La ‘mala fama’ de Saltillo: ¿Cuál es una verdad que sus ciudadanos no aceptan?

A la ciudad de Saltillo se le ha achacado que si peca de conservadora, de persignada, que sus ciudadanos no saludan, no saben manejar y tiran basura... ¿algo más?

Coahuila
/ 9 diciembre 2023
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En el mundo de las percepciones urbanas, las ciudades a menudo llevan consigo estigmas que se forman a través de historias, chismes y, en ocasiones, exageraciones. Saltillo desafía las etiquetas impuestas y se convierte en un fascinante estudio de resistencia frente a la negatividad.

REPUTACIÓN CUESTIONADA

A la ciudad de Saltillo se le ha achacado que si peca de conservadora, de persignada, que sus ciudadanos no saludan, no saben manejar y tiran basura...

Imagina vivir en una ciudad que muchos critican, pero tú y tus amigos tienen una perspectiva diferente. Las historias negativas que circulan no coinciden con sus experiencias, y se preguntan si la reputación de Saltillo refleja verdaderamente su realidad. ¿Es ético aceptar una mala reputación sin cuestionarla?

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Para muchos residentes, Saltillo es más que solo un lugar en el mapa. Es parte de su identidad. La aceptación de la mala fama podría afectar no solo cómo se ve la ciudad, sino también la conexión personal de los habitantes con su hogar.

En un esfuerzo por explorar las percepciones de los lectores, en VANGUARDIA nos sumergimos en una encuesta de Facebook para conocer las respuestas de nuestros seguidores a una pregunta crucial: ¿Cuál es aquella “verdad de Saltillo que nadie acepta”? Las respuestas, que superaron los mil comentarios, ofrecen una visión intrigante y reveladora de la relación de la comunidad con su ciudad.

ALGUNOS DESCUBRIMIENTOS

Contraste de opiniones: La diversidad de respuestas revela la variedad de opiniones dentro de la comunidad. Mientras algunos destacan aspectos negativos, otros insisten en encontrar lo positivo en medio de la controversia.

Identidad y orgullo: Muchas respuestas reflejan una resistencia a aceptar la mala fama. Los participantes expresan un fuerte sentido de identidad y orgullo por Saltillo, incluso en medio de las críticas.

La búsqueda de lo positivo: Al rechazar la mala fama, los residentes están adoptando una perspectiva optimista. Están decididos a encontrar lo bueno en su ciudad y desafiar la narrativa preexistente.

SALTILLO REDEFINE SU NARRATIVA

La encuesta de VANGUARDIA revela que, si bien Saltillo no está exento de desafíos, sus residentes están comprometidos en cambiar la narrativa. Al desafiar estereotipos, la ciudad está forjando su propia identidad, basada en la realidad vivida por sus habitantes y no en las percepciones externas.

En última instancia, Saltillo demuestra que la verdad sobre una ciudad no siempre se encuentra en las historias que circulan, sino en la conexión íntima que sus habitantes tienen con ella. La ciudad desafía su fama negativa, redefiniendo así su propio relato en la encrucijada entre la realidad y la percepción.

ALGUNAS RESPUESTAS

Édgar Omar Puentes Montes dice que Saltillo no vio sus cimientos el 25 de julio de 1577, como se cree comúnmente, y nos explica que la fecha de su fundación fue determinada durante un coloquio de historiadores: “La fecha de fundación se acordó en un coloquio de historiadores alrededor de 1975 y coincidieron que la fecha más ‘apropiada’ era el 25 de julio de 1577 y ‘coincidió’ que correspondía celebrar los 400 años de fundación de Saltillo. Esta versión confirmada por el Archivo Municipal de Saltillo”, asegura nuestro lector.

El Viejo Cascarrabias observa con escepticismo las quejas de los forasteros sobre Saltillo, señalando que, a pesar de sus lamentos, ninguno regresa a su lugar de origen, especialmente los “chirigüillos”.

Ale González defiende la existencia de gente buena en la ciudad: aquellos que desean trabajar, saludan con cortesía, tienen educación vial, no son envidiosos, se enorgullecen de ser saltillenses, no traicionan a sus amigos y contribuyen para las bebidas. Aunque no los conoce personalmente, está convencido de que deben existir. Actualiza su comentario al reconocer que, de hecho, conoce a personas amigables, aunque son forasteras... Sin embargo, rectifica rápidamente su broma, afirmando que también hay lugareños amigables.

César Banda Gutman critica el estado de la obra pública en la ciudad, la falta de cortesía al conducir, la urgencia de llegar a todos lados en cinco minutos, la ausencia de transporte público y la programación de desfiles durante las horas pico entre semana.

Pascual Escandón opina que, lamentablemente hasta el momento, Saltillo no tiene una relevancia significativa a nivel nacional.

Gerardo Jerryz sugiere que los fundadores de la ciudad eran judíos, conectando el pasado de la ciudad con su herencia.

Lucía Pérez Paz comparte la creencia de que Zapalinamé fue “un indio”.

$!Una imagen de Saltillo según Geroca, en su exposición “Apuntes de un Transeúnte”.

Diana Santana denuncia la corrupción y la malversación de fondos por parte de los políticos locales, señalando problemas como la deuda estatal y la falta de mantenimiento de las calles.

Felipe Blanco señala problemas específicos, como un sistema de drenaje pluvial obsoleto.

Édgar Garza compara irónicamente a Saltillo con “Saltiyork”, concluyendo que nunca será comparable a Nueva York.

José Cristán Siller, entusiasta de los tacos de mano negra, proclama que son la salvación después de una buena peda, mientras Javier Molgado advierte sobre saludos sospechosos. Humberto Cavazos, a pesar de las opiniones divergentes, defiende a Saltillo como un lugar excelente para educar a una familia y crecer personalmente.

Martha Mónica Rosales, nostálgica, confiesa que siempre extraña la sierra y los cerros de esta ciudad hermosa cuando viaja a otros lugares. Nely Gutiérrez proclama con orgullo que Saltillo es la capital del bello estado de Coahuila, tierra de dinosaurios, una ciudad industrial con plusvalía de primer mundo. Patricia Hernandez destaca su belleza y maravilloso clima, mientras Ma. Gpe. Pacheco la considera una tierra próspera y bendecida.

Tere Alor, enamorada de Saltillo, la describe como su segunda casa y elogia a su gente bella y generosa. En contraste, Cristy Alvarado provoca con una opinión contraria, calificando a la ciudad como un rancho grande sobrevalorado.

Édgar Sierra destaca la tendencia de los saltillenses a creer tener la razón absoluta, mientras Milena Villa reflexiona sobre la percepción de la gente local, advirtiendo sobre el temblor que causa el nacimiento de ciertos apellidos en la ciudad.

Juan Antonio Treviño Mendoza se enorgullece de la diversidad internacional de Saltillo, mencionando la presencia de personas de diversos países. Ana Torres, en tono humorístico, señala la sordera colectiva frente a los saludos matutinos.

Dany Salas aboga por modernizar las vialidades, criticando la insuficiencia de los puentes existentes. José García Castillo y KariBon Cas expresan sus preocupaciones sobre la habilidad de los conductores y la necesidad de mayor amor y inversión en la ciudad, respectivamente.

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Becerro Rodrigo y Francisco Seg critican la gestión gubernamental y la falta de mejoras, mientras Carlos Adrián López y Alejandro Ramírez mencionan aspectos conservadores y la falta de transporte público adecuado.

María Isabel Cortés destaca la necesidad de transporte público eficiente y lamenta la congestión vehicular. Flob Gerry utiliza la metáfora de un bache para describir la ciudad, mientras Epso Rama revela la naturaleza chismosa de los saltillenses.

Mónica De Valle Tovar presenta una imagen crítica de la ciudad, describiéndola como un “ranchote” con áreas descuidadas. Fco Guillermo Guti sugiere que siempre estará detrás de Torreón, y Rafa Bon destaca la contradicción entre el nivel de cultura y la falta de educación y respeto.

Finalmente, Rodrigo Flores Dewey, opina: “Me encantó esta encuesta, aunque hice mi buen de crítica en Saltillo, hay gente muy valiosa, que no sale por ahí diciendo ‘aquí estoy’, porque es como las tunas: espinoza por fuera pero rica y deliciosa por dentro. Solo el conocedor las sabe descubrir y no son para cualquiera, sino para quien las merezca y no en toda la temporada, solo cuando hay buen clima o se les da la gana”.

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