Sergio y Alicia, dos víctimas más de la diabetes en Saltillo, necesitan de tu ayuda
Él padece diabetes y ya no tiene una pierna; ella además de esta enfermedad, sufre de hipertensión. Su hijo, el sostén del hogar (albañil), sufrió un accidente laboral
En la colonia El Salvador, Alicia y Sergio son muy conocidos, pues la mayoría de los vecinos saben de las carencias con las que sobreviven, acechados por diversas enfermedades que deterioran su salud.
Desde hace varios meses la hipertensión y la diabetes comenzaron a atacar a doña Alicia, quien ya no pudo caminar debido a las llagas que se generan de manera constante en sus piernas, hecho que le impide trabajar y la obliga a depender de su hijo de 18 años, quien se dedica a la albañilería.
Don Sergio, quien tiene solo 48 años, pero a causa del azúcar en la sangre representa mayor edad, también fue atacado por la enfermedad, y finalmente vencido, pues como consecuencia perdió su pierna izquierda, lo que lo obliga a permanecer sentado de por vida en su silla de ruedas.
Las enfermedades cambiaron la manera de vivir de la pareja, ahora los días son tristes, envueltos en lágrimas e impotencia ante la situación que a diario enfrentan, refugiándose en la oración rogando por su salud a un ser supremo.
“Necesitamos medicamento, a veces comemos, a veces no, dependemos de mi hijo de 18 años, él trabaja en la obra, pero tuvo un accidente, se quebró un pie y necesita una operación, ya tiene desde antes de Navidad así”, aseguró doña Alicia.
La pareja de adultos no solo es auxiliada por su hijo, quien aún con su padecimiento vive de manera comprometida con sus padres, y se ha convertido en su enfermero de cabecera; Olga y Alejandra, vecinas del lugar también tratan de sacarlos adelante.
“Para mí no es pesado, pero si necesitan ayuda, están solos, se les accidentó el sostén de la casa, en verdad sí necesitan alimentación, material para curación, vendas y medicamento, yo les brindo lo que tengo y puedo, pero sí necesitan mucho”, indicó Olga.
“Yo le pido a Dios que me dé mucha fortaleza para seguir apoyándolos, mis hijos también vienen y les dan la vuelta, así como mi nuera. Me turno con ella durante el día para estar cuidándolos, ya en la noche venimos a las 11:00 ó 12:00 de la noche para ver cómo están”, añadió.
Durante las fiestas decembrinas Olga decidió pasarla en casa de su vecina Alicia, quien incluso ya fue adoptada como abuela y bisabuelita de su pequeña hija, y sus tres nietas, respectivamente, para llevarles un poco de alegría, cenar juntos y decirles “aquí estamos con ustedes, no están solos”.
¿Qué necesitan?
Alimentos (despensa).
Material de curación.
Medicamento especial.
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