Vecinos piden ayuda para padres de Iker; la madre está sumida en profunda depresión

Vecinos de Ana Ulloa y Jonathan Cadena, padres de Iker, el pequeño que tuvo muerte cerebral por el ataque de Max, un perro pitbull en la colonia Las Margaritas, piden que se apoye a Ana.

Aseguran que Ana está sumida en una profunda depresión por la pérdida de su hijo, y que su otro pequeño también presenta problemas psicológicos, pues no logra asimilar que su hermano ya no está con ellos.

Señalan que en un principio muchas personas se acercaron a ofrecer apoyo, entre ellos el DIF, pero que ya nunca regresaron y la familia está pasando por una dura situación, ya que la madre de Iker no sale de su casa e incluso ha pensado en suicidarse, porque asegura que su pequeño se le aparece y se lo pide, lo que causa preocupación en sus vecinas.

Por otro lado, luego de que Max fuera entregado a la Fundación Raúl Juliá Levy para ser rehabilitado, algunos piensan que es un animal y que no tiene culpa de lo sucedido, mientras que otros consideran que lo único que se está haciendo es premiarlo por haber quitado una vida, mientras que a los dueños no se les ha aplicado ninguna sanción.

Mayela Sánchez, vecina de Ana, señaló que ella se encuentra muy mal y aislada de todos: “No estuvo bien eso, debieron de haberlo sacrificado, a ellos no se les ha dado ningún apoyo de nada, la muchacha hasta está en depresión, ya no trabajó ni nada, ¿cómo no se acercan a ella en lugar de andar perdiendo en tiempo?”, cuestiona.

Teresa Salazar Sánchez, cuñada de Ana, expresó que en esta situación el único beneficiado está siendo el perro.

“El que salió ganando fue el perro, la señora se quedó con que si hubiera cuidado más al perro no hubiera pasado esto; Ana se quedó sin su hijo, yo sé cómo está porque es mi cuñada, ella perdió a su bebé y las autoridades no han hecho nada”, acusa.

Pedro Martínez, por su parte, está de acuerdo con el destino que se decidió para Max, ya que opina que es un animal que es agresivo por naturaleza y que no es su culpa.

Los vecinos exigen que se ayude a la familia y que ya no se les recrimine, pues conocen a Ana y aseguran que siempre fue buena madre y que luchó contra el perro para tratar de salvar a su hijo.