Coahuila: ¿Hambre emocional? Ligan a la obesidad con trastornos depresivos o ansiosos
En Coahuila son las mujeres el sector con más casos de sobrepeso
En México, hasta el 35 por ciento de las personas con obesidad padece trastornos depresivos o ansiosos, y un alarmante 60 por ciento podría estar lidiando con trastornos de la conducta alimentaria, según recientes estudios.
La relación entre la obesidad y la salud mental es bidireccional y sumamente compleja, según explica Héctor Esquivias, jefe del Departamento de Educación Continua en el Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”.
En el primer semestre de 2024, se detectaron 10 mil 616 nuevos casos de obesidad en Coahuila, según el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), con un predominio en mujeres (6 mil 741 casos) sobre hombres (3 mil 875 casos). La obesidad es un factor de riesgo para diversas enfermedades crónicas, incluidas diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, accidentes cerebrovasculares y varios tipos de cáncer.
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Esquivias afirma que 4 de cada 10 personas con obesidad también viven con síntomas depresivos o ansiosos, una conexión que se refuerza con estudios que demuestran que quienes padecen obesidad tienen un 55 por ciento más de probabilidades de desarrollar depresión, mientras que las personas con depresión tienen un 45 por ciento más de riesgo de desarrollar obesidad. Este ciclo se agrava con el fenómeno del “hambre emocional”, un término que describe a un grupo de pacientes cuyo trastorno alimentario está profundamente influenciado por factores emocionales y psicológicos.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2022), el 75.2 por ciento de los adultos mayores de 20 años en México tiene sobrepeso u obesidad, con una prevalencia ligeramente superior en mujeres (76.8 por ciento) comparado con hombres (73.5 por ciento). Este problema es especialmente grave entre los adultos de 40 a 60 años, donde la prevalencia alcanza el 85 por ciento, afectando a más de 50 millones de personas en el País.
“La falta de atención especializada en salud mental, dirigida al tratamiento de la depresión, la ansiedad o el hambre emocional, subyace con frecuencia a la problemática del peso. Esto no solo genera resultados poco exitosos, sino también frustración y desánimo en quienes buscan perder peso”, afirma Esquivias, enfatizando la necesidad de abordar la obesidad y la salud mental sin estigmas y con un enfoque de tratamiento integral.
La Federación Mundial de Obesidad clasifica a la obesidad como una enfermedad crónica, lo que demanda tratamientos basados en evidencia científica que sean eficaces y seguros a largo plazo.
En Saltillo, la situación es igualmente preocupante entre la población infantil. María Elena Castelo Mejía, Nutrióloga Clínica, revela que 7 de cada 10 niños que atiende presentan obesidad o sobrepeso, y de estos, entre 5 y 6 ya han desarrollado diabetes juvenil, aunque la mayoría no había sido diagnosticada previamente.
Castelo Mejía subraya la importancia de intervenir durante los primeros años de vida para prevenir futuras complicaciones como enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes. Para combatir la obesidad infantil, recomienda modificar los hábitos alimenticios de toda la familia, fomentar la actividad física, y reducir el tiempo frente a dispositivos electrónicos.
México ya ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil, lo que plantea un desafío de salud pública que podría tener consecuencias devastadoras si no se aborda a tiempo. Sin intervenciones efectivas, los menores con sobrepeso y obesidad están en riesgo de desarrollar enfermedades crónicas a edades más tempranas, incluyendo diabetes, hipertensión, y problemas cardiovasculares severos.