Historia de la casa del Monograma LG; hogar de un general

Coahuila
/ 22 enero 2023

Luis Gutiérrez, histórico revolucionario, mandó construir una obra deslumbrante que perdura en el tiempo y ha derivado en un recinto cultural

Para los que habitamos en esta ciudad o incluso los foráneos, resulta difícil que pase inadvertida una bella construcción que se encuentra en la calle de Ramos Arizpe, esquina con Cuauhtémoc. Es verdaderamente majestuosa, elegante y bella.

Por ser una casa única en la ciudad, decidí entrevistar a varias personas y llevar a cabo una investigación, que me ayudó a entender el origen y el porqué de la construcción de este palacete.

$!Depurado. la calidad del trabajo de los herreros empata bien con la construcción.

EL LEJANO ORIGEN

A mediados de 1915 los generales revolucionarios, los hermanos Eulalio y Luis Gutiérrez Ortiz, decidieron cada uno por su parte construir sus casas en Saltillo. El general Eulalio Gutiérrez, una vez que dejó la Presidencia de la República, que ocupó del 1 de noviembre de 1914, hasta el 2 de junio de 1915; adquirió en Saltillo una vieja casona de adobe situada en la esquina de Ramos Arizpe esquina con la calle de Carlos Salazar.

A diferencia de su hermano Luis, Eulalio tardó más de 12 años en levantar su casa, el proyecto le fue conferido al ingeniero Zeferino Domínguez Villarreal.

Por el contrario, el general Luis Gutierrez, cuando acababa de dejar la gubernatura del Estado de Coahuila, puesto que ocupó por un corto tiempo, del 17 de mayo al 14 de junio de 1915, compró el terreno en la esquina opuesta de la misma cuadra, Ramos Arizpe y Cuauhtémoc.

$!Figura. General Luis Gutiérrez Ortiz, propietario de la histórica casa.

PROYECTO PARA LA FUTURA FAMILIA

En diciembre de 1915, Luis Gutierrez contrajo segundas nupcias en Parras, Coahuila con Sofía Ramos, un año más tarde nació su hija María Sofía, para 1919 llegó María Angélica. El general Luis Gutiérrez de inmediato puso manos a la obra y encargó el proyecto y edificación de la casa al prestigioso arquitecto francocanadiense, Henry E. M. Guidon, quien estuvo asociado con Alfred Giles.

Ambos arquitectos construyeron varios edificios de la ciudad, Casino de Saltillo (1898-1900), Banco de Coahuila (1898-1900), casa del Guillermo Purcell (1900-1906), Escuela Normal del Estado (1908-1910), el Teatro García Carrillo, (1906-1910) y la primera etapa del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe (1890), entre los más importantes.

$!Depurado. la calidad del trabajo de los herreros empata bien con la construcción.

EL SUEÑO HECHO REALIDAD

Es de suponer que el general Luis Gutiérrez quería para su hogar lo mejor, y para ello tenía un gran arquitecto, un hermoso proyecto y dinero. La casa se hizo con varios materiales: adobe, sillar, ladrillo y cantera. En tren llegaron grandes cantidades de cantera del poblado de Escalerillas, San Luis Potosí. El maestro cantero que dirigió los trabajos fue Bonifacio Gómez, quien trajo consigo una gran cantidad de expertos talladores. La herrería de calidad superior fue hecha por el herrero saltillense Mariano Sánchez, tiene adornos en forma de discos de hierro fundido, a su paso los transeúntes no dejan de girarlos, tal cual fuese una oración tibetana.

EL SELLO DE LA CASA ‘LG’

Según el catálogo de la Dirección de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la calidad y clasificación de la construcción es tipo único, de arquitectura ecléctica, antigua de lujo. En la parte superior de la fachada se encuentra el monograma “LG” representando el nombre de Luis Gutiérrez, de igual forma el monograma se encuentra esmerilado en la mayoría de los vidrios de puertas y ventanas de la casa.

$!Actualidad. Interior del inmueble, antes patio central, ahora una librería.

DISTRIBUCIÓN ORIGINAL

Con más 600 metros cuadrados construidos, constaba de recibidor, aquí se encontraban en cada lado pinturas hechas por el maestro Rubén Herrera, desafortunadamente pocos recuerdan los temas de las pinturas, el tiempo se encargó de desaparecerlas, otras piezas fueron dos salas, una sala de espera, oficina, desayunador, comedor, cenador, cocina, vestidor, chimeneas, baños y un patio central con una fuente. En la parte trasera de la casa había tres cuartos para la servidumbre y un amplio patio para darle lugar a caballos y dos elegantes victorias, una blanca y la otra negra, propiedad del general.

EL LARGO PEREGRINAR

Poco después de la muerte del general Luis Gutiérrez, 14 de marzo de 1936, una de las hijas del general vendió la casa al comerciante Rodolfo Heriberto Albuerne Comas y a su esposa la señora Marina Díaz Dávila. Albuerne fue el concesionario de la marca Ford, Autos Universales, S. A., agencia que estaba en la calle de Victoria 130.

Se cuenta que la casa sirvió como hospital, sobreviven en la memoria dos enfermeras que ahí trabajaron, Natalia y Chole, quienes eran temidas por poner aquellas inyecciones de vidrio con agujas de grueso calibre.

Sin poder ubicar correctamente en la línea del tiempo, también fue restaurante operado por Carmen y Guadalupe Villaseñor.

En 1947 el matrimonio Albuerne Díaz vendió la propiedad al profesor José Ángel Rodríguez, quien instaló ahí la Academia Coahuila. La escuela comercial cerró sus puertas a finales de la década de los ochenta. Una de las hijas del profesor Rodríguez enajenó la propiedad en 1989.

Los nuevos propietarios decidieron hacer una amplia remodelación para establecer un centro de recepciones, el cual terminó por no ser autorizado por la autoridad municipal.

Durante el largo tiempo que llevó la restauración de la casa, de 1990 a 2009, estuvo la tienda de antigüedades La Paloma, de la señora Magdalena Ramos y atendida por su hijo Erasmo Ramos, quien por cierto me platicó que albañiles que trabajaron la cantera y bóvedas, constantemente le comunicaban que en la casa había unos pequeños duendes, a éstos se les veía sentados muy contemplativos y gustaban de pasear por los techos.

MEJOR LUGAR PARA LA CULTURA

Co presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, aportó recursos federales para abrir una librería del Fondo de Cultura Económica, el lugar, fue la casa del monograma “LG”. Por azares del destino, este sello permanece para identificar a los actuales dueños “Luis y Graciela”.

Este relato fue posible gracias a la valiosa aportación de las siguientes personas: Eloísa Gutiérrez, Raúl López, Ernesto Terry, Erasmo Ramos, Graciela Garza, Abril Torres M., Carmelita Borja.

saltillo1900@gmail.com

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