el tacto de un buen jersey de lana. No lo decimos nosotros, lo dice Helen Russell, autora del libro El año que vivimos a lo danés cuando explica que el Hygge tiene que ver con “ser bueno contigo mismo, pasar un rato agradable, no castigarte o no negarte nada”.

“El resto del mundo parece estarse dando cuenta de lo que los daneses han sabido durante generaciones: que pasar un tiempo relajado y acogedor con amigos y familiares, tomando café con pastel o cerveza, puede ser bueno para el alma”, contó Russell a la BBC.

Pero Hygge no es solo afectos, alimentos y confort. Hay un esteticismo tan escandinavo como la bicicleta que se manifiesta en el cuidado y la armonía con que los nórdicos, en este caso los daneses,  decoran sus casas y los espacios en los que pasan sus horas. La calidez y el deleite se encuentran en pasar tiempo con las personas favoritas de cada uno y rodeados de lo que nos haga bien, sea verano o invierno. (© EL PAÍS, SL. Todos los derechos reservados)

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