Coahuila: uso irresponsable de dispositivos electrónicos afectan el aprendizaje, señala especialista
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El uso indiscriminado e irresponsable de celulares, tabletas y computadoras afectan el aprendizaje de los estudiantes porque están conectados día y noche, no duermen de manera adecuada, se vuelven irritables y pueden presentar cuadros de depresión, ansiedad, estrés y agresividad si pierden el dispositivo o se los quitan, y de esto ya ha habido casos lamentables, informó doctora Raquel González, especialista en Neurología.
Los niños de 3 a 5 años deben dormir entre 10 y 13 horas; los de 6 a 12, entre 9 y 12 horas, y los jóvenes de 13 a 18 años deben dormir de 8 a 10 horas, pero están durmiendo 6 o 7 horas, y el cuerpo no se recupera de la fatiga, no hay tiempo para la regeneración neuronal y, obviamente, bajan las calificaciones.
Los padres no tienen control sobre los dispositivos, permiten que los niños los utilicen durante horas con tal de que no lloren o hagan berrinches y esto impacta de manera negativa a su formación, porque no son capaces de tolerar la frustración o un “no”, y de jóvenes y adultos tendrán problemas de conducta en la escuela y en el trabajo, incluso en su vida social.
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“El internet y los celulares han cambiado la forma de relacionarse, sobre todo en niños y jóvenes, y los teléfonos inteligentes están al alcance de la mayoría de la población. ¿Qué piden los niños ahora de regalo? No piden un balón, una bicicleta, quieren un celular y la mayor parte de adolescentes y jóvenes se conectan a internet y las redes sociales como Facebook y WhatsApp día y noche.
“Se volvió una adicción, en la escuela no prestan atención por estar checando el celular, no pueden estar sin el teléfono a la mano para revisar las redes sociales, ver fotos, videos y tomar selfies. Es preocupante, no aprovechan la tecnología para informarse y acrecentar su conocimiento, lo usan como distractor y diversión”, dijo.
Añadió que prácticamente los adolescentes y los jóvenes pasan más horas conectados al internet y las redes sociales que el tiempo dedicado a la escuela y a las tareas, lo que explica el bajo rendimiento académico. Niños y jóvenes pierden la capacidad de atención, concentración y hay afectación en la memoria.
“Y no solo eso, lamentablemente la tecnología está alterando las relaciones familiares, a la hora de compartir alimentos padres e hijos tienen el teléfono a la mano, no hay diálogo, se limitan a revisar el teléfono, y a final de cuentas hay un distanciamiento familiar, no tienen convivencia real, son extraños bajo un mismo techo.
“Parece absurdo: cada integrante de la familia tiene un celular, pero están incomunicados, no hay charla familiar, parecen desconocidos sentados en la mesa o en la sala, vaya, ni siquiera hay contacto visual. Tienen más interés en las redes sociales, en lo que hacen, comen o beben otras personas que en la formación de los hijos o en la salud y bienestar de la pareja”, expresó.