‘Hay días que lloramos y otros que ya no dormimos’: migrantes coahuilenses en Texas viven en temor por redadas del ICE

Coahuila
/ 11 junio 2025

Los coahuilenses que se fueron de forma irregular, viven en la angustia y la zozobra al pensar que en cualquier momento podrían ser retornados al país

Ante el reforzamiento de las redadas antimigrantes encabezadas por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos, los coahuilenses que emigraron de forma irregular en busca de mejores oportunidades hoy viven con angustia y zozobra, temiendo ser deportados en cualquier momento y de la manera más injusta posible.

Desde el inicio del gobierno de Donald Trump se anunciaron diversas acciones para acelerar los procesos de identificación de migrantes en situación irregular y proceder con sus deportaciones. Sin embargo, no fue sino hasta inicios de la semana pasada cuando esa amenaza comenzó a materializarse con mayor claridad.

TE PUEDE INTERESAR: Estados Unidos: Protestas contra redadas migrantes se extienden de California a Texas, Washington y NY

Las redadas se empezaron a registrar, de forma paulatina, en ciudades con alta concentración latina como Los Ángeles, Nueva York y Miami. Pero, en cuestión de días, la situación se extendió a otras urbes, ahora en Texas, donde viven numerosos coahuilenses que desde hace décadas han comenzado una nueva vida al otro lado del río Bravo.

Cuando todo empezó, tras el triunfo de Trump hace cuatro meses, Elena vivía con las luces apagadas dentro de su casa para evitar que alguien supiera que allí residía una familia mexicana. Tampoco abría la puerta, sin importar quién tocara.

$!Las protestas se han expandido a varios estados, sin embargo, en Los Ángeles es donde se han concentrado las más violentas.

Elena es originaria de Múzquiz y migró luego de pagarle a un “pollero” con sus ahorros. Su objetivo era reunirse con su pareja, buscar un mejor futuro para sus dos hijas y apoyar económicamente a sus padres, quienes, tras el colapso de Minosa y la crisis indirecta generada por AHMSA, comenzaron a padecer la falta de empleo que aún aqueja a la Región Carbonífera.

Hoy, esta mujer de 39 años reconoce que su miedo ha crecido. Basta con revisar redes sociales o ver los noticieros para encontrar información sobre redadas y sobre los malos tratos que reciben los deportados.

TE PUEDE INTERESAR: Los migrantes indocumentados en EU son fuente de impuestos, empleos y grandes consumidores

En entrevista con VANGUARDIA, Elena relata que su vida ha cambiado radicalmente, especialmente en los últimos días. Dejó de trabajar, ya no va a la tienda y evita cualquier salida a las calles de San Antonio, salvo para comprar alimentos.

“Es muy triste y frustrante vivir con miedo, con la inseguridad de que te puedan llevar en cualquier momento. No puedes ni ir a la tienda con tranquilidad; sales con la angustia de no volver. Hay días en los que no puedes dormir, en los que solo lloras y le pides a Dios que cuide de ti y de los tuyos. Llegas a deprimirte y a pensar que es mejor regresarte, porque esto no es vida”, expresa Elena.

Uno de los temores más extendidos entre la comunidad migrante es que, en muchos procesos de deportación, el ICE y otras autoridades migratorias entregan a las personas en zonas fronterizas lejanas a sus lugares de origen, poniéndolas en mayor riesgo.

Muchas personas siguen con su vida normal, pero siempre está ese miedo de que te deporten a otro lugar y quedes aún más expuesto. Al menos yo solo salgo para traer alimento a casa. Estoy constantemente preocupada por que mi hija y mi pareja regresen bien del trabajo”, afirma Elena, quien, por temor, prefiere no dar sus apellidos.

TE PUEDE INTERESAR: Ante conflicto por redadas, urge Claudia Sheinbaum a reforma migratoria en EU

Al igual que Elena, Christian también vive en San Antonio. Lleva 13 años en Estados Unidos y evita revelar su identidad completa, ya que espera regularizar su situación migratoria a futuro, mediante una petición legal de su familia.

Christian emigró para reunirse con su madre, quien había dejado el país en busca de una mejor atención médica y escolar para su hija, que vive con una discapacidad poco atendida en México.

$!Los agentes del ICE están realizando redadas en zonas acostumbradas por mexicanos.

Originario de Saltillo, Christian partió tras terminar la carrera de diseño gráfico en la UANE. Al llegar, notó un ambiente de desigualdad, aunque también una fuerte resistencia de la comunidad latina, que solía reunirse en mercados como “El Álamo”, donde se organizaban bailes y encuentros culturales. Hoy, esos lugares han comenzado a vaciarse.

“Tengo que salir a trabajar, pero evito ir a restaurantes o a cualquier lugar donde se reúnan migrantes. Antes pensaba ir a los partidos del Mundial de Clubes, como cualquier otra persona, pero ahora ni pensarlo: seguramente habrá redadas ahí”, dice el joven saltillense, apasionado del fútbol desde pequeño.

TE PUEDE INTERESAR: Con Trump baja 70% la migración de mexicanos a EU

En el panorama más reciente, Christian comenta que varios de los mexicanos que conoce han dejado de asistir a sus citas migratorias, pues muchos han sido detenidos en las mismas oficinas a donde acuden con la esperanza de avanzar en su regularización.

“A la gente la están arrestando en las cortes, por ejemplo. Ya nadie quiere ir a las pulgas o a los lugares donde solíamos reunirnos. En Facebook circulan alertas de redadas, indicando que no debemos ir a ciertos sitios. Primero pasó en otros estados, pero ya empezó aquí también. Es muy difícil regresar, porque con el tiempo haces tu vida acá y prácticamente ya no tienes nada allá”, explica.

$!Los operativos federales se han reforzado, en medio de la violencia en las protestas.

Christian asegura que, aunque no justifica la violencia en las protestas recientes —como las ocurridas en Los Ángeles, donde incluso se han desplegado tropas de la Guardia Nacional—, reconoce que muchas veces la historia demuestra que los cambios urgentes rara vez llegan por la vía pacífica.

“Las protestas que realmente han logrado cambios han sido de este tipo. No me agrada la idea de vandalizar porque puede volverse un arma de doble filo: da pretextos para actuar en contra y desprestigiar a nuestra gente. Pero en general estoy de acuerdo, porque se están cometiendo muchas arbitrariedades: deportaciones sin tiempo ni defensa. A veces no queda otra más que alzar la voz”, concluye el saltillense.

Temas



Localizaciones



COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM