Acaba vandalismo en Saltillo con la diversión de los menores
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Pese a los programas de embellecimiento, el esfuerzo de colectivos para rescatar plazas y mantener limpias las áreas verdes de parques públicos, el vandalismo termina destruyendo los espacios de recreación para niños y niñas, en la periferia de Saltillo.
En colonias como la Saltillo 2000, las canchas de futbol fueron destruidas con el paso del tiempo; además, plazas como la de la colonia Landín han sido invadidas por pandillas que “marcan su territorio” con graffiti y dejan a su paso restos de botellas de alcohol.
El Parque Hundido es otro sitio al que la ciudadanía no tiene acceso, pues ha sido invadido por migrantes que se refugian en sus palapas para dormir, además, el matorral y descuido de la zona cubrió con hierbas los juegos infantiles.
Decenas de parques y plazas en colonias de la periferia tienen el mismo escenario de vandalismo, descuido, maleza y destrucción; a la periferia no llegan los programas de rescate de las áreas verdes, donde además la inseguridad abona para que los vándalos dejen su huella.
“No cuidan los parques, apenas ponen juegos o bancas y las rayan, las destruyen, la gente no cuida el lugar, tira basura y algunos niños no cuidan los juegos, se suben aunque no quepan o ya no tienen edad para hacerlo y los forzan”, expresó Guadalupe Farías, de la colonia 2000.
La joven mujer reconoció que gran parte del abandono se debe a la inseguridad del área, pero también al descuido de los vecinos que tiran todo tipo de desechos, no cuidan las áreas verdes o dejan el excremento de sus mascotas sobre las banquetas.
En un recorrido hecho por VANGUARDIA se pudo constatar que es en colonias de la periferia donde las calles son usadas como campos de futbol, pues aunque hay parques con entrada libre para niños, como el Parque Ecológico El Chapulín, Bosque Urbano, Parque Las Maravillas, la Alameda o la Ciudad Deportiva, no todos los pequeños pueden trasladarse a estos sitios.
Mientras tanto, al norte de la ciudad, en colonias donde la población infantil es mucho menor, las plazas se mantienen intactas y no se percibe la presencia del vandalismo; dichas áreas son vigiladas por cámaras de seguridad de las casas e incluso algunas cuentan con casetas y elementos policiacos que las custodian.