Coahuila: Juan Manuel y Alfredo, dos niños superdotados que a sus 11 y 13 años estudiarán licenciatura en la UAdeC
Juan Manuel y Alfredo han atravesado por un camino adverso en su vida escolar, pues en Coahuila no existe un programa que le dé seguimiento a infancias con altas capacidades intelectuales: dificultades económicas y sociales, algunos de los retos
En la sociedad en la que vivimos, si alguien resulta ser una infancia con altas capacidades o con superdotación intelectual, la primera imagen que probablemente asechará la mente del adulto es la de un niño o niña con buen comportamiento en las aulas y notas excepcionales, pero esto no es más que un estereotipo.
Así lo cuenta, desde su experiencia, Sandra Valenciana, madre de Juan Manuel y Alfredo Jiménez Valenciana, quienes, a sus 11 y 13 años ya están listos para ingresar a la universidad el próximo año escolar.
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Alfredo, el mayor de los hermanos, es aspirante a ingresar a la licenciatura en ciencias físico-matemáticas y desde que era un niño mostró habilidades diferentes a las de sus otros compañeros.
“Desde el segundo año en el jardín de niños ya sabía leer, escribir y dominaba las tablas de multiplicar; era un niño con muchas capacidades y empezó a tener malas notas porque era distraído, no esperaba su turno en clase porque quería avanzar más, estaba desfasado con el resto de sus compañeros”, comenta su madre.
En ese momento, dijo, se recurrió a los regaños, castigos y llamadas de atención para que fuera más enfocado, pero esto no dio resultados:
“Recuerdo que la maestra pensaba que Alfredo la retaba intelectualmente por lo que nos mandaba un sinfín de reportes de conducta hasta que tomé la decisión de acudir a una reunión con los directivos de la escuela y les llevé la evidencia donde mi hijo ya sabía multiplicar, hacer fracciones y divisiones, pero la respuesta que nos dieron los docentes fue que Alfredo tenía que adaptarse al sistema tradicional”, menciona.
A partir de ahí, se dieron cuenta de que Alfredo requería de atención especializada y por eso se tomó la decisión de iniciar clases particulares para el alumno.
“La recomendación de los especialistas es que él empiece a tomar clases en casa, que lo sacáramos de la escuela porque ninguna iba a funcionar para él: el proceso ha sido muy difícil porque hemos tenido que acomodar una currícula muy diferente que lleva materias desde física, química, biología, álgebra, nada similares la de niños de su edad”, señala Sandra Valenciana.
Fue en 2017 cuando Alfredo fue diagnosticado con un coeficiente intelectual de 140 en el Centro de Atención al Talento (CEDAT) de la Ciudad de México, una institución dedicada a la atención profesional de niños y jóvenes con capacidades sobresalientes.
En su caso, Juan Manuel de 11 años también fue diagnosticado con una capacidad intelectual de 138 y también es aspirante a ingresar a la Facultad de Jurisprudencia.
“Cuando se le aplicó el diagnóstico a Alfredo nos manifestaron que se trataba de una condición genética. El hermano tenía un 70 por ciento de probabilidad de tener la misma condición: al año le realizamos pruebas y lo confirmamos”, recuerda la madre.
Para ambos, la vida ha sido relativamente normal. Algunas de sus actividades favoritas son el deporte como natación. basquetbol y futbol; compartir con sus amigos, salir de paseo, jugar videojuegos, aprender idiomas: saben divertirse como cualquier otro niño de su edad.
También tienen su propio lenguaje: les gusta practicar la Lengua de Señas Mexicana (LSM) y consideran que es importante estudiarla para poder compartir ideas y comunicarse con las personas sordas.
“Nos gusta mucho entender a las personas que también han estudiado el lenguaje, además es muy interesante porque hay varias lenguas, no solo está la mexicana, si no también la de Estados Unidos, Argentina, China y en muchos países, nos gustaría aprender más”, comparten los hermanos.
Aunque los resultados del examen de admisión para ingresar a la universidad serán publicados el próximo 21 de mayo, ambos desean desarrollar sus habilidades académicas en los ámbitos que han escogido.
El reto más grande será el de atravesar la universidad sin ser discriminados:
“Sabemos que somos diferentes, fuera de lo común y es lo que hemos vivido. A veces me sorprendo de todo lo que podemos avanzar y ahora que estaremos en la Universidad nos gustaría ser incluidos, que los profesores no nos pongan un freno y que comprendan nuestra condición sin prejuicios ni discriminación”, señalaron.
CARACTERÍSTICAS DE LOS NIÑOS SUPERDOTADOS
La superdotación es una condición que se define por tener un coeficiente intelectual (CI) muy alto, generalmente superior a 130. Aunque se han realizado muchos estudios sobre las causas de la superdotación, no hay una respuesta definitiva.
Se cree que la superdotación es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. Algunos niños pueden heredar una mayor capacidad cognitiva de sus padres, mientras que otros pueden desarrollar habilidades superiores a través de una exposición temprana a estímulos intelectuales y educación especializada.
Además, algunos estudios sugieren que ciertos factores ambientales pueden contribuir al desarrollo de la superdotación, como la nutrición adecuada, la estimulación cognitiva temprana, la interacción social y la oportunidad de participar en actividades intelectuales desafiantes.
En resumen, aunque no hay una respuesta definitiva sobre por qué existen los niños superdotados, se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales puede contribuir al desarrollo de habilidades cognitivas superiores.
Los niños superdotados o de alta capacidad intelectual requieren una atención especializada para que puedan desarrollar todo su potencial y evitar que su talento pase desapercibido o se vea comprometido por situaciones adversas.
A continuación, se presentan algunas recomendaciones generales sobre cómo tratar a los niños superdotados:
Identificar tempranamente su talento: Es importante detectar de manera temprana las habilidades especiales de los niños superdotados para que puedan recibir la atención adecuada desde el principio.
Adaptar el currículo escolar: Los niños superdotados necesitan un currículo adaptado a sus necesidades y habilidades. Esto significa que se les deben proporcionar actividades y tareas desafiantes e interesantes que les permitan desarrollar su potencial al máximo.
Estimular su creatividad: Es fundamental que se les permita experimentar y explorar distintas áreas de interés, fomentando su creatividad y pensamiento crítico.
Ofrecer apoyo emocional: Los niños superdotados pueden sentirse solos o incomprendidos debido a su capacidad intelectual. Por lo tanto, es importante que se les brinde apoyo emocional y se les enseñe habilidades para manejar el estrés y la ansiedad.
Proporcionar oportunidades de socialización: Los niños superdotados pueden tener dificultades para socializar debido a sus habilidades y su forma de pensar. Proporcionar oportunidades para interactuar con otros niños con intereses similares puede ser beneficioso para su desarrollo.
No presionarlos en exceso: Aunque es importante estimular a los niños superdotados, también es necesario tener en cuenta que necesitan tiempo para jugar, relajarse y descansar. No es recomendable presionarlos demasiado para que siempre estén produciendo o creando.
En resumen, los niños superdotados necesitan atención y estímulo específicos para que puedan desarrollar su potencial al máximo. Es importante que se les brinde un ambiente que fomente su creatividad, habilidades sociales y emocionales, y que se les proporcione un currículo adaptado a sus necesidades.