"UK Cat Killer” ha matado y mutilado a más de 500 animales en Inglaterra
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El criminal se ha convertido en un objetivo de la Policía y de los defensores de los animales y se ofrece una recompensa de 10,000 libras por él.
Suena como una historia de una novela policial: Desde hace casi tres años el "UK Cat Killer" ha matado y mutilado a más de 500 animales en Inglaterra, la mayoría de ellos gatos pero también zorros y conejos, que fueron encontrados cerca de sus dueños a menudo en escuelas, guarderías o parques.
El criminal se ha convertido en un objetivo de la Policía y de los defensores de los animales y se ofrece una recompensa de 10,000 libras por él (unos 11,150 euros/12,900 dólares). La polémica punta de lanza civil del operativo es una pareja enamorada de los animales del sur de Londres.
En un café en la estación de East Croydon, Boudicca Rising -que no quiere revelar su verdadero nombre- responde llamadas y anota en su notebook, mientras Tony Jenkins comprueba con el smartphone el ingreso a su página de Facebook SNARL (South Norwood Animal Rescue Liberty).
Ambos crearon en 2014 un albergue para animales que no tienen hogar, a los que alimentan en casa. En este momento tienen 30 gatos, dos perros y un ratón de campo. Su Facebook tiene más de 26,000 "me gusta" y son famosos en Reino Unido por ser los que quieren atrapar al asesino de gatos.
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Su cacería comenzó el 22 de septiembre de 2015, cuando Rising y Jenkins recibieron una llamada para que fueran a ver el cadáver de un felino sin cabeza ni cola que había aparecido en su barrio, Croydon. "Enseguida supimos que eso no lo había podido hacer un zorro", dice Rising. Y en las siguientes semanas empezaron a aparecer más casos.
Después de que en la prensa local aparecieran informaciones sobre el "Croydon Cat Killer" (El asesino de gatos de Croydon) y de una petición con 50,000 firmas, la Policía hizo que los forenses analizaran el caso y confirmaran que los primeros 23 cadáveres de los animales habían muerto posiblemente a manos de la misma persona y de la misma forma: como consecuencia de un golpe con algún objeto y luego mutilación con un cuchillo.
El responsable de la investigación Andy Collin creó un equipo de 15 personas bajo el nombre en clave de "Takahe" para tratar de poner fin a la matanza, trabajando estrechamente con los protectores de animales de SNARL.
Sin embargo, en los meses siguientes siguieron apareciendo gatos muertos en Londres y alrededores, en todo el sur de Inglaterra e incluso en Mánchester. El "Croydon Cat Killer" se transformó en el "UK Cat Killer" (El asesino de gatos de Reino Unido).
Cuando los criminalistas alertaron de que el agresor podría aburrirse en algún momento y empezar a atacar a personas -muchos asesinos en serie comenzaron matando animales- surgió una ola de histeria entre la población. Pese a ello, la Policía no cree "que haya ningún indicio de riesgo para la vida humana", responde un portavoz ante una consulta.
Más de dos años y medio y más de 500 animales muertos después, el investigador Andy Collin renunció al caso inesperadamente en junio, y sin su importante contacto policial, Jenkins y Rising se encuentran de nuevo solos.
Ya no son capaces de seguir contando la cantidad de animales muertos. Los cadáveres y cabezas de los gatos cuyo dueño no encuentran los guardan en un congelador en su casa. La pareja ha enfermado a causa del caso, tiene deudas y depende de donaciones para pagar el alquiler y el mantenimiento de ellos mismos y de los animales. "Estamos hundidos", dice Rising.
Algunos expertos desaprueban lo que hace la pareja. Podría ser que no exista el asesino psicópata y con un desorden sexual que buscan. Al menos eso es lo que afirmaron recientemente algunos científicos como el investigador del medio ambiente Stephen Harris (Universidad de Bristol).
En la revista británica "New Scientis", Harris trazó un paralelismo con la "Operación Obelisco" de 1998, cuando la Policía inició una búsqueda de un asesino en serie con problemas sexuales tras la aparición de decenas de gatos muertos. El caso fue cerrado un año más tarde después de que Harris probara que los responsables de las muertes habían sido zorros.
Rising y Jenkins rechazan de plano estas teorías. Creen que el o los responsables trabajan en un sector en el que se viaja mucho con el automóvil. "Eso explicaría la aparición de escenas del crimen en sitios que parecen al azar en todo el país", afirma Rising. No quieren revelar cómo planean descubrir al culpable. Jenkins recupera casi a diario cadáveres de gatos con su viejo coche.
¿Qué tiene que pasar para que abandonen su búsqueda? "Nada", dice Rising. "Vamos a atraparlo”.