Temen otro sismo habitantes de ejido de Saltillo
Paredes cuarteadas dejó el terremoto del pasado martes en el ejido Guadalupe Victoria... y miedo, mucho miedo
La lluvia se detuvo poco antes de la hora de la comida, algunas mujeres del ejido regresaban del monte seguidas por sus chivas, otras preparaban los guisos para los niños y esposos, mientras los hombres trabajaban en el campo o en maquilas de Derramadero, algunos descansaban en casa antes de ir al turno vespertino. De pronto, un zumbido se fue acercando y estalló un crujido, como si las entrañas de la tierra rugieran, y empezó la sacudida de casas, árboles y todo lo vivo e inerte. Después del miedo y la zarandeada, volvió a caer la lluvia. No es la primera vez que los habitantes del ejido Guadalupe Victoria, a 53 kilómetros al sur de Saltillo, han sentido un sismo, pero sí fue el más violento que recuerdan.
A las 14:09 horas el terremoto agitó las casas de adobe, vidrios, madera, láminas, con todo y muebles, personas, animales, vehículos. Fueron si acaso 15 ó 20 segundos de sacudida, contaron vecinos del ejido, algunas de sus cuartos y techos sufrieron daños. Según información del Servicio Meteorológico Nacional el sismo tuvo una magnitud de 4.5 y una profundidad de 5 kilómetros, y tuvo un epicentro a 40 kilómetros del sur de la capital coahuilense.
“Ojalá ya no vuelva a pasar porque nuestras casas no aguantan otro sismo”, dijo Arturo Hernández, trabajador de Metalsa en Derramadero. Él estaba sentado afuera de casa cuando vio los vidrios de la ventana tambaleando y los cables de luz sacudiéndose; le gritó a su familia que saliera de casa, y él entró para sacar a su bebé que dormía en cama. Adentro, gritos de niños y mujeres mientras pedazos de tablas en el techo de la cocina caían con terrrones.
LOS DAÑOS
Después del terremoto, vino el recuento de los daños en el ejido Guadalupe Victoria: cinco casas presentaron afectaciones leves y grietas; una de ellas tuvo una cuarteadura de aproximadamente 2 metros de altura y hasta 2 centímetros de ancho, de acuerdo con Protección Civil de Saltillo.
Este lunes elementos de la corporación acudieron al ejido y evaluaron daños. Los pobladores esperan recibir algún tipo de apoyo, como material de construcción, para reparar techos y paredes
LOS AGARRÓ LAVANDO O TRABAJANDO
La mamá de Yesenia, Tere, acababa de llegar del monte con sus chivas. “De pasada me traje leña porque aquí tenemos chimeneas, no usamos las estufas, dejé la leña y me estaba lavando las manos cuando llegó”, ´platica.
En casa de doña Mague escucharon un tronido, sintieron la sacudida, vieron los objetos tambaleándose y las mujeres corrieron fuera. “Todas se vinieron acá afuera conmigo, mi esposo estaba sentado allí, dice que sintió que la tierra se movió y nos fuimos todos en medio de los dos pinos”, contó.
Hace años sintieron otros sismos, uno de ellos los agarró a las 08:00 horas: “todavía no nos levantábamos, se sintió que las camas se movieron y corrimos para afuera”. Y antes de ese, doña Mague y Tere se acuerdan de otros movimientos de la tierra que han sacudido a los más de 500 pobladores del ejido Guadalupe Victoria.