Su reloj interno
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Su reloj biológico interviene en todas las funciones de su organismo, y cuando se desajusta, su desempeño físico y mental —y su salud—, pueden sufrir las consecuencias
La OMS la recomienda para reducir la incidencia del VIH y otras enfermedades venéreas, pero hay que tener en cuenta los riesgos de la intervención
¿Vive usted contra reloj, checando la hora para no llegar tarde al trabajo, a la escuela o a sus citas?
Mientras usted se esfuerza para estar a tiempo en sus actividades diarias, su cuerpo regula las funciones vitales con su propio reloj interno.
Ese reloj biológico, le ayuda a sentirse alerta en el trabajo, hambriento a la hora de comer, somnoliento después de la comida de mediodía y listo para irse a dormir en la noche.
Y ese reloj trabaja a su propio ritmo en periodos de 24 horas, llamado ‘ciclo circadiano’, una palabra que viene del latín y significa ‘alrededor del día’).
Esos ritmos naturales están coordinados por una pequeñísima región en su cerebro, una especie de ‘reloj maestro’ que regula la producción de hormonas de acuerdo a indicadores externos que capta de su entorno.
Los indicadores más importantes del ‘ciclo circadiano’ son la luz y la oscuridad. Pero no son los únicos.
reguladores hormonales
Durante el día, cuando hay luz, el reloj maestro envía señales a ciertas regiones del cerebro para fabricar las hormonas que ayuden a mantenerlo despierto, a reforzar su ritmo cardiaco y a proporcionarle energía para llevar a cabo las actividades cotidianas (esas hormonas son enviadas a través del torrente sanguíneo para hacer que determinada parte del cuerpo reaccione de cierta manera).
Y al anochecer, cuando comienza a entrar menos luz a través de sus ojos, el reloj interno impulsa la producción de melatonina, una hormona que hace que usted se sienta somnoliento y le ayuda a permanecer dormido.
De esta manera, su reloj interno modifica varias funciones del cuerpo, incluyendo la temperatura corporal, los niveles hormonales, la producción de orina y la presión sanguínea.
Pero cuando se cambian los relojes al horario de verano, no se modifica en nada nuestro reloj interno, porque se trata de un temporizador biológico que no puede engañarse.
En otras palabras, el cambio de hora no puede engañar al ritmo circadiano, que se guía por la salida y ocultamiento del Sol y cambia dependiendo de la estación del año y del lugar donde se vive, es decir, de acuerdo a la longitud y latitud terrestre.
Las modulaciones
El primer concepto importante con respecto al ciclo circadiano, es que somos gobernados por un orden temporal interno, regulado por la duración del día y por la duración de la noche.
Es decir, el ciclo natural que define el tiempo que tarda nuestro planeta en dar una vuelta sobre su propio eje.
Esto implica que los seres humanos vivimos en un ciclo que se repite cada 24 horas, y que en función de la latitud y estación del año, quedamos expuestos a un periodo diurno, en el que hay luz, y a un período nocturno, carente de ella.
Cualquier variable de nuestro organismo cambia en función del momento en que este periodo se encuentre; por ejemplo, la temperatura, dentro de un rango fisiológico, aumenta durante el día, luego se estabiliza y vuelve a aumentar durante la tarde, disminuyendo en la noche.
Asimismo, la frecuencia cardiaca aumenta durante el día, hasta llegar a un pico, y luego disminuye, y aumenta y disminuye durante la noche, según la etapa del sueño. Por lo tanto, cada una de las variables fisiológicas tiene una modulación circadiana, lo que quiere decir que se ajusta a un periodo de 24 horas, pero además, el concepto de ‘orden temporal’ establece que, si bien cada variable tiene su propia modulación circadiana, existe una relación ‘de fase’ entre todas las variables de nuestro organismo.
un ejemplo
Cuando la temperatura corporal está en un punto, la frecuencia cardiaca guarda una relación ‘de fase’ con ese punto, es decir, la temperatura corporal no puede estar en un punto fuera del que le corresponde a una determinada frecuencia cardiaca.
Las variables endocrinas también tienen su ciclo. Por ejemplo, la hormona del crecimiento (reparadora del organismo) es secretada en las etapas profundas del sueño; en cambio, el cortisol, aumenta desde la segunda mitad de la noche.
Y esto sucede con todas las hormonas, según su propia modulación. Pero el cortisol (la hormona del estrés) también puede aumentar en respuesta a un estímulo, por ejemplo, cuando el individuo se prepara para una operación quirúrgica.
O sea que el cortisol aumenta independientemente de la modulación circadiana, lo que demuestra que también existe una modulación funcional, según la capacidad de respuesta de cada persona a lo que acontece en su entorno.
Los desajustes
“Muchos procesos son configurados alrededor del ciclo de 24 horas: dormir, comer, despertar, beber y aún eventos relacionados con la salud, como la presión sanguínea”, asegura la doctora Marta Gillette, de la Universidad de Illinois en Urbana.
“Por ejemplo”, dice ella, “los ataques al corazón tienen más probabilidad de ocurrir temprano en la mañana, cuando el nivel de la hormona cortisol empieza a elevarse en el torrente sanguíneo”. Y se ha demostrado que la hora del día influye en la efectividad de ciertos medicamentos y en los efectos secundarios de los mismos.
Pero si las actividades cotidianas modifican el ritmo de su reloj circadiano, lo sacan de sincronía, y su salud puede sufrir las consecuencias.
Por eso los horarios de personas con cambios de turno alteran el funcionamiento de su reloj biológico. Esas personas con frecuencia se muestran somnolientas durante el día, o bajan sensiblemente su estado de alerta y su rendimiento.
De hecho, los estudios muestran que los trabajadores por turnos tienen un riesgo mayor de enfermedad del corazón, de perturbaciones digestivas, cáncer y otros problemas de salud.
Otras interrupciones menos severas del reloj circadiano son los cambios de horario de un continente a otro (jet-lag), que afectan principalmente a los viajeros aéreos que se mueven grandes distancias.
Algunos estudios sugieren que tomar píldoras de melatonina antes de ir a la cama, pueden ayudar a que los viajeros (‘jet -lagged’) se ajusten a sus nuevos horarios de zona.
Pero la evidencia científica de usar melatonina para tratar desordenes del sueño, todavía no está clara.
Y un punto importante: el cerebro tiene más problemas para ajustarse a un día corto que a uno más largo.
Por eso cuando los días tienen menos horas de luz, como ocurre cuando comienza a acercarse el otoño, muchas personas muestran dificultades en algunas de sus variables circadianas, y esas dificultades se reflejan en su de-sempeño y en su estado de bienestar.
En realidad el reloj circadiano siempre se ajusta al lapso de 24 horas, el problema es que la duración del día y de la noche varían de manera constante a través del año, de manera que en los periodos extremos, el ritmo circadiano hace que muchas funciones vitales del organismo alteren el rendimiento físico y mental de la persona.
La mejor manera de controlar el reloj circadiano consiste en mantener un horario regular para realizar las principales actividades cotidianas, como es el caso de acostarse, levantarse, comer y hacer ejercicio.
En años recientes los investigadores han descubierto que las actividades circadianas (las que se ajustan al ritmo del día y la noche) son mucho más complicadas de lo que hubieran esperado. Por ejemplo, han encontrado que el reloj circadiano trabaja incluso a nivel celular, donde los genes y las proteínas de cada célula también funcionan en ciclos circadianos.
En fin, y para decirlo en pocas palabras, el reloj biológico universal y exacto de 24 horas, gobierna el sueño y la vigilia, el descanso y la actividad, la temperatura corporal, el rendimiento cardiaco y muchas otras funciones del organismo.
eventos mañaneros
Los ataques al corazón tienen más probabilidades de ocurrir en la mañana, cuando el nivel de la hormona cortisol empieza a elevarse en el torrente sanguíneo. De la misma manera la hora del día influye en la efectividad de ciertos medicamentos y en los efectos secundarios de los mismos.
Si las actividades cotidianas modifican el ritmo de su reloj circadiano, lo sacan de sincronía, y su salud puede sufrir las consecuencias. Por eso los horarios de personas con cambios de turno alteran el funcionamiento de su reloj biológico. Esas personas con frecuencia se muestran somnolientas durante el día, o bajan sensiblemente su estado de alerta y su rendimiento.
el tic tac de la melatonina
Al anochecer, cuando comienza a entrar menos luz a través de sus ojos, el reloj interno impulsa la producción de melatonina, una hormona que hace que usted se sienta somnoliento y le ayuda a permanecer dormido.
Mientras usted se esfuerza para estar a tiempo en sus actividades diarias, su cuerpo regula las funciones vitales con su propio reloj interno.