Rabino esclavizó a 50 mujeres, abusó de ellas y las torturó para que supieran “cómo es el infierno”
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El religioso es acusado de violar también a los hijos de sus víctimas y quedarse con el dinero que ganaban de los oficios que él les imponía
Israel. El rabino, judío ultraortodoxo de unos 60 años, fue arrestado por la policía israelí de mantener bajo condiciones de esclavitud a decenas de mujeres y a sus hijos menores en un complejo residencial de Jerusalén, donde se hacía pasar como un líder de culto.
Fue capturado junto a ocho mujeres sospechosas de cooperar con él, después de que a las autoridades les llegara las denuncias de otras víctimas que en el pasado residieron en el lugar y sufrieron las mismas vejaciones.
Era el líder de “una comunidad cerrada” que funcionaba como un semanario de estudio religioso, donde vivía desde hace años con unas 50 mujeres “aisladas de la sociedad y sus familias”.
Las mujeres eran sometidas a “condiciones de esclavitud” junto a sus hijos, a los que mantenían encerrados, “las castigaba de distintas maneras y robaba su dinero”, mencionó un portavoz policial en un comunicado. Eran obligabas a trabajar en oficios que el rabino le imponía y debían entregar una parte de su salario, añadió el diario Haaretz.
Según el reporte policial, el sospechoso también habría abusado sexualmente de los niños, de entre cinco y once años, quienes inmediatamente fueron llevados a un especialista en protección infantil para descubrir la escalofriante verdad.
El rabino fue llevado a una audiencia que terminó por ampliarle su arresto por siete días más, donde la policía contó que las mujeres explotadas tenían que pedirle permiso para que reciban atención médica o ir al hospital.
Abusos y torturas
Cuando las mujeres llegaban a la comunidad eran tratadas de maravilla, pero mientras pasaba el tiempo, las amenazas y el maltrato físico y psicológico eran permanentes y más crueles; por ejemplo, se le ponía los dedos al fuego “para que entendieran cómo es el infierno”.
Por increíble que parezca, el religioso fue detenido en 2015 por actos similares, pero se le dejó en libertad después de que varias mujeres testificaran a su favor. En 2011, líderes ultraortodoxos de Jerusalén le exigieron que renunciara al seminario y condenaron sus prácticas.