El sueño de doña Irma: que ancianos en abandono de Saltillo tengan un apacible hogar

Coahuila
/ 1 febrero 2023

Directora de albergue impulsa construcción de casa de reposo, tiene los planos y la ilusión, busca apoyos

Doña Irma Aguiñaga Gómez, la directora del comedor y albergue “Refugio de los Necesitados”, no se quiere ir de este mundo sin dejar un legado para la humanidad.

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Su sueño es construir una casa de reposo para los adultos mayores que, a causa del abandono de su familia o que por no tener parientes, viven en la calle.

“Dejar algo para la sociedad cuando ya no estemos aquí”, declara.

$!El plano que en la Facultad de Arquitectura le elaboraron a doña Irma, mantiene su ilusión.

El proyecto le nació del corazón hace unos 17 años, cuando a petición de los directivos de la Facultad de Arquitectura de la UAdeC. el comedor y albergue “Refugio de los Necesitados” brindó alimento sin costo a 100 estudiantes foráneos de bajos recursos.

“Nosotros llevábamos la comida a la Facultad, era comida y cena”, cuenta.

Y como agradecimiento los alumnos le ofrecieron plasmar su sueño en un proyecto ejecutivo y un plano.

PROYECTO DE LARGO ALIENTO

El plano muestra la casa de reposo que doña Irma siempre anheló: un refugio de dos plantas, con más de 50 dormitorios, consultorio médico, enfermería, anfiteatro, biblioteca, salón de fiestas, auditorio, comedor, piscina, jardines, gimnasio, capilla, talleres de pintura y artesanías, área administrativa y al centro dos fuentes, con su quiosco.

“Quizá es muy ambicioso, implica mucho gasto, pero siempre he pensado que el mundo es de los valientes y que no hay imposibles”, suelta doña Irma.

La obra que doña Irma había construido en su mente, era para procurar a los ancianos sin familia ni techo una vejez confortable.

“Más que todo es mejorar las condiciones de las personas que lo necesitan, como los adultos mayores en estado de abandono”.

SIN CONCRETARSE

Pero el deseo de doña Irma quedó en el papel y su ideal de heredar un hogar digno y agradable para quienes no lo tienen quedó en eso: en un ideal.

“No tenemos recursos”.

En aquel tiempo, más de 15 años, materializar aquella noble ambición costaba más de 10 millones de pesos.

Doña Irma comenzó entonces a tocar puertas en el sector público, la iniciativa privada, pero a nadie le interesó su causa.

Ahora que siente que ya le duele la vida y que la vida se le va, doña Irma tiene 67 años, más de la mitad dedicada a dar de comer a la gente que no tiene, ha decidido volver a retomar su sueño.

“Las últimas fuerzas, la energía que Dios me permita quiero dedicarlas a la fundación de esta casa para el adulto mayor en situación de calle y que a veces anda como indigente y a mí me duele eso porque no dejan de ser hermanos nuestros en la vida y no dejan de ser seres humanos que están sufriendo”.

$!La mujer que ha dedicado su vida a dar de comer al necesitado, busca construir algo más trascendente.

UNA REALIDAD QUE AGOBIA

Cada vez, dice, descubre que hay más adultos mayores viviendo en la calle, agotados, enfermos, solos.

Ella lo ve todos los días en su olla comunitaria, donde mes con mes acuden entre 350 y 400 personas, en su mayoría ancianos en abandono o situación de calle, a comer gratuitamente.

“Lo vemos continuamente. Cada vez más van en aumento los casos de adultos mayores en estado de abandono porque cada vez somos más los adultos mayores y las familias tienen diferentes proyectos de vida, trabajan todos y aun así no hay recursos para ingresarlos en un asilo”, comentó.

La casa estaría destinada también a personas con discapacidad cuyos padres o familiares fallecen y ellas quedan en desamparo.

Doña Irma hace un llamado a las autoridades municipales, al gobierno estatal, a los empresarios y sociedad civil, para que le ayuden a levantar esta obra.

“Queremos presentarle el proyecto al Alcalde y a nuestras autoridades para ver qué se puede hacer. Dios quiera que a alguien le interese. Quizá me toque verlo, quizá no, la idea es que el adulto mayor, el día de mañana, tenga calidad de vida”.

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