Día del Maestro Coahuila: Martha Ahira Rosas, 40 años de vocación
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Para Martha Ahira Rosas Cisneros, la docencia no solo fue una elección profesional, sino una herencia familiar, pues su familia está integrada por algunos docentes, quienes le heredaron el gusto por enseñar.
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“Desde muy chica lo supe. En mi familia, la mayoría son maestros. Es algo que traemos en la sangre, y que amamos profundamente”, dice.
Hoy, con 40 años de trayectoria, es subdirectora de la escuela primaria Benito Juárez, en Ramos Arizpe, Coahuila; pero recuerda los días frente al grupo, especialmente con sus alumnos de primer año, con quien comenzó a ejercer la docencia.
“Al principio me daba miedo que no aprendieran a leer y escribir. Pero ver cómo poco a poco adquieren conocimientos y habilidades es una satisfacción enorme.”
Más allá del aula, Martha guarda recuerdos de la confianza que los niños depositaban en ella, pues siendo la escuela como un segundo hogar, le compartían sus vivencias, sus emociones y sentimientos.
“Es hermoso saber que confían en ti, que eres parte de su vida.”
Martha, que pensaba retirarse tras tres décadas de servicio, se sorprende de haber llegado hasta aquí con salud, con bienestar y con una trayectoria buena y enriquecedora. “Nunca imaginé que llegaría a los 40 años en la docencia. Después de estar frente a un grupo, pasar a un rol administrativo fue otra faceta completamente distinta.”
A las futuras generaciones de docentes les deja un consejo: “Que lo hagan con amor, con entrega. Que sean perseverantes. Si de verdad te apasiona, esta carrera te regala muchas satisfacciones. No es fácil, pero es profundamente gratificante.”