Luces y sombras del presupuesto de egresos 2021

Politicón
/ 14 noviembre 2020

A Coahuila y en general a todas las entidades federativas y municipios, les va mal en la propuesta actual de presupuesto de egresos de la federación para 2021, nuestra entidad perderá el 7.48 por ciento de su presupuesto respecto a 2020, lo cual es desastroso, porque un porcentaje altísimo del gasto público es inercial, ya se encuentra comprometido y ante este escenario, es muy probable que desaparezcan programas y dejen de atenderse algunas necesidades.

Podríamos creer que ello es consecuencia directa de la crisis generada por el COVID-19, que no quedó otra que amarrarnos el cinturón, que todos tuvieron que hacer sacrificios, pero el propio presupuesto nos muestra que el total del mismo en 2021, es mayor a 2020, ello a pesar de la crisis, por tanto, mientras los estados, municipios y universidades reciben menos dinero, la federación tendrá más dinero disponible para gastar.

La Cámara de Diputados que es la que aprueba el presupuesto, se está asignado un incremento del 17.8 por ciento, sin que hasta el momento hayan dado una justificación válida para dicho aumento, sobre todo después de que se habían comprometido a una estricta política de austeridad.

No resulta extraño que en varios estados, no sólo en Coahuila, se esté acusando a los legisladores de Morena como más preocupados por quedar bien con el Presidente y con su partido, que cumplir con sus electores, a quienes deberían de representar y velar por sus intereses.

Tenemos que afrontar que desde siempre el ejercicio del presupuesto en México está en exceso centralizado, la mayor parte del dinero es ejercido por la Federación y ello tiende a agravarse porque en los últimos dos sexenios se ha seguido un proceso de centralización de funciones donde entidades y municipios han perdido atribuciones, cuando el proceso que se ha seguido en la mayoría de los países desarrollados ha sido el inverso.

Mi intención no es atacar a Morena y defender a los otros partidos, de hecho, esto no se trata de partidos, sino de una distribución que permita a las entidades hacer frente a los problemas locales, porque incluso habrá entidades gobernadas por Morena que en este esquema de repartición saldrán perdiendo.

Lo peor es que los rubros en los que está creciendo el gasto federal en 2021 no necesariamente tendrán un impacto positivo en la vida de las personas, ya que por ejemplo el presupuesto para turismo creció en un 667 por ciento, precisamente en un momento en que la incertidumbre tiene parado al turismo en el mundo y que es muy probable que el otro año el gasto mundial en la materia sea muy bajo, por lo que se antoja como una inversión sin tasa de retorno.

Algo parecido sucede con los aumentos al presupuesto de la Sedena o de la Guardia Nacional, al tiempo que desaparecen los recursos de apoyo a las policías locales, es decir, la apuesta sigue siendo militarizar las tareas de seguridad, aunque sea una fórmula que ha fracaso en el pasado.

victorsanval@gmail.com

@victorsanval

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