Tina Modotti, un corazón mexicano
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El 5 de enero de 1942 murió la fotógrafa italiana Tina Modotti en un taxi de la Ciudad de México al no poder llegar al hospital. Conoce más de su vida, obra y pasión por México en #PáginaSiete
Por: Elena Vega
Coeditora web en Vanguardia
Un 5 de enero murió en las calles de la Ciudad de México Assunta Adelaide Luigia Modotti Mondini, mejor conocida como Tina Modotti.
La fotógrafa de los mexicanos, de los indígenas que nadie quería ver, nació hace más de un siglo en Italia, el 17 de agosto de 1896. La Ciudad de México la abrazó y vio crecer como mujer y como artista y luego la vería morir en un taxi cerca del hospital al que no pudo llegar.
¿Y por qué recordamos aún a esta mujer? Quizá porque supo dar a conocer el México de antaño a través de su lente, quizá porque fue una mujer adelantada a su época que provocó con su coherencia a la sociedad conservadora de entonces o quizá simplemente por su amor a la vida, al arte, a una causa y a los hombres que compartieron su caminar a ratos.
La historia de Tina no tiene inicio ni final claros, todo fue difuso y nada parecía tener un leitmotiv. Supo vivir de acuerdo a su ideología, desde su llegada a América, su paso casi imperceptible en el cine hollywoodense y su estancia en México, donde las imágenes pasaban frente a ella y no se iban, querían quedarse y las tomaba para dejarlas plasmadas en un papel fotográfico. Será digna de llamarse precursora del fotoperiodismo en México.
Tina era una mujer atractiva para los intelectuales y artistas de su época. Fue musa y amante de mentes influyentes como Roubaix Richey, “Robo”, el fotógrafo Edward Weston; el revolucionario Julio Antonio Mella y el pintor mexicano Xavier Guerrero. Departió por igual con Frida y Diego, con Antonieta Rivas Mercado, Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.
Tina tenía un corazón noble que terminó cansado luego de su paso por España ayudando a la causa durante la Guerra Civil, tras ser expulsada de México por causas políticas. Militante del viejo comunismo, Tina no dudó en agotar su corazón apoyando a sus camaradas republicanos para quienes fue conocida como “María”.
Ellos la recordarían como la mujer callada y diligente que les daba de comer y los veía caer en las salas de hospital. Tina Modotti fue una mujer que llegó a México para engrandecerlo por medio de su lente.
En nuestro país le tocó vivir una época que despertaba al arte, un México que se movía propulsado por un mural de Rivera o las ideas de Trotsky, pero no volteaba a ver a una niña indígena, y Tina Modotti supo mostrar al mundo a ese pueblo invisible.
Regresa, sin desearlo, a México. De aquella mujer que inspiró a artistas, a intelectuales y a revolucionarios no se llevó nada, pues murió sola en un taxi en las calles de la Ciudad de México un invierno de 1942.
De su elegía se encargó Pablo Neruda, quien le dedica unos tristes versos que acompañarían su lápida, ahora borrada por el paso del tiempo, pero sobre todo por el olvido de la mayoría de los mexicanos.