Coahuila, en riesgo por el fracking: la disputa por el agua se intensifica

Coahuila
/ 20 noviembre 2024

A pesar de la falta de legislación, la industria petrolera continúa con esta práctica, lo que podría tener graves consecuencias para el suministro de agua en la región

A pesar de la falta de una legislación federal que prohíba de forma definitiva el uso del fracking, la industria petrolera sigue aplicando esta técnica en varias regiones del país, lo que podría llevar a niveles críticos de estrés hídrico en Coahuila y otros estados. De acuerdo con una investigación de la ONG CartoCrítica, este método de extracción de hidrocarburos no convencional afectaría gravemente el abasto de agua, especialmente en cuatro de las cinco regiones donde se tiene el mayor potencial para extraer recursos fósiles.

El fracking, o fracturación hidráulica, es un proceso que consiste en inyectar grandes cantidades de agua, arena y productos químicos a alta presión en formaciones rocosas subterráneas para liberar gas y petróleo. Aunque ha permitido un incremento en la producción de estos recursos, también ha generado controversias debido a su alto consumo de agua y los posibles impactos ambientales, como la contaminación de fuentes hídricas y la inducción de sismos en algunas zonas.

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Una de las zonas más afectadas sería la cuenca Sabinas y Burro-Picachos, que abarca partes de Coahuila y Nuevo León. Beatriz Adriana Olivera Villa, especialista en minería extractivista, subrayó que el Congreso tiene la oportunidad de prohibir el fracking a través de la iniciativa constitucional en materia ambiental que fue aprobada en comisiones en agosto. Sin embargo, esta ley aún no ha sido legislada en su totalidad, lo que deja abierta la puerta para que continúen las prácticas que amenazan la disponibilidad de agua en la región.

Manuel Llano, director de CartoCrítica, indicó que México no debe seguir apostando su futuro energético a los combustibles fósiles, sobre todo en un contexto donde la producción de petróleo y gas ha venido declinando desde 2004 y 2009, respectivamente. Según los datos de la ONG, el uso intensivo de agua para la extracción de hidrocarburos podría afectar gravemente el abasto de agua para consumo humano y agravar los conflictos sociales en regiones ya golpeadas por el estrés hídrico.

Uno de los casos más emblemáticos se encuentra en el municipio de Nava, Coahuila, donde la disputa por el agua entre la cervecera Constellation Brands y los habitantes de la región de los Cinco Manantiales se ha intensificado, pues el consumo excesivo de agua por parte de la empresa compromete la sostenibilidad del recurso en una zona donde el estrés hídrico ya es una realidad.

El estudio realizado por el Conacyt estima que para recuperar solo una parte de los recursos petroleros no convencionales en México, se tendrían que perforar más de 14 mil pozos, lo que requeriría hasta 471 mil millones de litros de agua, un volumen insostenible para las regiones afectadas.

Las autoridades aún no han tomado medidas legislativas efectivas, y mientras tanto, la falta de regulación sobre el fracking pone en peligro tanto el futuro energético como el vital recurso del agua en Coahuila.

(Con información de La Jornada)

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