Millones de barriles de crudo venezolano navegan a la deriva por sanciones

Internacional
/ 7 febrero 2019

    Las sanciones al petróleo de Venezuela ya repercutieron en los petroleros y harían descarrilar los precios del hidrocarburo.

    Hasta una docena de petroleros, con un estimado de siete millones de barriles de crudo venezolano, navegan sin rumbo en el Caribe y el Golfo de México, sorprendidos por las sanciones de Estados Unidos, lo que tendrá un gran impacto en la industria, en particular en la estadunidense.

    Las sanciones al petróleo de Venezuela ya repercutieron en los petroleros y harían descarrilar los precios del hidrocarburo porque provocan una serie de dificultades y, aunque el crudo canadiense sería una opción para compradores en Estados Unidos, la producción es insuficiente, informó este viernes la cadena pública CBC.

    En un reporte, Canadian Broadcasting Corporation (CBC) refirió que, para privar de recursos al régimen de Nicolás Maduro en la actual crisis, Washington impuso sanciones a la compañía estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), cuyos activos quedaron congelados en Estados Unidos.

    Sin embargo, las restricciones no solo dificultan la exportación del petróleo venezolano si no también obstaculizan y encarecen el envío de productos combustibles de las compañías estadunidenses, como los diluyentes, hacia Venezuela, una consecuencia involuntaria de las sanciones, indicó.

    Por el momento, se calcula que alrededor de una docena de petroleros flotan en el mar sin saber a dónde deberían ir para tratar de descargar el combustible, algunos frente a la costa de Venezuela, otros en el Caribe o en el Golfo de México, señaló el informe, que cita datos del sitio web de monitoreo de buques TankerTrackers.

    En condiciones normales, la gran mayoría del petróleo venezolano está destinado a refinerías en la costa de Estados Unidos en el Golfo de México, pero los clientes allí están bloqueados y el crudo del país latinoamericano está teniendo dificultades para encontrar compradores alternativos, debido a que es una mezcla pesada.

    La mayoría de las refinerías que pueden procesar el pesado hidrocarburo venezolano están en Estados Unidos y no hay otras cercanas a Venezuela que puedan hacer el trabajo, salvo China e India pero la distancia y el costo del transporte a través del Pacífico, lo hace una opción poco atractiva.

    Así, los petroleros que permanecen en el mar aún deben decidir a dónde irán con su carga y quién pagará por ella, apuntó el reporte.

    Las sanciones estadunidenses también están causando estragos en el lado de las importaciones, ya que el grueso y pesado crudo de Venezuela necesita mezclarse con diluyentes para poder ser transportado, y ese país importa casi todos esos diluyentes del extranjero, pero ahora están cubiertos por las sanciones.

    Barcos cargados con diluyentes también están varados en el mar sin saber a dónde dirigirse, pues hay un alto precio que pagar si entrega su carga a su destino original, así que es probable que los propietarios estén tratando de encontrar un mercado alternativo.

    Normalmente, el mercado global de petróleo tiene más que suficientes compradores y vendedores para encontrar un nuevo saldo cada vez que hay una interrupción de alrededor de 500 mil barriles del petróleo que Venezuela envía a Estados Unidos todos los días.

    Sin embargo, la extraña actividad marítima de los últimos días muestra que las sanciones parecen haber sorprendido a todos, dijo la CBC, Rory Johnston, economista de Scotiabank, y agregó que eso significa que “el impacto en el mercado del petróleo va a ser más grande de lo que pensábamos”.

    La mezcla venezolana es muy similar al tipo que proviene de las arenas bituminosas de Canadá, conocida como Western Canada Select (WCS), y entonces todas las refinerías estadunidenses que procesan el crudo de Venezuela podrían voltear hacia el hidrocarburo canadiense, sugirió el reporte.

    No obstante, el precio del WCS ha aumentado desde finales del año pasado debido a los topes de producción obligatorios y aunque en teoría se podría llevar combustible canadiense por ferrocarril al Golfo, no podría completar el medio millón de barriles por día.

    Es probable que los productores canadienses obtengan algunos beneficios de los disturbios causados por las sanciones, pero en definitiva habrá todo tipo de consecuencias no deseadas en el mercado, concluyó.

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