Mercedes Luna obtiene el Premio Gilberto Owen de Poesía
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La más reciente ganadora de este premio fue condecorada por su texto ‘La Habitación Higiénica’, donde explora los límites que la maternidad impone en una mujer
Convocado por el Instituto Sinaloense de Cultura, el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen Estrada es uno de los más importantes galardones que se otorga a los creativos de esta disciplina artística y en su edición número 12 la ganadora fue la saltillense Mercedes Luna Fuentes con su poemario “La Habitación Higiénica”.
Este proyecto lo comenzó con el estímulo del PECDA —que en su momento tituló “La Casa que Hiere o la Belleza de la Madre”— que obtuvo en 2016, aunque en entrevista para VANGUARDIA la poeta aclaró que continuó trabajando en él hasta que se enteró de la convocatoria para este premio.
“El día de ayer estaba con mi novio y estuve a punto de no contestar el teléfono porque hoy en día teléfono que no conozcas no lo contestas pero él me tranquilizó y contesté y me dieron esta increíble noticia”, confesó Mercedes.
Su obra, explica, suele inclinarse hacia lo visual, la descripción y la creación de paisajes e imágenes literarias, pero en esta ocasión buscó algo más que eso.
“Estoy en la búsqueda de un asunto más visual pero que sea una proyección de lo que veo y siento y con el mayor respeto posible a las palabras, al tratar de no manosear las grandes palabras”, comentó.
Explicó también que este texto “se trata de la convivencia de una madre con sus hijas, de una casa como una cosa viva, de una mujer erotizada, contenida por estas paredes, por el amor de madre, pero que ahí está latente el lado erótico y la pasión”.
“Hay un lado que duele, que lastima, que por lo general no queremos abordarlo porque no es comercial, no vende”, agregó, “estamos más acostumbrados a leer lo que, digámoslo así, nos puede proporcionar placer”.
Expresó que este libro le costó muchísimo y que fue resultado de un arduo trabajo con un problema emocional fuerte. “Con este texto trabajé esa parte y creo que algo notaron los jurados y por eso me dieron el premio. Los poemas son como las personas, vamos cambiando y en este momento el jurado decidió que ya estaban listos”.
Nos comentó que tomó como referencias principales dos texto. El primero, “La Belleza del Marido” de Anne Carson porque en él, la autora “al hablar de belleza también tomó esta parte dolorosa, aceptando que la belleza tiene una consecuencia, un lado complejo, complicado”.
El otro libro fue “La Historia de las Alcobas” de Michelle Perrot, en el que la historiadora recorre las transformaciones que este espacio ha tenido a lo largo del tiempo y la manera en que la privacidad (o falta de ella) ha evolucionado también.
“Todos estamos confinados a un espacio; cuando estás creciendo, cuando estás educando a alguien, cuando estás viviendo y ahí hay partes que extraigo que me parecen fundamentales como la habitación higiénica, la habitación de los cuarteles, cómo se originaron las habitaciones para hacer el amor, por ejemplo. Cómo fue el origen de este aislamiento y como de pronto sí había privacidad o no había nada de privacidad”, comentó.
Explicó que su aproximación al tema la realizó de manera que, al hablar de maternidad, no incluyera a sus hijas en ella, sino que mostrara el aspecto persona e íntimo, en su experiencia como tal.
“Ya tenía yo esta intención de hablar sobre maternidad, pero creo que yo evité a toda costa que hubiera un señalamiento hacia la parte de las hijas. Porque las hijas o hijos que tengamos tendrán en su momento la oportunidad de decir las cosas y así lo traté yo. El asunto crítico es conmigo”.
Argumentó que en sus versos buscó no utilizar “palabras fuertes”, tales como terror o dolor, salvo excepciones donde eran expresamente requeridas, para tomar distancia del texto.
“Hay un apartado muy importante, dedicado para mi analista que desafortunadamente en diciembre pasado falleció; porque creo que en esta sociedad que vivimos es importante el análisis profesional. Tenemos una grave enfermedad social, mental, en la mayoría de nuestro país y eso impacta en nuestras relaciones con nuestros hijos, con nuestras parejas y es una manera de verlo con distancia”, comentó.
“Una vez Alberto Blanco me dijo, cuando me sentía muy sola por mi manera de escribir, que no era tan sencilla, por así decirlo, me dijo ‘tu trabajo es redondo, aunque te sientes sola, en una barca, sigue así, porque en algún momento llegará a algún lado’ y me siento muy contenta por eso”, concluyó.