Fue una experiencia que me hizo romper barreras: Lizeth Gómez
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El apoyo de amigos, familiares, e incluso saltillenses que no conoce, fue crucial para que la estudiante pudiera formar parte del “International Air Space Program” de la NASA, en Huntsville, Alabama, en Estados Unidos
Puede que de niña sólo haya sido un sueño, pero un 5 de agosto del 2020, a sus 18 años, Lizeth Anahí Gómez Morales decretó que iría a la NASA algún día, no sabía cuándo, pero sabía que así sería.
Lo decretó con tal fuerza que el pasado 14 de noviembre del 2021, a sus 20 años, siendo estudiante de la carrera de Ingeniería Mecatrónica en el Instituto Tecnológico de Saltillo, cumplió su sueño. Para ello se preparó por 35 semanas académica, económica y emocionalmente.
En el camino para cumplirlo, tuvo que sortear obstáculos como la falta de apoyo, recursos económicos, el trámite de la visa estadounidense y hasta una pandemia, pero esto no fue impedimento para que aprovechara la experiencia, que a decir de la saltillense, cambió su vida.
El apoyo de amigos, familiares, e incluso saltillenses que no conoce, fue crucial para que la estudiante pudiera formar parte del “International Air Space Program” de la NASA, en Huntsville, Alabama, en Estados Unidos.
“Me enteré en noviembre del año pasado”, en el 2020, meses después de postear una publicación en su perfil social que decía: “Ahí voy a ir en unos añitos más”, seguido del link de una noticia que reconocía la participación de otra estudiante de ingeniería en Mecatrónica, pero del estado de Nuevo León, Natalie Vilchis, quien como cosa del destino, fue una de sus mentoras durante el programa.
Luego de dejar inconclusa su aplicación, en marzo recibió la carta de notificación que le indicó que el proceso seguía abierto. Semanas después recibió la carta de aceptación para participar en el programa, pero la joven no imaginó que lograr su objetivo requeriría de un esfuerzo que le hizo ganar un sinfín de amigos, superar su propios miedos y poner en alto el nombre de Saltillo.
El programa consiste en la creación de proyectos que innoven en el sector espacial y entrenamiento de astronautas.
Para ingresar al programa, Lizeth se postuló con un proyecto de ingeniería aeroespacial que consistía en la disminución del impacto de la radicación en los trajes de los astronautas. Además, realizó un examen del idioma inglés, luego recibió una serie de capacitaciones previas al curso intensivo.
AGRADECE A SALTILLENSES
Después de agotar todo el proceso de acreditación y capacitación previa, el siguiente reto fue reunir los tres mil quinientos dólares -cerca de 70 mil pesos mexicanos- para costear su participación, viáticos y vuelos.
“Uno nunca tiene tres mil dólares guardados por si se le llega a presentar esa oportunidad; fue estar tocando puertas, buscando quién me podría apoyar, también tuve que sacar la visa porque no tenía, y eso era algo que me detenía, tuve que tramitar una cita de emergencia y la verdad es que se me fueron quitando muchas piedritas del camino”, recuerda.
Para reunir el dinero, hizo rifas y una empresa local que se dedica a la venta de uniformes la apoyó para lanzar una línea de camisetas con motivos espaciales y pudo reunir los fondos necesarios.
Pero a nada de concluir todos los trámites y reunir el dinero, Estados Unidos lanzó una disposición en la que sólo podrían ingresar personas que contaran con el esquema completo de vacunación y sólo de ciertas farmacéuticas.
“Gracias no es suficiente, tuve el apoyo de muchas personas conocidas y aún más de muchos otros que no conozco. Sin ustedes esto no hubiera sido posible, hubo gente que no me conocía y no tengo el gusto aún de conocer y que me brindó su apoyo incondicional”, comenta.
El requisito de la vacuna lo cubrió en el mes de agosto, cuando se abrió una campaña de vacunación para el sector industrial y como familiar de un trabajador de una empresa recibió su primera dosis.
Así fue como antes del mes de noviembre, con todos los requisitos y los fondos necesarios, viajó al U.S. Space & Rocket Center en Huntsville, Alabama, en Estados Unidos.
‘LO VOLVERÍA A VIVIR’
El 14 de noviembre, a las 07:00 horas, inició sus actividades, entre las que destaca la flotabilidad neutra en el “SCUBA Experience–Underwater Astronaut Training”, que permite experimentar la sensación de estar en el espacio.
Este entrenador de astronautas subacuáticos permite a las personas aprender las habilidades necesarias para tener confianza y seguridad bajo el agua antes de descender 7 metros hasta el fondo del tanque para tener una idea de estar en el espacio.
También pasó por clases de idiomas y un vuelo asistido en el que tenía como objetivo despegar y aterrizar una aeronave, con la guía de un piloto profesional, así como la construcción de un cohete a escala.
“Había una actitud diferente cada día, pero se tenían que terminar sí o sí a las nueve de la noche para poder concentrarte en tu proyecto. Sí estaba pesado porque el proyecto requería de investigación, pruebas, y materiales. Tuvimos también cursos de ruso, francés y alemán”, detalla.
Junto a su equipo, desarrolló un mecanismo que se pudiera probar en el espacio con especificaciones de dilatación térmica, y un material resistente para sobrevivir a las condiciones del espacio, lo que le valió el segundo lugar de la competencia internacional con 59 participantes extranjeros.
“Lo que más me gustó es que aprendí y me quité el miedo de muchas cosas, yo sabía inglés, pero me daba mucho miedo hablarlo y esta experiencia me permitió romper esas barreras”, asegura.
‘QUE NADIE LES DIGA
QUE NO PUEDEN’
De regreso a Saltillo, tras una semana de entrenamiento espacial, envió un mensaje para motivar a todos los estudiantes, sobre todo a las mujeres que tienen un sueño, a no rendirse hasta alcanzarlo.
En México hay un millón 737 mil profesionistas ocupados en el área de ingenierías, de los cuales sólo 19 por ciento son mujeres, siendo las de vehículos, electricidad y electrónicas las que menor participación femenina tienen, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
De la ingeniería que Lizeth decidió estudiar, en Coahuila según el Sistema Nacional de Investigadores, de un total de 625 beneficiarios de distintas instituciones: 205 son doctoras, es decir, el 32 por ciento. Específicamente de áreas relacionadas con ciencias exactas, como ingenierías y astrofísica, hay un total de 227 investigadores, de los cuales 91 son doctoras investigadoras, rompiendo con el estigma de que es una carrera exclusiva de hombres.
Por lo que Lizeth asegura que esta experiencia le permitió poner a prueba sus conocimientos académicos, poner en práctica un segundo idioma, viajar por primer vez al extranjero y apropiarse de nueva aeroespacial ya no es un sueño, sino que es una posibilidad en potencia.
“No nos creamos esos comentarios de que las mujeres no vamos en alguna industria o que no servimos para este tipo de actividades, o que es solamente para hombres porque la verdad es que somos capaces de muchas cosas. Los límites nada más nos los ponemos nosotras. No tenemos por qué apagarnos, podemos brillar mucho”, finaliza.