Abre albergue del Materno Infantil en Saltillo con poco espacio para recibir a madres foráneas; familias prefieren acampar
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Desde hace un mes y medio el albergue del Hospital Materno Infantil (HMI) de Saltillo abrió sus puertas para recibir a las madres foráneas que requieren de servicios de asistencia junto con sus bebés.
El espacio es atendido por personal de la Diócesis de Saltillo y pese a que permanece abierto las 24 horas del día para atender a las mujeres que requieren de asistencia, ellas prefieren acampar en el espacio que se encuentra detrás del mismo refugio debido a que el albergue solo recibe a siete mujeres sin sus familias.
Esto resulta una complicación, pues algunas requieren de curaciones u otro tipo de auxilio, ya que son pacientes que recién atravesaron por una cesárea o parto.
“El problema es que el refugio es solo para mujeres y luego llegan con sus esposos o con sus familiares y no podemos recibirlos, entonces ellas prefieren quedarse afuera; en diciembre, cuando hizo mucho frío las invitamos a pasar, pero no quisieron por la misma circunstancia”, comentó una persona encargada que prefirió omitir sus generales.
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En este momento hay cuatro familias completas que permanecen en tiendas de campaña esperando el alta de sus internos.
ADRIANA SE BAÑA CON AGUA FRÍA
Desde el 7 de enero Adriana parió a su bebé en el Hospital Materno Infantil, que nació con un defecto cardiaco conocido como atresia pulmonar por lo que permanece internado y en tratamiento en el HMI.
Ella permanece en el campamento del albergue y, debido a que requiere de ayuda durante su cuarentena, ha solicitado la ayuda de su esposo y su mamá, quienes viajaron desde Sabinas desde hace una semana y media para auxiliarla.
Todos están acampando, solo su mamá se queda en el albergue, que tiene un baño en el interior en donde Adriana se baña con agua fría, porque no hay boiler o calentador de agua.
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“Si queremos agua caliente tenemos que comprar nuestra resistencia y tina para calentar el agua, y sí es muy necesario porque las enfermeras nos piden a las mamás que vayamos limpias para amamantar a nuestros bebés, si no nos bañamos no nos reciben”, dijo Adriana.
Esta y otras deficiencias se van sumando a la necesidad de que se regule el servicio que se brinda en el albergue.
“Hay muchas cosas que no están bien, no nos dejan quedarnos con nuestras familias, tampoco nos dejan entrar con comida, tenemos que comer afuera y por eso yo prefiero quedarme con mi familia”, dijo la afectada.