May rompe con el círculo de Cameron
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En una jornada de intensa en la residencia de Downing Street, May continuó nombrando a los ministros, pero ha dejado fuera a buena parte de estrechos colaboradores de Cameron, entre ellos George Osborne (Economía) o Nicky Morgan (Educación).
La primera ministra británica, Theresa May, ha desmantelado el círculo político de su predecesor, David Cameron, al formar el nuevo gobierno, centrado en las negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
En una jornada de intensa actividad en la residencia oficial del 10 de Downing Street, May continuó nombrando a los ministros, pero ha dejado fuera a buena parte de estrechos colaboradores de Cameron, entre ellos George Osborne (Economía) o Nicky Morgan (Educación).
La primera misión de May fue designar anoche, nada más entrar en Downing Street, a los ministros clave, entre ellos a Philip Hammond al frente de Economía; Boris Johnson, en Asuntos Exteriores; Amber Rudd, en Interior, y Michael Fallon, en Defensa.
Al mismo tiempo, May le confió al diputado y viejo aliado político David Davis la nueva cartera dedicada al "brexit", cuya misión será la de negociar la salida del país de la UE.
Al empezar hoy su jornada, May nombró a Liz Truss, hasta ahora a cargo de Medio Ambiente, como ministra de Justicia, mientras que Justine Greening ha pasado de Cooperación Internacional a Educación.
Aunque todavía tiene por delante numerosas carteras por completar, May promocionó hoy al hasta ahora ministro de Transporte, Patrick McLoughlin, al darle la presidencia del Partido Conservador.
Y ha mantenido en su cargo al titular de Sanidad, Jeremy Hunt, un ministerio delicado actualmente por las difíciles negociaciones sobre el nuevo contrato para los médicos residentes.
Los nombramientos ponen de manifiesto el giro que May ha querido darle al Gobierno, con un mensaje claro de que no hay continuidad y que es una nueva Administración ante los cambios que se avecinan.
También ha quedado fuera Michael Gove (exministro de Justicia), abanderado del "brexit", que será recordado por haberle cortado a Boris Johnson el camino al 10 de Downing Street al presentarse en el último momento como candidato a liderar el Partido Conservador.
Además, no estarán en el nuevo Ejecutivo John Whittingdale (extitular de Cultura) y Theresa Villiers (exministra de Irlanda del Norte).
Quedan por designar ministerios como Cultura, Energía, Medio Ambiente, Transporte, Cooperación Internacional e Irlanda del Norte, así como numerosos puestos de menor rango.
Poco después de asumir el cargo, la nueva primera ministra pidió a los líderes europeos "tiempo" para preparar las negociaciones sobre la salida del Reino Unido del bloque común.
May se puso en contacto por teléfono con la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, François Hollande, y el primer ministro irlandés, Enda Kenny, según Downing Street.
"En todas las conversaciones telefónicas, la primera ministra puso énfasis en su compromiso por cumplir la voluntad del pueblo británico de abandonar la UE", indicó hoy una portavoz oficial.
"La primera ministra -añadió- explicó que necesitaremos un tiempo para preparar estas negociaciones y habló de su esperanza de que éstas se lleven a cabo con espíritu constructivo y positivo".
Para estas difíciles negociaciones, David Davis, antiguo portavoz en la sombra de Interior cuando los "tories" estaban en la oposición, trabajará en estrecho contacto con Boris Johnson cuando el Reino Unido decida invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia un proceso de dos años sobre los términos de la salida.
Ante la inquietud sobre el efecto del "brexit", el ministro de Economía, Philip Hammond, dijo hoy que "no habrá" un presupuesto de emergencia, como había adelantado Osborne antes del referéndum.
Hammond insistió en declaraciones a la prensa que el Gobierno hará "todo lo que sea necesario" para controlar la economía.
Pero admitió que el país afrontará algunos "desafíos" a corto plazo por el "brexit", pero que el objetivo del gobierno es enviar una señal de tranquilidad, "lo más rápido y de la manera más fuerte posible" a las empresas y a los consumidores británicos.
El ministro reconoció, no obstante, el "efecto paralizante" que provocó el "brexit" pues muchas empresas optaron por frenar las inversiones.