Twitter, el arma de Trump contra México: expertos

Nacional
/ 29 enero 2017

La respuesta mexicana ha sido tal y como se esperaba, afirman, es hora de reducir la tensión

El tuit era sólo un esfuerzo más para presionar a México lo máximo posible para ver dónde estaba la línea roja, pero ahora que Trump sabe cuál es el límite, no fue consciente del aumento del nacionalismo mexicano y de la animadversión hacia su gobierno y EU”.

WASHINGTON.- Donald Trump cumplió una semana en el poder y en este lapso tuvo tiempo suficiente para desatar una crisis con México sin precedentes. A golpe de tuit, el magnate fue capaz de desestabilizar la convivencia de dos vecinos históricos, en una relación que entra en una nueva fase por culpa de la obcecación de la promesa del muro en la frontera y de que los mexicanos lo paguen.

Para el historiador mexicano, Pablo Piccato, director del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Columbia University, la ofensiva de Trump con México tiene sólo un objetivo: “Mantener la atención del ciclo informativo en un tema que lo hace parecer fuerte y que hace referencia a una de sus promesas de campaña”, a la vez que recuerda que “la diplomacia está subordinada a las percepciones”.

Es en ese sentido que es interesante analizar las decisiones de ambos lados. “Los tiempos fueron absolutamente fundamentales”, apunta a este diario Duncan Wood, director del Mexican Institute del Wilson Center. 

“La idea era poner más presión en el equipo negociador mexicano e intentar tomar la delantera”, analiza Wood, una conclusión que coincide con la de la directora de la red US-Mexico de la University of Southern California, Pamela Starr: “El tuit era sólo un esfuerzo más para presionar a México lo máximo posible para ver dónde estaba la línea roja”.

Trump sabe ahora cuál es el límite, pero, según Starr, no era consciente de lo que podía suponer: Un aumento del nacionalismo mexicano y de la animadversión hacia su gobierno y Estados Unidos. “La combinación de la naturaleza del nacionalismo mexicano y las cifras de popularidad del Presidente confirmó que Peña tenía que cancelar la visita”, apunta Starr.

 

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