La Cruz Roja cumple 80 años de salvar vidas en Saltillo
Este 15 de febrero cumple sus primeros 80 años con instalaciones de primer nivel, una escuela de enfermería y cientos de vidas salvadas. Te contamos la historia de esta institución que, desde su llegada, fue cobijada por los saltillenses
“La vida no cuenta los pasos que has dado, sino las huellas que has dejado”, cita colocada en un cuadro ubicado en la Cruz Roja para conmemorar su aniversario número 80.
Un marco de madera rodea al cuadro de casi un metro de alto y alrededor de 60 centímetros de ancho. Al centro un corazón formado por huellas dactilares con tinta roja.
Son las huellas de poco más de una centena de personas que aún viven, están o han pasado por la Cruz Roja y han sido parte de la historia que hoy sostiene a esta emblemática institución.
Todas las edades, todos los cargos y todos los años porque todos son parte importante.
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“Cuando llegan a venir les pedimos que pongan su huella. Sin ellos no estaríamos aquí...”, comentó el presidente del consejo de la Cruz Roja, Arturo López Alanís.
Fue un 15 de febrero de 1944 que la Cruz Roja llegó a un Saltillo que apenas si pasaba los 49 mil habitantes, actualmente el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática registra un millón 50 mil personas.
Hoy, a 80 años de distancia, cuenta con instalaciones propias equipadas con sala de urgencias, recuperación, área para niños, rayos X, laboratorio, consulta externa, ginecología, pediatría, ultrasonido con equipo de alta tecnología que permite enviar en tiempo real los resultados de manera digital, farmacia, comedor, sala de usos múltiples, capilla, sección para socorristas, torre de comandancia, y una psicóloga para atender al personal.
EL APOYO DE LA CRUZ ROJA EN ¿EL TRENAZO’
La Cruz Roja de Saltillo fue clave en la atención de la tragedia conocida entre los saltillenses como “el trenazo”. La cifra oficial fue de 234 muertos, ciudadanos que estuvieron en el lugar y que sus voces han quedado documentadas en archivos históricos creen que la cifra fue mayor, de miles.
Lo cierto es que ese día Saltillo no durmió y el apoyo de la Cruz Roja se volcó hacia las víctimas de este accidente, donde el tren proveniente de Real de Catorce con 1,564 pasajeros se descarriló en la pendiente del tramo Carneros en Puente Moreno, a 7 kilómetros de Saltillo.
Los tiempos no han sido fáciles. En la década de los 80, se complicaba la suma de personal de enfermería y el entonces titular del consejo Jorge Torres, tuvo la visión de fundar una escuela que comenzó con 14 estudiantes y hoy tiene a su cargo la formación de 416 personas como Técnicos o Licenciados en Enfermería.
Por las instalaciones de la Cruz Roja pasa un promedio de 120 atenciones diarias. Desde resfriados comunes hasta fracturas y enfermedades graves.
En un recorrido por sus instalaciones es notable los colores neutros, la limpieza y hasta un área infantil para que los niños se sientan menos tensos entre paredes que aluden a una selva con animales caricaturizados.
LO MÁS DIFÍCIL, EL TRABAJO CON NIÑOS
Juan Carlos Rocha, coordinador de Paramédicos, lidia la carrera contra el tiempo. Desde el área de socorro se despachan las diez ambulancias y el camión de rescate equipado para extraer personas prensadas, y que cuenta con equipo para rescates verticales o bajar pacientes de azoteas.
De acuerdo a datos oficiales, durante el 2023 se dieron 9,758 servicios de ambulancias, más de uno por hora.
Juan Carlos Rocha, dice que los servicios más complicados emocionalmente son cuando atienden a niños.
“Yo siempre les digo que el día que les deje de marcar algo ya no vengan... pero día a día hay pacientes que te tocan el corazón. La clave es que des todo de ti y luego lo hagas a un lado... Lo más difícil es tratar con niños. Difícil en mis pensamientos, más no en la atención”.
LA ÉPOCA MÁS DIFÍCIL: LA PANDEMIA
Carlos Rocha tiene 21 años en la Cruz Roja y la época que lo marcó fue la pandemia. Aún no olvida el primer servicio: un paciente que tenía complicaciones cardiacas.
Fueron por el paciente a su casa y lo llevaron al hospital. Eran tiempos de incertidumbre, poco se sabía del coronavirus, hoy Covid. Tras ese servicio, Juan Carlos Rocha y sus compañeros fueron aislados.
A ese servicio le siguieron cientos. Desde pacientes que no aceptaban ser atendidos como contagiados hasta personas desconcertadas por esta enfermedad que los sorprendía.
“No me dejes solo”, le llegaron a decir. Pacientes que arribaban al hospital y se veían inundados por el temor y la incertidumbre. Iban solos, no podían ser acompañados por familiares.
“Nosotros teníamos que dejarlos en el hospital porque teníamos un reporte tras otro. Llegamos a atender hasta diez por día. Nos decían “reporte blanco” y ya sabíamos de lo que se trataba”, comentó.
El tiempo de respuesta de la Cruz Roja, es decir desde que se hace el reporte hasta que se llega al lugar, es de 10 minutos, pero en la pandemia subió a 15 minutos.
“Nos ayudaban a ponernos el traje porque había que ir bien cuidados con un traje especial”, dijo, al explicar que la precaución debía imperar para no sufrir bajas.
Hoy el panorama es diferente, pero se enfrentan a un nuevo reto: el crecimiento de la población, que ha acelerado su paso.
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El presidente del consejo de la Cruz Roja, Arturo López Alanís, indica que en el mes de enero hubo hasta 3 días que todas sus ambulancias estaban ocupadas.
El reto es continuar. Reunir recursos y comprar una ambulancia. “Tenemos 10 ambulancias y siempre tratamos de comprar una por año, irnos renovando”, dijo.
CAPACITACIÓN CONSTANTE
“Dirigiré el régimen de los enfermos en provecho de ellos, según mis fuerzas y mi juicio, y me abstendré de todo mal y de toda injusticia”, cita parte del juramento de Hipócrates recitado por médicos previo a graduarse.
No es una frase que se encuentre en las instalaciones de la Cruz Roja, pero sus trabajadores encarnan su esencia.
“La capacitación es muy importante para tener un equipo con respuestas oportunas. Están tratando con vidas”, dijo López Alanís.
Para ello tienen una sala de capacitación, para que jóvenes y trabajadores continúen su entrenamiento.
LOS PILARES DE LA CRUZ ROJA
Las Damas Voluntarias, son un grupo de 28 mujeres que día a día planean nuevas estrategias para conseguir recursos y que la Cruz Roja no pare su paso.
“Ellas consiguen el dinero y nosotros lo gastamos de la manera más eficiente”, dijo el presidente del consejo.
Cada uno enfocado en su función, permite que la Cruz Roja pueda caminar al ritmo del crecimiento que les marca Saltillo.
Desde el área de lavandería donde se encuentra Doña Alicia Hernández desde hace 18 años, hasta el área de recepción de llamadas. Todo se conjuga para que sea posible cada día la atención de 91 servicios de urgencias, 187 consultas, la entrega de 375 medicamentos gratuitos, y los 27 servicios de ambulancias diarios que se dan a la zona conurbada, con un promedio de 465 kilómetros recorridos.
El presidente del consejo de la Cruz Roja, Arturo López Alanís, es consciente que la ayuda del gobierno, empresarios, organizaciones no gubernamentales y sociedad son los que hacen posible que hoy se cuente con equipo de primer nivel, instalaciones amplias y cómodas, y un funcionamiento eficaz, porque “la Cruz Roja de Saltillo, tuvo la suerte de estar en Saltillo”.
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