Nuestra historia nos regala múltiples inquietudes en estos años marcados por la superstición, como el que once gobernadores hayan muerto cada que febrero es más largo
Cómo es de todos sabido, aunque las razones no sean del todo claras, este 2024 no va a tener 365 días porque es bisiesto.
Lo de que se le agregue un día a febrero tuvo su origen en Roma, primero porque el emperador Julio César decidió que el año romano al uso no servía, por el desfase con las estaciones del año; y luego porque el Papa Gregorio XIII, con la ayuda de un astrónomo y un matemático, se dio cuenta de que lo que por mil 600 años funcionó muy bien tenía un error.
Si bien Julio César y Sosígenes, el astrónomo que le aconsejó ya no usar ciclos lunares y seguir el año solar, lograron una gran mejora con respecto al calendario romano, fallaron en el cálculo de la duración del año solar.
Esto porque el proceso de traslación de la Tierra alrededor del sol no es de 365 días, sino de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos y este excedente acumulado obligó a sumar ese día a febrero cada cuatro años, lo que le da origen a este año singular.
Lo del nombre deriva del latín “bis sextus dies ante calendas martii”, que significa: el sexto día antes del primer día de marzo. En un principio, el calendario original constaba de 10 meses, empezando por marzo y terminando en diciembre. Cuando los romanos se dieron cuenta de que las estaciones estaban descoordinadas por la falta de días, añadieron enero y febrero.
Y así, en una nuez, queda explicada esta decisión papal para medir los días que hoy nos rige.
RODEADOS DE SUPERSTICIONES
A propósito de los años con un febrero más largo, se tiene la idea de que estos son de mal agüero, porque han pasado algunos sucesos negativos en el mundo.
Un ejemplo, el Titanic chocó con un iceberg en el Atlántico Norte, se hundió y alrededor de mil 500 personas murieron y esto fue el 15 de abril de un año bisiesto, 1912.
Hay más casos, como el asesinato de Gandhi (1948), Martin Luther King (1968), Robert F. Kennedy (1968) y John Lennon (1980).
Hasta la pandemia por el COVID-19 hay quien se la endilga al año bisiesto, ya que si bien apareció en el mapa en 2019, fue en el 2020 cuando obligó al mundo a encerrarse.
También hay tragedias domésticas y la historia de Saltillo y Coahuila está ligada a las singularidades de los años bisiestos.
Como las del 6 de agosto de 1860, año bisiesto, cuando después de dos días de combate, las fuerzas de Santiago Vidaurri tomaron Saltillo y la ciudad dejó de ser la capital del Estado.
LA TRAGEDIA QUE MARCÓ A SALTILLO
Si un evento catastrófico marcó a nuestra ciudad, ese fue el accidente ferroviario registrado en “Puente Moreno”. Aquel 4 de octubre de 1972, año bisiesto por supuesto, murieron cientos de peregrinos que regresaban de Real de Catorce, San Luis Potosí, a donde habían ido a honrar a San Francisco en la fiesta anual.
Fue en el tramo Carneros en Puente Moreno, donde el tren de pasajeros de Ferrocarriles Nacionales de México o el Tren Peregrino se descarriló cuando circulaba a 120 kilómetros por hora cuando entró a la pendiente del accidente, el doble de la velocidad permitida.
AQUEL AÑO ACIAGO PARA MINEROS
Progreso, Coahuila también tiene algo que reprocharle a los años bisiestos, allá el 3 de agosto del 2012 se derrumbó la mina de carbón operada por Altos Hornos de México y por el colapso seis mineros murieron, luego de que una bolsa de gas provocara el desprendimiento de 100 toneladas de carbón.
SER GOBERNADOR CONLLEVA SUS RIESGOS
Inquietante es la cifra, que incluso podría ser mayor si tuviéramos todas las fechas de muerte de quienes han gobernado Coahuila; de los gobernadores coahuilenses muertos en año bisiesto.
CURTIDO EN LAS BATALLAS
José Victoriano Cepeda Camacho nació en la Villa de San Francisco de los Patos, General Cepeda, Coahuila; 22 de marzo de 1826. Fue profesor, político y militar y Gobernador de Coahuila en siete ocasiones. Participó en la Guerra de Reforma y en la Intervención Francesa y en su honor un municipio de Coahuila lleva su nombre. Murió en la Ciudad de México el 23 de noviembre de 1892.
EL QUE ENTRÓ AL QUITE
De José (o Juan) Ignacio de Arizpe Cárdenas, quien nació el 31 de diciembre de 1783 y murió el 11 de febrero de 1844, sabemos que fue gobernador interino de la provincia mexicana Coahuila y Texas, así como alcalde de Monclova y Saltillo, además de diputado y vicegobernador de Coahuila y Texas. En su trayectoria gobernó el estado tres veces.
LO FUE CUATRO VECES
Otro que forma parte de la lista es el general Andrés Saturnino Viesca Bagués, quien cuatro veces fue Gobernador del Estado y fue fundador del Ateneo Fuente. Este político murió el 5 de marzo de 1908 en Torreón y sus restos descansan en la Rotonda de los Coahuilenses Distinguidos, en el Panteón de Santiago de Saltillo.
VÍCTIMA DE TRAICIÓN
Venustiano Carranza, quizá la figura más importante de Coahuila, nació en Cuatro Ciénegas. Fue presidente de la República, promulgó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicano que todavía nos rige y fue un destacado revolucionario. Tuvo importante trayectoria política: como presidente municipal de Cuatro Ciénegas, diputado local y federal, senador y Gobernador del estado de Coahuila. Tuvo una muerte violenta luego de una traición, cuando fue asesinado el 2 de mayo de 1920 en Tlaxcalantongo, Puebla.
ÁNIMO REELECCIONISTA
El 14 de marzo de 1936 le tocó morir en Saltillo a Luis Gutiérrez Ortiz, nacido en Ramos Arizpe en 1870. Enfrentó a Porfirio Díaz en 1910, fue carrancista y luego no, gobernó Coahuila en 1915, quiso serlo de nuevo en 1917 y no pudo y al fin volvió a tomar el cargo del 27 de mayo de 1920 al 30 de noviembre de 1921.
TODO UN POLÍTICO
Pedro V. Rodríguez Triana conoció a Francisco I. Madero en San Pedro y en 1912 se unió a las fuerzas de Pascual Orozco. La vida lo llevó de formar la División del Norte a ser jefe del Estado Mayor de Benjamín Argumedo y a la muerte de éste a sumarse a las filas de Emiliano Zapata. Coordinó la campaña presidencial de Plutarco Elías Calles en 1923, y en 1929 fue incluso candidato a la Presidencia de la República. Ya en el Partido de la Revolución Mexicana, en 1937 se convirtió en Gobernador de Coahuila de 1937 a 1941 y al terminar su gestión se fue a vivir a Torreón, donde murió el 26 de febrero de 1960.
UN HOMBRE DE LEYES
Jesús Acuña Narro nació en Saltillo en 1886 donde fue juez de Letras tanto del ramo penal como del civil y magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Coahuila. Fue secretario particular de Venustiano Carranza y gobernó Coahuila cuando se recrudeció la separación de los villistas del constitucionalismo. Se mantuvo siempre fiel a Carranza y con él fue Ministro de Relaciones Exteriores y Secretario de Gobernación Murió en Acámbaro, Guanajuato, el 3 de enero de 1932.
DE MUERTE VIOLENTA
Santiago Ramírez García vio la primera luz en el rancho de San Blas, municipio de Saltillo, este ferrocarrilero tuvo activa participación en la revolución maderista. Se sumó al bando de Francisco Villa y fue nombrado Gobernador de Coahuila por Felipe Ángeles. A la derrota de Villa en Celaya, abandonó el país, regresando a Chihuahua para ofrecer sus servicios al general Jacinto B. Treviño. Tuvo una vida agitada que acabó con su fusilamiento el 21 de julio de 1916. Sus restos descansan en el panteón de San Blas, en Derramadero.
UN PRECOZ MANDATARIO
Gustavo Espinoza Mireles, quien fuera el Gobernador más joven de la historia de Coahuila nació en la hacienda el Anhelo, municipio de Ramos Arizpe. A la muerte de Madero, se afilió al constitucionalismo y fue secretario particular de Venustiano Carranza. A los 23 años fue designado Gobernador provisional, siendo el más joven que haya tenido Coahuila. Solicitó licencia para hacer campaña y se convirtió en Gobernador constitucional a los 25, tuvo destacada e intensa participación y murió en la Ciudad de México el 4 de mayo de 1940.
HOMBRE DE GRANDES LUCES
Ignacio Alcocer Rodríguez estudió medicina en La Sorbona de París y al regresar a México dedicó 10 años al ejercicio de su profesión en Saltillo. Fue también maestro, fundador y presidente del Partido Nacional Revolucionario, funcionario público y gobernador provisional de Coahuila en 1913. Murió el 2 de mayo de 1936 en la pobreza debido a su actuación política durante 1913 y 1914.
EXPERTO EN DAR SOLUCIONES
Joaquín Maas, sobrino de Victoriano Huerta, fue nombrado comandante militar de Coahuila y asumió el cargo de gobernador provisional en dos ocasiones, del 1 al 18 de noviembre de 1913 y del 2 de febrero al 4 de mayo de 1914. Ya retirado murió en la Ciudad de México en 1948.
NACER Y MORIR EN AÑO BISIESTO
Si bien la muerte actúa sin miramientos de fechas y lugares, varias figuras coahuilenses fueron sus víctimas en estos años de largos febreros. Uno fue el general coahuilense Benjamín Argumedo, llamado “El León de La Laguna”, porque en aquella región se hizo de fama, hasta que el 1 de marzo de 1916 murió fusilado en Durango.
Aunque no se encumbraron en la gubernatura de Coahuila, hay figuras de nuestro estado marcadas por los avatares de un año bisiesto, como el destacado maestro, político e historiador Federico Berrueto Ramón.
El que fuera designado Maestro Emérito por la Escuela Normal y recibiera de manos del presidente Luis Echeverría la presea “Ignacio M. Altamirano”, nació en año bisiesto, el 2 de octubre de 1900 en el mineral de San Felipe, (actualmente de Sabinas) y murió en año bisiesto, el 13 de enero de 1980.
Otro que dejó de existir en un año largo fue el filántropo saltillense don José Antonio Narro Rodríguez, debido a quien nació la Universidad Autónoma Agraria que lleva su nombre. Su deceso se dio el 10 de julio de 1912.
Otra figura política que nació en año bisiesto es el actual gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas. Este empresario que se ha desempeñado como Presidente Municipal de Saltillo, secretario de Inclusión y Desarrollo Social de Coahuila y ha sido diputado local nació el 12 de junio de 1984.
¿HAY ALGO FATAL EN ESTOS AÑOS?
Como hoy estamos embarcados en un año bisiesto, y leyendo todo lo enumerado se podría pensar que hay en estos meses algo oculto y marcado por la tragedia, nada de esto es lo que pretendemos mostrar.
Las catástrofes pasan, no importa que febrero tenga o no un día más, y solo hay que dar un vistazo a nuestra historia para ver ahí los muertos de Pasta de Conchos, las inundaciones en Piedras Negras, el tornado en Acuña o los muertos de Celemania, eventos todos en años “normales”.
Otra prueba de descargo es revisar cómo en esos años bisiestos de hechos aciagos, también pasaron cosas buenas, así que es buena idea no caer en el error de poner como causa una razón dudosa y basada en la superstición; “esa religión de las mentes débiles”, como diría Edmund Burke.