Sin 'remedio', deficiencias en hospitales de Saltillo
Deficiencias, falta de personal y medicamentos son el principal padecimiento que aqueja al sector salud de la ciudad
POR ARMANDO RÍOS / FOTOS OMAR SAUCEDO
No ha sido sólo el aumento a la gasolina lo que sacó “canas verdes” a la ciudadanía durante los primeros días del año. Los servicios de salud en Saltillo llevan largo tiempo presentando una serie de deficiencias y desabastos en su servicio, que se ha convertido ya en un mal crónico. Durante 2016 no fue noticia nueva el que los hospitales de la localidad “sufrieran” graves crisis por el desabasto de medicamentos y poca eficacia en los servicios.
El año pasado se presentaron en Saltillo al menos 26 quejas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos de carácter formal, contra los servicios de salud, concretamente contra el Hospital General del ISSSTE Saltillo, Hospital IMSS No. 2, Hospital IMSS No. 1, el Hospital General de Saltillo y la Clínica del Magisterio. Estos temas no se incluyeron en la comparecencia del Secretario de Salud, Jorge Verástegui ante el Poder Legislativo durante la glosa del Quinto Informe de Gobierno.
Las irregularidades van desde el servicio de recepción y urgencias, hasta los quirófanos, pasando por el grave problema de la falta de medicamentos, especialmente insulinas y antibióticos.
Fue durante este mismo año, cuando empresas “fantasmas” contratadas por el Gobierno del Estado, hicieron la compra de material quirurgico que nunca fue entregado a las dependencias de salud, lo que causó la sorpresa de diversos actores de la política coahuilense, quienes dijeron en declaraciones: “El sector salud no está para más desfalcos”, lo comentó el diputado Javier de Jesús Rodríguez Mendoza.
Luego de un ejercicio que realizó VANGUARDIA por estos institutos de salud pública de la ciudad, algunas voces de quejas resaltan, sobre todo, los problemas con el tiempo de espera que tarda un derechohabiente en ser atendido por algún especialista, pasar a pruebas de laboratorio o incluso ser atendido por una emergencia.
Las salas de espera tuvieron un ligero descanso en la temporada vacacional que para muchos en el hospital empezó a partir del 22 de diciembre y terminó (hasta hoy lunes). Ante esta situación, los especialistas también se tomaron un respiro abriendo brecha para que las instituciones privadas de salud ofrecieran sus servicios dentro del mismo Hospital General. Los laboratorios privados detuvieron la espera de cientos de saltillenses, que ante la ausencia de especialistas prefirieron tomar los servicios, pagando desde 300 hasta mil 500 pesos por diversos estudios sanguíneos. “Ya llegamos hasta aquí, tenemos que regresar con alguna respuesta. Vengo de General Cepeda”, dijo la señora Rebeca García, quien llegó desde las 06:00 horas el pasado jueves al Hospital General, solicitando un examen de perfiles hepáticos.
Durante la madrugada del 1 de enero, Mara Hernández, una de las pacientes acudió a las 07:00 horas al Hospital General de Saltillo con una cita programada para la cesárea que traería a su hija Andrea al mundo. Sin embargo, la operación fue pospuesta 36 horas bajo el argumento de que sólo había un quirófano disponible para todas las pacientes que llegaran.
Pero ese no fue el único problema de Mara Hernández, quien pidió dejar su nombre en el anonimato por temor a represalias en su contra.
Luego de la cesárea, siguieron los problemas, Mara Hernández tuvo que pedir a su familia el apoyo para exigir al Instituto Mexicano del Seguro Social la constancia donde aparecía que su registro ante el IMSS había sido anulado desde hacía 10 meses cuando dejó su trabajo para dedicarse de lleno al embarazo, de lo contrario, tendría que pagar una cuota arriba de 10 mil pesos por el servicio en el HGS en un plazo menor a 3 días.
Es la misma decepción que han sufrido quienes se enlistan a los servicios del Seguro Popular de manera gratuita, sin contar las inversiones que realizan los pacientes foráneos provenientes de ejidos y municipios aledaños a la cabecera de Saltillo, que además de invertir en transporte, tienen que hacerlo en medicamentos.
Desde inicios del año pasado, VANGUARDIA reportó que las quejas aumentaban en el Hospital General hasta llegar al grado donde los pacientes tuvieron que comprar sus propias gasas y jeringas para ser atendidos en el nosocomio.
“Pues no tienen el medicamento de la ranitidina, ni otro que se necesita para evitar infecciones en las operaciones, nosotros no tenemos dinero y hasta tuvimos que comprar gasas porque aquí nos dijeron que no tienen, pues es un gasto que a lo mejor no es tan caro, pero para nosotros sí lo es”, dijo la señora María de Jesús Rodríguez, provenientes de Concepción del Oro mientras uno de sus familiares estaba internado en este hospital luego de haber sido operado por una gastritis complicada.
Este fue el mismo caso de Delia Martínez, quien tenía en esos momentos internada a su nuera, y señaló que también tuvo que poner dinero de su bolsillo pues no tenían jeringas ni el medicamento.
“Mi nuera tiene amenaza de aborto y está aquí internada y pues tuvimos que poner de nuestro dinero para que la atiendan y pues somos de escasos recursos, no podemos gastar dinero que no tenemos”, dijo.
Antes de que concluyera el año, VANGUARDIA acudió nuevamente al Hospital General y los problemas peristen, sobre todo en los fines de semana cuando el número de pacientes en Urgencias aumenta.
IMSS, POR LAS MISMAS La situación fue la misma para el Instituto Mexicano del Seguro Social, donde incluso el año pasado se vio envuelto en una serie de denuncias ciudadanas, luego de que en la Clínica 82, ubicada en la colonia Agua Azul a varios derechohabientes les fuera negado el servicio de manera violenta, tras reclamar la cancelación de sus citas que habían sido concedida desde semanas anteriores, inclusive fueron desalojados de la clínica.
Según el personal del lugar, las mujeres fueron desalojadas y sus citas canceladas por la falta de personal, mientras que en ese momento el secretario general de la Sección XII del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social dijera que había 270 vacantes disponibles en la región sur de Coahuila, contemplando a La Laguna.
El caso se presentó también durante los primeros meses de 2016, cuando la señora Carmen Campos señaló que acudió ante el coordinador médico de la clínica, el cual se negó a identificarse, para pedirle que al menos se le entregaran las medicinas, pues ya se le habían terminado, a lo cual el médico se negó y hasta la corrió de la clínica.
“Le dije que yo no puedo estar sin medicamentos para el corazón porque he sufrido dos infartos, y me contestó: “No se lo voy a pagar de mi bolsa, ese es su problema’’.
Las negligencias mayormente mencionadas fueron las de dos practicantes de la Clínica Uno del Instituto Mexicano del Seguro Social quienes “por error” lesionaron del pene a un recién nacido, confundiéndolo con el cordón umbilical, llevando a los padres del infante a presentar su denuncia en la Comisión Coahuilense de Conciliación y Arbitraje Médico (Coccam).
Luego de un ejercicio de VANGUARDIA realizado durante los primeros días del año, los derechohabientes del IMSS y del Seguro Popular siguen padeciendo los mismos problemas a causa de la falta de medicamentos.
Luego de una breve encuesta hecha por VANGUARDIA, 8 de cada 10 pacientes, salieron con un 60 por ciento de su receta completa, y en su mayoría fueron antibióticos, insulinas y diuréticos los faltantes.
El panorama pinta igual o peor para este año. Según especialistas, el paquete económico para 2017 agravará la situación del desabasto de medicamento.
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