Siete pasos para evitar un derrame cerebral

Un accidente cerebrovascular o derrame cerebral puede llegar a tener graves consecuencias para quien llegue a sufrirlo y, dado que es uno de los padecimientos más incapacitantes después de los 50 años de edad, poner especial atención a las medidas para su prevención es importante.

Un derrame puede lastimar de manera diversas al cuerpo humano, como la movilidad, sensibilidad, el lenguaje, la visión, la capacidad de razonar y/o recordar, así como el control de la vejiga y el intestino; eso sin contar las graves afectaciones que puede dejar en el área del cerebro afectada.

Pero, ¿cómo prevenirlo? Estas son siete recomendaciones que hay que tener en cuenta:

Disminuye la presión arterial. La hipertensión es de hecho el factor más importante en un accidente cerebrovascular, para hombres y mujeres; por ello es importante que la presión arterial normal esté a menos de 135/85. Una manera accesible de lograrlo es reduciendo la ingesta de sal lo más posible, evitar alimentos altos en colesterol, consumir frutas, verduras, granos integrales y lácteos bajos en grasa, hacer 30 minutos de ejercicio diario y no fumar.

Baja de peso. Otro factor importante para ser víctima de un accidente cerebro vascular es la obesidad, de modo que perder 5 kilos puede ser la diferencia entre sufrir o no un derrame 

Haz ejercicio. Ejercitarse con una intensidad moderada cinco días de la semana es fundamental no sólo para perder peso, sino para evitar el riesgo de presentar apoplejía, trombosis, embolia o hemorragia cerebral. No se necesita un gran gimnasio para empezar; caminar vigorosamente a diario puede marcar la diferencia.

Bebe con moderación. Evita los excesos, consumir más de dos bebidas a diario incrementa el riesgo de sufrir un derrame. Para evitar confusiones, estas son las medidas oficiales: una bebida equivale a 147 mililitros de vino, 354 mililitros de cerveza o 44 mililitrosm de cualquier licor fuerte. 

Trata la fibrilación auricular. Esta condición que se manifiesta en forma de palpitaciones o dificultad para respirar puede aumentar casi cinco veces las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular. Se recomienda que el ritmo cardiaco irregular sea tratado por un médico.

Cuida tu diabetes. Esta enfermedad crónica daña los vasos sanguíneos y esto, a su vez, incrementa la probabilidad de producir coágulos. Si tienes diabetes, lo mejor es cuidar tu dieta y hacer ejercicio. Si no tienes diabetes, cuida tu ingesta de azúcar, sobre todo si tienes antecedentes familiares de la enfermedad.