Tres maneras de protegerte de agresiones físicas y sexuales
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Lamentablemente, las agresiones tanto físicas como sexuales ocurren con frecuencia hoy en día, especialmente las dirigidas a mujeres y niños. A continuación, estos consejos y trucos ayudan a estar a salvo de ataques
Un estudio llevado a cabo en Estados Unidos en 1998 por el Instituto Nacional para la Justicia y Centros de Prevención y Control de Enfermedades (National Institute of Justice and Centers for Disease Control and Prevention) llegó a la conclusión de que una de cada seis mujeres y uno de cada 33 hombres fue víctima de una violación o de un intento de violación.
De manera similar, el Centro Nacional de Víctimas de Delitos informa que 996.106 estadounidenses sufrieron agresiones físicas violentas en 2012.
Este tipo de estadísticas resultan inquietantes y mucha gente preferiría ver cifras más pequeñas o directamente, reducidas a cero. Para
acercar esta visión a la realidad, muchas personas hacen un esfuerzo para lograr un mundo más seguro para las víctimas de esos delitos a través de mecanismos de autodefensa. A continuación, algunos de esos recursos y técnicas de defensa personal.
1. Aprende cómo y dónde golpear
Siempre que sea posible, evita el enfrentamiento físico. Pero deberías tener un conocimiento básico de los puntos vulnerables del cuerpo humano para cuando el agresor no te deja otra opción. Un golpe bien colocado en cualquiera de estas áreas puede reducir a un potencial atacante y crear la oportunidad de escapar o pedir ayuda: ojos, orejas (golpearlas con la mano ahuecada o tirar de ellas con fuerza), nariz, mentón, tráquea, plexo solar, ingle, rodilla, canilla y empeine.
Si bien es un asunto más complicado que la simple memorización de partes del cuerpo, muchos tipos de artes marciales te enseñan a descubrir las zonas vulnerables de tu oponente y como neutralizar una situación con eficacia.
2. Pelea sucio
Como se menciona anteriormente, pelearse con un atacante debería ser el último recurso pero a veces tu única opción es defenderte físicamente. En esos casos, olvídate del decoro y del espíritu deportivo. Cuando la seguridad física y pública está en peligro, es aceptable utilizar cualquier medio efectivo para neutralizar la situación.
No es una cuestión de maldad contra el agresor sino más bien la realidad de la situación. Tirar del pelo, arañar, morder, dar golpes bajos: no hay límites cuando tu vida y tu seguridad están amenazadas.
El sargento Rory Miller, oficial de corrección retirado, líder de equipo táctico y autor de libros de defensa personal, escribió en su libro Meditaciones sobre la violencia ("Meditations on Violence,"): “Es mejor evitar que escapar; es mejor escapar que controlar una situación, es mejor neutraliza runa situación que pelear, es mejor pelear que morir. La esencia misma de la autodefensa consiste en una lista de cosas que te salvan la vida cuando estás jugado.
3. Pide ayuda
Desafortunadamente, a mucha gente le resulta imposible defenderse, aunque lo intenten, de una agresión física o de un ataque sexual. Estas víctimas han sufrido un trauma severo y hay organizaciones que les pueden prestar asistencia.
Recuerda que si te encuentras en peligro, llama al número de emergencias.