Coahuila evalúa condiciones escolares para enfrentar el calor intenso

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Aunque algunos planteles en Coahuila recibieron equipo para climatizar sus espacios, aún no hay certeza sobre cuántas escuelas están preparadas para afrontar las altas temperaturas.
El secretario de Educación en el estado, Emanuel Garza Fishburn, informó que actualmente se lleva a cabo un diagnóstico para identificar qué instituciones cuentan con los recursos adecuados, tras la implementación del programa federal “La Escuela es Nuestra”.
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Este programa, en vigor desde 2019, transfiere recursos directamente a las comunidades escolares para que definan en qué invertirlos. Sin embargo, en años anteriores no hubo una coordinación directa con las autoridades estatales ni se requerían diagnósticos técnicos previos.
Según explicó el secretario, esta falta de coordinación resultó en varias mejoras sin considerar aspectos clave, como la capacidad eléctrica de los planteles. “Eso fue un problema que tuvimos especialmente el año pasado”, reconoció.
Un ejemplo de esto fue la instalación de mini splits en escuelas que no tenían instalaciones eléctricas preparadas para soportar dicha carga. En algunos casos, los equipos no pudieron utilizarse o causaron fallas en el sistema. Ante esta situación, el funcionario destacó la necesidad de revisar de manera detallada las condiciones de cada plantel antes de realizar cualquier mejora.
En el contexto actual, Coahuila cuenta con un protocolo estatal para enfrentar climas extremos. Este documento contempla diversas medidas, desde evitar actividades al aire libre hasta implementar esquemas temporales de educación a distancia, según lo permita cada caso. Sin embargo, su aplicación depende de la evaluación que haga cada escuela, ya que no todos los planteles enfrentan las mismas condiciones ni tienen las mismas capacidades.
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“Cada comunidad educativa define lo que es más apropiado”, señaló Garza Fishburn, al explicar que son los propios directores quienes deciden qué medidas aplicar y cuándo.
Esta flexibilidad busca adaptar las decisiones al contexto real de cada escuela, aunque también implica que la respuesta ante el calor extremo pueda variar considerablemente entre las instituciones.
Un cambio importante es que, a partir de este ciclo escolar, las reglas de operación del programa “La Escuela es Nuestra” fueron modificadas. Ahora se requiere que madres, padres de familia, docentes y directivos trabajen de manera coordinada para establecer las prioridades de inversión.
“Estamos muy contentos de que ahora va a haber mayor coordinación”, mencionó el secretario, al considerar que este nuevo esquema permitirá enfocar los recursos en aspectos fundamentales como la infraestructura eléctrica, hidráulica y estructural.
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En cuanto al acceso al agua en los planteles, Garza Fishburn explicó que, desde la pandemia, quedó suspendido el programa de bebederos escolares, y hasta ahora no se ha reactivado.
Ante ello, se solicita a las familias que envíen a sus hijos e hijas con su propia hidratación. Aunque esta medida está relacionada con precauciones sanitarias, también destaca la necesidad de contar con infraestructura básica para garantizar condiciones adecuadas en las escuelas.
Por ahora, el proceso de diagnóstico continúa. La Secretaría de Educación reitera que es fundamental fortalecer la participación de las áreas de planeación educativa para tomar decisiones basadas en datos reales y en las necesidades detectadas.