Mauricio Ochmann, una visión responsable

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/ 3 agosto 2018

El actor protagonista de ‘Ya Veremos’ platicó con VANGUARDIA sobre por qué ahora prefiere personajes que dejen un mejor mensaje

Dejó de ser narcotraficante para volverse un padre de familia. Tuvo que repensar sus prioridades, tanto en la ficción como en la vida real. Mauricio Ochmann interpretó a José María “El Chema” Venegas, líder de una organización criminal, por varios años, pero ya no pudo soportar el hecho de que muchos menores de edad lo reconocieran por esta labor e incluso, alentados por sus padres, le pidieran fotos con pistolas de plástico. Hoy decide dejarlo para siempre y protagoniza la película “Ya Veremos”, un trabajo con un mensaje mucho más positivo. En ella hace al padre divorciado de un niño que es diagnosticado con glaucoma juvenil y podría quedarse ciego, por ello, escribe una lista de cosas que hacer antes en caso de que pierda la visión. El actor comparte créditos con Fernanda Castillo y ambos intentarán, además de hacer reír, brindar una reflexión sobre los valores familiares.

Ochmann está casado con Aislinn Derbez y ambos acaban de tener a su primera hija hace unos meses. El actor tiene otra hija, Lorenza, de 13 años, de su matrimonio con María José del Valle, de quien se divorció en 2008. De esta manera, no sólo tiene la experiencia doble de la paternidad, sino de un divorcio como el personaje de su nueva película. Pero, sobre todo, le queda la conciencia de que su trabajo repercute de manera importante en el futuro de la sociedad. Así que a pesar de que El Chema fue tan popular en la serie “El Señor de los Cielos”, que en 2016 obtuvo su propio programa con su nombre, Ochmann renunció, dejando en claro que lo hacía porque cree que está mal glorificar al narco y presentar como héroes a criminales. Tiene dos hijas que cuidar y no necesita de una tragedia, como en su nueva película, para darse cuenta de su importancia.

—¿Qué es lo que más te gusta Rodrigo, tu personaje en ‘Ya Veremos’?

“El arco. De ser un hombre que está inmerso en su trabajo, en sus justificaciones profesionales y que ha descuidado todo. Desde su matrimonio que se acabó y terminó divorciado y el descuidar al hijo, el no darle calidad de tiempo o priorizar la relación con el hijo. Al ver este cambio a raíz del glaucoma juvenil que le sucede al hijo, que metafóricamente es el hijo con problemas de vista finalmente hace que los papás vean, pero vean con el corazón y vean con amor. Siento que eso es lo rescatable de este personaje, que finalmente va por este arco donde se da cuenta que las prioridades están chuecas. Creo que eso nos hace falta también como seres humanos, el ver lo verdaderamente importante. Para mí sí es importante contar que tenemos que ver a nuestros hijos, a nuestros niños, ver cómo están, qué les interesa, qué les importa, estar con ellos, contenerlos. Hablar, obviamente, sobre el valor familiar, el valor de la pareja, como de repente las relaciones ya estamos tan acostumbrados a que se terminan, pero ni si quiera sabemos por qué se terminan. Es como ‘oye, nos amábamos mucho, ¿qué pasó?’ Y lo que pasa es que sí, nos metemos en un mundo donde al final nos damos cuenta que perdemos el valor de lo verdaderamente importante”.

—¿Deben tener un mensaje las comedias o ser simples distractores?

“Yo creo que cada proyecto es distinto, cada una tiene su objetivo. Esta siento que es una película que sí tiene comedia, sí tiene su drama y su parte sensible, pero tiene estos mensajes familiares padres que nos hacen falta. Siento que al cine mexicano le hace falta esta parte de rescatar estos valores y por eso me gustó cuando leí el guion. Siento que es redonda en ese aspecto y es una película que la puede ir a ver toda la familia, niños, adolescentes, adultos, adultos mayores, pueden ir todos y todos la van a disfrutar, creo que se van a identificar con los personajes y creo que están los mensajes muy claros”.

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—¿Cómo afrontarías una situación como la de tu personaje si una de tus hijas tuviera una enfermedad similar?

“Primero como papá, desde hace ya varios años, para mí las prioridades cambiaron. Llegó un momento que digo ‘amo mi profesión, amo mi carrera y todo’ pero pasó a un segundo plano. Siempre trato de equilibrar mi vida profesional con mi vida personal y darme mis tiempos y darme el tiempo de disfrutar a mi hija de 13 años y ahora darme el tiempo de disfrutar y de decir ‘los primeros meses de mi nueva hija quiero estar, quiero vivirlos y vivirlos con mi mujer y mi familia’. Así, buscarle el equilibrio. Entonces, para mí, siempre el voltear y ver, estar pendiente, es una prioridad. Siempre mi hija, Lorenza, de 13 años, me hace broma porque siempre le estoy preguntando cómo está, cómo está su corazón, ‘bien, papá, ya te dije’. Pero es algo que ya acostumbro a hacer, quiero saber cómo estás por dentro, entonces mientras estés bien, estés contenta, estés en paz, eso me da tranquilidad. Obviamente si una de mis hijas tiene algún problema o algo, es atacarlo, creo que lo bonito, que es otro mensaje, así como el cáncer de mama o como diferentes enfermedades, si las detectas a tiempo puedes solucionarlas. El glaucoma juvenil, si se detecta a tiempo, hay solución. También es un poco concientizar al respecto”.

—Siendo un padre divorciado como tu personaje, ¿facilita este aspecto de tu vida real la interpretación en la película?

“Yo creo que la experiencia de vida ahí está. Entonces cuando la experiencia de vida ahí está, siempre va a ayudar de alguna manera. Y sí, hay muchas cosas que rescato de mi convivencia con Lorenza, que están puestas ahí con Santi en la película. Desde mi manera de relacionarme, ser papá y todo, me fue mucho más fácil relacionarme con Nano (Emiliano Aramayo) como su papá”.

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—Si te fueras a quedar ciego, ¿qué incluirías en tu lista para hacer antes?

“La verdad es que, hoy por hoy, y como estoy en la vida yo diría ‘quiero estar en la naturaleza, con mis hijas, con mi mujer y disfrutarlas’. No hay nada externo que tenga que ir a hacer que me jale más. Sería algo más íntimo, familiar y disfrutarlas”.

—Ahora que dejaste la serie “El Chema”, ¿crees que las narcoseries están siendo una mala influencia en la sociedad?

“Sí. Yo ya había tomado esta decisión hace casi un año, cuando terminé de hacer la primera temporada de ‘El Chema’, porque se me empezaron a acercar muchísimos niños. La verdad es que en estas convivencias, firmas de autógrafos, fotos y tal, muchos niños, muchas niñas, de todas las edades, se me acercaban. Yo dije ‘algo está mal’. Una, no sé por qué lo están viendo y los papás con pistolas de plástico para la foto, ‘a mi hijo le gustan las pistolas y nos sentamos todos a ver…’ Algo está mal, no es contenido para niños y no puedo seguir contando este tipo de historias. Tomé la decisión y ahora lo oficialicé porque siento que es importante. Estoy barriendo el lado de mi calle, estoy haciendo lo que me corresponde desde mi trinchera. Mucha gente me dice, ‘claro, es que lo está viendo como papá’, y sí y no. Lo estoy viendo como papá, como ciudadano, como artista, como todo. No podemos exigir querer un país sin corrupción, sin violencia, sin crimen organizado, en paz, cuando estamos llenando las pantallas de contenido que el mensaje está torcido. No podemos seguir haciendo apología, glorificando y poniendo a estos como superhéroes, cuando no es así. Esto no quiere decir que yo el día de mañana no haga personajes fuertes, villanos, lo que sea, siempre y cuando el contenido y el mensaje sea congruente. Ojalá más gente se sume, más compañeros actores, directores, escritores, productores, televisoras, a no generar este tipo de contenido. Porque al final permea, creo que el trabajo es de adentro para afuera”

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