Convierten callejón de Ocampo en baño público; en pleno corazón del centro histórico
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La calle peatonal de Ocampo (en su tramo de Padre Flores y Allende) se ha convertido en refugio y mingitorio para vagabundos, pero también escenario de hombres trepados en los árboles y mujeres gritando groserías a los transeúntes.
Los reportes dentro de los grupos de seguridad para denunciar la alteración del orden público son casi diarios, mientras que los comerciantes también llaman a Protección Civil y Bomberos buscando ayudar a las personas en situación de calle.
Sin embargo, la mayoría de quienes arriban a la calle de Ocampo lo hace para “hacer maldades”, incluso las jardineras y banca con azulejos se encuentran en pésimas condiciones.
“Es la misma gente, se los llevan la Policía y luego regresan, deterioran la calle haciendo ‘pipí’, a veces hasta hacen otras cosas y siempre dejan basura”, comentó un comerciante de frituras en la esquina.
Sobre la calle se encuentran restaurantes, comercios semiambulantes y el templo de San Esteban, cuya fachada sirve de “escondite” para que los vagabundos hagan sus necesidades; incluso sacerdotes han salido del templo para invitar a las personas a salir de la calle peatonal.
Además, es el paso de transeúntes para dirigirse a la zona comercial del Centro Histórico, considerando que la presencia de vago puede afectar la seguridad de las familias.
De acuerdo con los reportes ante Seguridad Pública Municipal, algunos “vagabundos” también molestan a los comensales de los restaurantes que colocan mesas sobre la misma calle, y toman bebidas embriagantes en la vía pública.
“Es lamentable que siendo un pasaje tan bello y tan recurrente para turistas y saltillenses del Centro Histórico se deteriore de esta manera y ponga en riesgo a las familias, pero también a los restaurantes que, en medio de una pandemia, continúan prestando servicio”, coincidió personal de los restaurantes instalados sobre la calle.
FISONOMÍA
Sobre esa calle abundan los “antros” o bares, que sirven para lo mismo, a donde desde el jueves cientos de personas se dan cita y por la noche, quienes (algunos) bajo los efectos de bebidas embriagantes alteran el orden.
En el lugar existen por lo menos cinco lugares de diversión nocturna, en un callejón de no más de 100 metros de longitud.
Ahí cerca, en la calle Allende entre Juárez y Escobedo se repite la historia: los antros son la carta de presentación del lugar, contándose más de 5 en un área de menos de 50 metros, uno en seguida del otro y uno más enfrente, y al lado las oficinas de la Comisión de Derechos Humanos.