In memoriam: Jorge Semprún cinco años después de su muerte
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Hombre poliédrico y polifacético, de personalidad compleja y difícil de esquematizar, Semprún fue protagonista de algunas de las más importantes encrucijadas europeas del siglo pasado.
¿Quién era Jorge Semprún? Bajo el paraguas de esa pregunta y al haberse cumplido cinco años de su muerte el 7 de junio, intelectuales españoles se reunieron hoy en Madrid para rendir homenaje al preso 44,904 del campo nazi de Buchenwald, al escritor, al dirigente comunista, al ministro y pensador europeo.
Hombre poliédrico y polifacético, de personalidad compleja y difícil de esquematizar, Semprún (Madrid, 1923-París, 2011) fue protagonista de algunas de las más importantes encrucijadas europeas del siglo pasado.
Fue, como tituló el acto el Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), "un intelectual español en la Europa del siglo XX".
En el salón de actos de la Facultad de Humanidades se reunió un centenar de amigos, historiadores y antiguos militantes comunistas y ante ellos, los historiadores Antonio Elorza y Santos Juliá y el filósofo Manuel Reyes-Mate diseccionaron a Semprún.
Antes, él mismo advirtió a los presentes en un video proyectado en la sala: "No sé si me gustaría ser recordado (...) Quizá como alguien que tanto en la escritura como en la vida arriesgó, como alguien que asumió los riesgos de vivir".
Junto a Semprún se analizó a Federico Sánchez, la personalidad que adoptó como agente comunista clandestino que viajaba de Francia a la España de la dictadura de Francisco Franco y nunca jamás fue capturado y que, convertido en dirigente, fue expulsado del PCE en 1964 por cuestionar la línea oficial de Santiago Carrillo.
"La revolución interna en el Partido Comunista arranca de las reflexiones de Semprún y Fernando Claudín", junto al que lo echó el partido, manifestó Elorza.
Juliá se refirió a su convulso paso por el Gobierno del socialista Felipe González (1988-1991) y abordó su relación de fraternidad comunista con Claudín y Javier Pradera, para condensar luego la identidad del homenajeado en una frase: "Fue un personaje complejo pero que vivió su vida hasta el final, exprimiéndola".
Reyes-Mate esbozó una personalidad indisolublemente unida a su experiencia en Buchenwald. "Se consideraba un testigo, alguien que tenía que dar cuenta de la experiencia", pero tardó mucho tiempo en poder hablar. "El largo viaje", su primera novela y la obra con la que ganó el Premio Formentor, se publicó 1963, casi 20 años después de salir del campo cercano a Weimar.
"Tuvo que elegir entre la vida o la escritura, la memoria, lo que se tradujo en un activismo político desaforado", dijo el filósofo, que llamó a estudiar su etapa política "bajo el prisma del olvido".
El de hoy fue uno de los pocos tributos que Jorge Semprún ha recibido en su país tras su muerte, algo que contrasta con los homenajes, también en vida, que le han rendido Francia y Alemania, cuyas lenguas hablaba a la perfección. En francés, de hecho, escribió toda su obra literaria salvo dos excepciones.
A Francia llegó aún niño, tras apostar su padre por el exilio al estallar la Guerra Civil. Adolescente, se alistó en la Resistencia y desde allí llegó deportado a Alemania tras ser capturado.
Con el tributo de hoy se quiso "contribuir a que el recuerdo de lo que fue e hizo en su vida no se consuma definitivamente en el olvido", aseguró el historiador Felipe Nieto, coorganizador del homenaje y autor de una obra esencial sobre uno de los tantos hombres que fue: "La aventura comunista de Jorge Semprún"