Colecta especial dominical en templos de Saltillo para damnificados de Guerrero
Este domingo, la Diócesis de Saltillo realizó en cada misa una colecta especial en efectivo y en especie de víveres para las personas damnificadas de Acapulco y lo replicará en las ceremonias religiosas de lo que resta del mes, por lo menos, donativos que serán enviados a través de Cáritas de Saltillo.
El obispo Hilario González García exhortó a la comunidad a solidarizarse con la población afectada por el huracán “Otis” y sumarse a las jornadas para recolectar alimentos no perecederos, en lata, caja, envase o en bolsas, pañales para bebé y adultos mayores y artículos de higiene personal.
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“Mandamos una carta para invitar a todas las comunidades de parroquias y rectorías a que tuvieran una segunda colecta a favor de los damnificados de Guerrero, es una ayuda material para hacerla llegar a través de Cáritas, una colecta de lo que es tradicional se pide en estos momentos de emergencia y estamos invitando a que puedan hacer donativos directos a Cáritas, que es la institución de confianza de la Iglesia Católica para ese asunto”, explicó.
“También, por si necesitan deducibles de impuestos, eso lo hacen directamente, nosotros hacemos la colecta, la mandamos para allá y ellos administrarán. Todo el mes, los bancos de Alimentos de Saltillo y Monclova van a estar recibiendo ayuda en especie, lo pueden hacer ahí directamente y los fines de semana en las parroquias”, dijo.
JÓVENES SON MÁS VIOLENTOS Y REBELDES
Por otra parte, señaló que los jóvenes son cada vez más rebeldes y tienen conductas más violentas y preocupa a la Iglesia Católica el cómo llegarles con el mensaje del Evangelio.
Ya de por sí es una etapa muy retadora para la propia persona, para los padres, para la escuela y para la Iglesia porque son procesos de madurez, de crecimiento, de conflicto interno, entonces necesitan ser acompañados. Por una parte, quieren ser autónomos, pero por otra parte saben que necesitan ayuda y acompañamiento, advierte el religioso.
“Eso es lo que estamos viendo como lo más desafiante, cómo acompañarles, cómo hacer sentir a los jóvenes que son importantes, valiosos, que están en proceso de descubrimiento de su valía, de sus dones, y ayudarlos a madurar humana y cristianamente”, explica.
La ansiedad, la depresión, la baja autoestima, la frustraciòn y la alta competitividad, desatan estos procesos de contestación, de agresividad, de rebeldía que ya de por sí se dan en ambiente normal, agrega.
“Haría un llamado a los adolescentes y jóvenes a calmar y encausar los ánimos. Hay una rebeldía positiva cuando no estamos de acuerdo con las cosas porque hay injusticia, abuso, mentiras, corrupción, una rebeldía positiva que se traduce en servicio, en ayuda, en solidaridad. Ojalá podamos encausar esas inconformidades por medio de la ayuda humanitaria, fraterna hacia los demás, eso nos consolida como personas. Vencer el mal a fuerza del bien”, concluyó.