“Fidel es un hombre al cual yo adoro porque cuando me cerraban las puertas en las clínicas de mi país, me abrió las clínicas de Cuba”, dijo Maradona tras llegar a La Habana, refiriéndose a cuando buscó en la isla tratamiento contra su adicción a las drogas.
“Hoy puede haber muchos jugadores, pero él (Fidel) era el dueño del equipo mundial de los políticos”, señaló en declaraciones a la televisión estatal de Cuba difundidas este viernes, aunque no estaba claro cuándo había llegado.
Maradona y Castro se conocieron en 1987, un año después de que Argentina ganara la Copa Mundial en México con una brillante actuación de él, aunque la amistad entre ambos se consolidó décadas más tarde cuando residió en Cuba buscando recuperase de su adicción.