Nadie sabe a ciencia cierta cuántos muertos hubo en Tlatelolco
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En su libro “1968: Los Archivos de la Violencia”, el investigador Sergio Aguayo admitió en 1998, tras una exhaustiva revisión de documentos de la Secretaría de Gobernación: “Uno de los aspectos todavía pendientes de esclarecer es el número de muertos,” (…) “En tanto no se cierre este aspecto, difícilmente podría decirse que Tlatelolco tiene un punto final”.
¿Cuántos y quiénes son los muertos de Tlatelolco? Es una pregunta sencilla, elemental, pero ha acechado a México durante 50 años y aún no hay una respuesta convincente.
En su libro “1968: Los Archivos de la Violencia”, el investigador Sergio Aguayo admitió en 1998, tras una exhaustiva revisión de documentos de la Secretaría de Gobernación: “Uno de los aspectos todavía pendientes de esclarecer es el número de muertos,” (…) “En tanto no se cierre este aspecto, difícilmente podría decirse que Tlatelolco tiene un punto final”.
Otros analistas políticos, periodistas, escritores, exdirigentes del movimiento estudiantil, e historiadores, también intentaron llenar ese hueco de la historia: una “comisión de la verdad” independiente, en 1993; una Comisión Especial del 68 que lo intentó de nuevo en 1998; en 1971, Elena Poniatowska escribió un recuento personal y Luis González de Alba, líder de la época aportó testimonios de la matanza. Finalmente, poco después de llegar a Los Pinos, Vicente Fox prometió abrir los archivos del caso, pero tampoco se dieron buenos resultados.
Más aún conforme transcurre el tiempo, las cifras de las víctimas se ubican en rangos tan amplios que no hay conciliación posible.
Así, pese a todos los esfuerzos realizados, 5 décadas después de la más dolorosa tragedia de México en la segunda mitad del siglo 20, la cruenta matanza del 2 de octubre en Tlatelolco, continúa sin conocerse la cifra exacta de víctimas mortales durante el choque con elementos del Ejército mexicano, apenas 10 días antes del inicio de los Juegos Olímpicos México del 68.
¿Cuántos jóvenes murieron en Tlatelolco?
Cifras, cifras, cifras…
El más reciente trabajo de investigación sobre el tema lo hizo la propia Universidad Nacional Autónoma de México. Tras una revisión de reportes, la investigadora Susana Zavala indica que de julio a diciembre de 1968, el conteo final fue de 78 muertos y 31 desaparecidos.
El mismo 2 de octubre, Fernando Garza, vocero del presidente Gustavo Díaz Ordaz, primero dijo que había unos 7 fallecidos; más tarde, no obstante, declaró que eran 20.
Fue hasta 8 años después, en 1976, cuando el propio Díaz Ordaz mencionó cifras de la tragedia: “Tengo entendido que pasaron de 30, pero no llegaron a 40”.
En sus ediciones del 3 de octubre, los periódicos no coincidían en sus cifras:
1. Excélsior informó de 20 muertos, 75 heridos y 400 presos.
2. Novedades publicó: “…se informa oficialmente de 29 muertos”.
3. El diario británico The Guardian, que había enviado a México a John Rodda, un periodista deportivo, publicó inicialmente que 500 personas murieron en la Plaza de las Tres Culturas. Tiempo después, durante una revisión con diversas fuentes fijó en 325 el número de muertos. Esa cifra fue sobre la que se basó Octavio Paz, al condenar el ataque.
4. El Día dijo que eran 30 los muertos y 100 los estudiantes encarcelados.
5. La revista Siempre! asentó que fueron 40 los muchachos que perdieron la vida.
De su lado, el 5 de octubre, los integrantes del Consejo Nacional de Huelga (CNH) que se libraron de ser capturados, indicaron que los civiles muertos eran 150 y 44 los soldados baleados.
Cuando el presidente Vicente Fox ordenó en su gestión que se desclasificara toda la documentación relacionada con el movimiento de 1968, los Archivos Abiertos —revueltos y mal clasificados— identificó 44 muertos y 10 desaparecidos.
En una carta, Alfonso Corona del Rosal, por entonces regente del Distrito Federal, apuntó que los datos de que disponía fijaban en 38 los civiles abatidos, mientras que los militares del Cuarto Batallón de Infantería que cayeron esa tarde fueron 4.
Más allá de los fríos números, historias con nombre y apellido se truncaron hace medio siglo con la muerte injustificable de jóvenes que pedían un alto a la represión institucionalizada y mayor libertad para expresarse.
Demandas similares a las de México 68 en su desarrollo y sus alcances se hicieron en Francia, en Checoslovaquia, en Estados Unidos, Vietnam, China, pero la cruel masacre de Tlatelolco en México conmovió al mundo, quizá más que ninguna otra de ese convulso 1968.