Una víctima más del COVID-19: el transporte escolar sigue pasando aceite
El cierre de escuelas por la pandemia del coronavirus tiene una víctima colateral
Los dueños y choferes del transporte escolar de Saltillo están pasando por la peor crisis que recuerden en su vida.
Hace ya más de cuatro meses que sus camiones y sus vans de color amarillo se encuentran yonkeadas, con las llantas bajas y la batería descargada.
El pasado 15 de marzo, y tras el anuncio de que se suspenderían las clases por culpa del coronavirus, los propietarios y conductores de transporte escolar pararon sus unidades.
“Nosotros somos de los más perjudicados, ya no hemos podido trabajar en el transporte y es la fuente de nosotros”, dice Jesús Martínez Valerio, el secretario general del Sindicato CTM del Transporte Escolar.
La mayoría de quienes laboran en este ramo, unos 65 agremiados a la CTM, se quedaron sin empleo y con un montón de deudas. Unos andan ya vendiendo gorditas en las calles, otros buscándose la vida por otro lado…
SIN TRABAJO Y SIN AYUDA
“Andamos desesperados porque no hemos recibido ayuda del Gobierno. Estamos olvidados, no sé… Estamos parados, no hay actividad”.
Y ahora con el posible regreso a clases de los alumnos en línea, en el camino del futuro de los trabajadores del transporte escolar se avizoran nubarrones oscuros… y Jesús, es uno de ellos.
Hasta antes de la pandemia del COVID-19, el negocio del transporte escolar, era un buen negocio. Cuando menos daba para comer.
A Jesús, que tiene ya 25 años en este ramo, le permitió darle estudio a sus hijos profesionistas.
Viendo que había porvenir su esposa, una hija suya, su sobrina, su hermana y su yerno, se metieron en este sector.
“De que sale, sale, sí deja, te da para vivir. Yo de aquí le di estudio a mis hijos”.
Jesús dice que en los cuatro meses que lleva la pandemia, sólo una vez el gremio ha recibido una despensa básica por parte de las autoridades, y eso porque Jesús envió un oficio a la municipalidad para pedir apoyo.
“Ahí estamos sufriendo las consecuencias, estamos parados y a como vamos no va a haber niños, van a ser en línea las clases y si acaso dijeran ‘van a ser presenciales’, cuántos niños crees que nos permitan subir, cuatro o cinco niños, por la sana distancia”.
USARON EL RECURSO QUE TENÍAN PARA SOBREVIVIR
En medio de la crisis Jesús hubo de acordar con sus compañeros meter mano a un ahorro de 100 mil pesos que habían juntado para comprar un lote y construir ahí la base de los transportistas.
El dinero fue repartido entre todos, según la antigüedad, pero… ya se acabó y los patrones y choferes de transporte escolar ya andan pasando aceite otra vez.
“Quedó en ceros el Sindicato, pero nos sirvió…”.
-¿Cómo hace para sostenerse?, ¿de qué vive?
-Mis hijos son los que sostienen la casa, dos que tengo solteros, son profesionistas y ellos son los que se hacen cargo de la casa, pero ¿los gastos personales de uno, las deudas?, estamos sufriendo…
Jesús, que antes era el encargado de llevar y traer a chicos de tres escuelas, hoy está sin trabajo y las dos vans de viejo modelo que logró comprar con sacrificio están tiradas.
Don Jesús ya tiene 60 años y es diabético.
“Ya a mi edad no consigo trabajo y son avisos y avisos de las mueblerías, las deudas que tiene uno y no hay de dónde sacar. El día que llegue a haber la vacuna y trabajemos normal hay que empezar pagando seguros, refrendos, licencia, tarjera de circulación, tarjeta de identificación, estar al corriente en todo, va a ser mucho gasto”.