De actor a maestro: la mutación de Juan Antonio Villarreal

Entras al teatro y te encuentras en un salón. El profesor ya está al frente, sentado detrás de su escritorio, preparando con paciencia su máquina de escribir. Tus compañeros cuchichean entre sí, a la espera de que dé comienzo la sesión. Todos están ahí porque les dijeron que un actor les dará una masterclass. 

Anuncian la segunda llamada y el maestro, el actor, comienza a redactar un texto. El repiqueteo de la máquina se combina con el sonido de las conversaciones de la audiencia, de los estudiantes. Tercera llamada, el público guarda silencio y el hombre tras el escritorio se levanta y empieza a hablar. 

“Masterclass o La Historia de un Hombre con el Pecho Roto” es un puesta en escena autobiográfica, un monólogo escrito, dirigido y actuado por José Antonio Villarreal Ríos a quien un amigo —con el que conversó de madrugada— le pide de favor dar una “masterclass” a un grupo de alumnos. 

Él es un actor, no un maestro, así lo recalca durante la obra, y es este detalle el que lo hace dudar de su capacidad para impartir la sesión. Se disculpa ante los estudiantes; estuvo dándole vueltas al asunto, evaluando la mejor manera de transmitir sus conocimientos, pero le fue imposible y no lleva nada preparado. 

Las experiencias de su niñez, adolescencia y juventud, desde cómo vivió el alunizaje —que interrumpió una comida familiar y arruinó la inocencia de una luna hecha de queso, con conejos sobre su superficie—, hasta la guerra de Vietnam y el horror que les hizo dejar de jugar con soldaditos, afloran entre sus recuerdos y las divagaciones de su incapacidad para dar la mentada clase. 

Sin embargo, la exploración de su pasado le permite llegar al punto en el que por primera vez puso un pie en un escenario vistiendo la piel de otro, de un ente ficticio existente sólo en las páginas de un guión. 

Desde su pasión por el teatro, de manera involuntaria, termina dando, efectivamente, una masterclass, en la que tal vez no presente una verdad absoluta —cómo él mismo cree que se debe hacer—, sino que exhibe su propia y personal verdad y el valor que esta posee ante la audiencia que es a la vez un grupo de estudiantes, atentos a las palabras que describen la vida de un actor, en boca de quien las vivió. 

A pesar de que podría dar más detalles sobre los sucesos y anécdotas que el monólogo cuenta, hacerlo sería contraproducente, pues este es un producto teatral que hay que ver para disfrutarlo como se debe, porque la interpretación que Antonio Villarreal da de esta versión de sí mismo tiene que ser apreciada en vivo, y no en palabras de alguien más. 

La puesta en escena estrenó nueva temporada el pasado viernes 2 de febrero y continuará con presentaciones los viernes y sábados de febrero, a las 20:00 horas, en el Teatro de Cámara Jesús Valdés, con un costo de 80 pesos público general 50 para público preferencial.