La Biznaga, Coahuila, el mítico pueblo de brujas que busca resurgir
El ex juez ejidal y pastores de la iglesia cristiana “Vida Nueva”, aseguran que del culto pagano solo queda en la localidad la charlatanería y los defectos genéticos por el alto nivel de promiscuidad que existe entre sus habitantes
ARTEAGA, COAHUILA.- A unos 34 kilómetros de distancia de Saltillo, capital del estado, entre pinos piñoneros e izotales se encuentra el ejido La Biznaga, mítico poblado parte de la Congregación Escobedo, edificada en la zona serrana del municipio de Arteaga, en la región Sureste del Estado.
Historias de brujas que volaban las noches de luna llena y que semejaban bolas de fuego, o mujeres pájaro que eran alcanzadas por la luz solar y perdían su forma animal, hicieron de esa localidad un sitio donde la superstición atrajo a creyentes.
“Ya nada más el mito quedó”, aseguró a VANGUARDIA Jacobo Zamora, ex juez ejidal en La Biznaga. “Antes sí había señoras que sabían hacer cosas, pero eso se acabó y ahora hay tres, pero ninguna es bruja”, resaltó.
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Jacobo, años atrás protagonizó una escena inolvidable para la comunidad. Había tres mujeres que decían ejercer la hechicería y que en diferentes tiempos, y a diferentes personas les incumplieron en sus peticiones. Los afectados las denunciaron ante la autoridad ministerial por fraude.
Al enterarse Jacobo de las denuncias, fue hasta la casa Tejocote, donde una de las señaladas tiene su consultorio esotérico y la sacó a punta de varazos, hasta dos cuadras abajo del domicilio, en la plaza de la comunidad, donde continuaron los azotes que sirvieron de ejemplo de escarmiento, y las otras dos personas acusadas de fraude, dejaron el pueblo.
“Es más chica que yo. Todos la conocemos, no es bruja ni tiene poderes. En su familia nadie la quería. Le decían loca porque andaba en la calle y se agarraba a decir de cosas y maldiciones. Hasta que se casó dijo que era bruja”, relató mientras acomodaba cebollas de la miscelánea que administra.
Jacobo detalló que por los años 50-60 sí había brujas de verdad. “Eran unas cuatro”, aseveró. Dijo que todas murieron de vejez, que sus hijas e hijos se fueron del pueblo y que quienes hoy se dicen brujas, aseguran que son parientes lejanas de las antiguas señoras, “pero ninguna tiene el don”.
Sobre el relato de la mujer pájaro que fue alcanzada por la luz de día y que se quedó en trance en lo alto de un poste, mientras todos la miraban, dijo que fue cierto. Aunque prefirió contar otra historia.
“Esta otra historia sí me consta, hubo un pleito de muchachos y a uno le quebraron los dientes. Su mamá fue a reclamar y el que le tumbó los dientes se burló. La señora, era de esas señoras de antes que le digo, y le dijo que en un tiempo, no sé si 15 días o un mes se iba a morir. Y así pasó, se disparó en la cabeza, sabe si lo volvió loco o que le hizo, pero se mató”.
De la bruja famosa del pueblo, la que ha salido en televisión e internet, y que hasta Google registra la ubicación de su consultorio, “Señora Martha Molina”, Jacobo cuenta que en otra ocasión una mujer llegó y la confrontó. “Le dijo que sabía que ella le había hecho un trabajo, y que la había enterrado. A ella y a toda su familia. Y la puso a escarbar, le sangraban las manos y suplicaba a Dios que se la llevara, porque la hizo que desenterrara todos los trabajos”.
Para el ex juez ejidal, esa anécdota que relata como un sinónimo de debilidad, es también un sinónimo de charlatanería. “Tiene una hija enferma. Si es tan poderosa como dice, ¿por qué no la ha curado?”.
VANGUARDIA acudió hasta la casa de Martha Molina donde ya tenía una fila de personas que la esperaban para consulta. Las placas de los vehículos eran foráneas a Coahuila. La señora no se encontraba en el domicilio, había viajado a Saltillo y no tenía hora de llegada, contó su esposo mientras levantaba con una escoba los restos de hojas de pirul del piso, del cuarto donde hacen las limpias.
También pedimos audiencia con doña Mina. A la entrada de su casa un perro raza Chihuahua con un colmillo de fuera nos recibió. La señora Mina amablemente nos pasó a su consultorio, pero se negó a ser entrevistada, aseguró que hace años aceptó y la información fue tergiversada.
En la búsqueda de estas mujeres, los habitantes de La Biznaga son oscos. Hablar de brujas les incomoda, las niegan. Aseguraron que en esa localidad solo hay gente buena. Las nuevas generaciones saben quien “cura”, pero desconocen historias sobre hechicería y no creen en los mitos.
BRUJAS QUE NO SABEN PREPARAR NI UN CAFÉ
Sobre la calle principal del pueblo fue edificado el templo cristiano “Vida Nueva”, su presencia en el lugar no obedece a la probable maldad que pueda existir en La Biznaga, aseguraron los predicadores.
Ernesto Fuentes, pastor de este templo, confirmó la anécdota de cuando el juez ejidal azotó con una vara a una de las brujas, detalló que la obligaron a desenterrar del suelo de su casa y de la de su papá los “amarres”.
“El juez comentó que las tres brujas que existían en ese momento, las tres, estaban demandadas judicialmente por fraude y él afirmó también, que no servían ni para hacer un café”.
El pastor cristiano aseguró que han sido testigos de hechos curiosos y hasta de risa. “Como que una vez, el gato que iban a sacrificar se les escapó, y lo anduvieron persiguiendo por todo el pueblo, pero no lo alcanzaron. O el vecino que andaba ayudando a desenterrar los amarres y vio su foto en uno”, relató mientras reía al recordar la cara del hombre al ver su imagen.
Ernesto y su esposa llegaron a visitar a una de las brujas en su casa. Los padres de ella eran miembros de la congregación y buscaban su salvación. La respuesta fue negativa y vengativa.
“Nosotros tenemos un campamento en el siguiente pueblo, y la última vez que llegamos a nuestra casa ahí, en cada puerta de cada dormitorio, el comedor y de nuestra casa estaba sangre rociada. Primero nos ponían gallinas muertas y cosas afuera del camino, en la entrada, pero no pasa absolutamente nada, nos reímos de ellos”.
SUPERSTICIÓN, EL LUCRATIVO MODO DE VIDA DE UNOS CUÁNTOS EN EL PUEBLO
“La superstición es una forma de fe, si te dicen que creas en una piedra sin tener bases, en realidad te dejas llevar por tu necesidad y la gente busca según su necesidad”, aseguró el pastor Genaro Sánchez.
El jerarca cristiano dio a conocer que se hizo indispensable darles a conocer a los pobladores que la hechicería es una mentira, y que las cosas o circunstancias que les ocurren son consecuencias de sus actos.
“Sí es cierto, la maldad sí existe, eso es verdad, y es más, todo ser humano a veces es portador de maldad, pero está en nosotros hacer un cambio”, dijo el pastor quien encasilló la creencia de la hechicería en la ignorancia. “Es falta de conocimiento”.
Coincidió con Ernesto Fuentes en que han encontrado en el templo gallinas y gatos sin vida, y reconoció que algunos miembros de su congregación aún se asustan. Incluso, hay gente en poblados aledaños que también les temen a las personas por ser originarias de La Biznaga.
“En una ocasión le llevé mi vehículo a un mecánico y le dije que era de La Biznaga, y el costo que me había dado lo redujo y dijo: -no con ellos no me meto, y dijo, -a usted se lo voy a dejar muy barato-, pero inmediatamente entendí que era por el temor que tienen y que piensan que incluso hasta nosotros pudiéramos dañarlos”.
‘SÍ PUEDEN HACER MALES PARA AQUELLOS QUE LO QUIEREN CREER’
La Santísima Muerte y Jesús Malverde son las entidades a las que las hechiceras se encomiendan. El pastor Genaro Sánchez relató que sí han practicado exorcismos. “Hemos dado libertad a través de la palabra a la gente que ha sido cautiva por sus temores. Gente que ha comenzado a escuchar voces, que se siente acosada, que ve cosas”.
Aseguró que en una ocasión llegaron a tiempo antes de que un joven cometiera suicidio. Había sufrido un engaño y las personas que defraudaron su confianza le dejaron fotografía, veladoras y frases. Su miedo lo conducía a la muerte. “Sí pueden hacer males para aquellos que lo quieren creer y que lo quieren abrazar”.
El jerarca cristiano explicó que frente a él oraron y rompieron los objetos. Una vez tranquilo, y que vio pasar el tiempo sin que nada malo le sucediera, el joven encontró paz a su sufrimiento y migró del pueblo.
Ernesto Fuentes asegura que el negocio de la superstición fomenta la holgazanería y la dependencia económica en unos cuántos en La Biznaga, por ello, las casas de las hechiceras carecen de opulencia, a pesar de que los costos de la ayuda sobrenatural son altos.
“Una de las brujas que decían anteriormente que era la más famosa, se puso muy enferma y nos mandó llamar. Le hicimos ver la carencia del poder que ella decía tener y aceptó que era fraude. Le quitamos los amuletos que traía y oramos, pero no terminó su conversión porque su familia dependía del recurso que ella generaba”.
Tras la muerte de esta mujer, los hijos, conocidos como “los lagartijos”, por pasarse el día asoleando afuera de la casa, enfrentaron la realidad económica y tuvieron que trabajar. Algunos ya son parte de la congregación cristiana.
NI MALDITOS NI POSESOS, EPILÉPTICOS COMO CONSECUENCIA DE LA ENDOGAMIA
Los pastores cristianos descartaron por completo que por practicar la hechicería el pueblo o su gente esté maldita o poseída por alguna entidad de baja vibración.
“La gente sí menciona que les gustaría que cambiara la percepción del pueblo. La mayoría de los habitantes son creyentes cristianos y católicos, más que de un culto oscuro, y saben que quienes se dicen brujas, son charlatanas”, detalló Genaro Sánchez.
El pastor Ernesto Fuentes dijo que lo que existe en la comunidad es un alto grado de promiscuidad, y que como es un lugar pequeño, todos son familiares. “Hay muchas parejas que son primos”. El jerarca atribuye esta situación como base de una condición genética que afecta a un importante número de habitantes con el padecimiento de epilepsia”.
“Aquí un día las parejas viven juntas y al otro día cada uno o uno ya se mudó con el vecino. Hay hombres que teniendo una familia, le llevan a la mamá otra mujer con la que también tienen una relación”, mencionó el pastor, quien refirió ya trabajan en la concientización de esa conducta.
Genaro Sánchez, quien es originario de la Ciudad de México dijo que el mito de “Pueblo de Brujas” que pesa sobre La Biznaga no permite que la gente conozca de las bondades de esa comunidad.
“La gente del exterior no conoce que aquí hay una producción de leche y miel de muy buena calidad y que las personas de aquí les gustaría ser conocidas por eso y no por las brujas”.
Ernesto Fuentes asegura que la gente de ese pueblo es trabajadora. “Aquí se batalla para conseguir mano de obra, porque todos tienen oficios. Hay gente que trabaja cuidando casas de descanso, hay gente que trabaja en la agricultura. Vienen camiones de dos empresas hasta acá por gente”.
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