‘La Pasadita’ de Don Félix, el segundo hogar de los Burros Pardos del Tec de Saltillo

Decenas de generaciones han pasado por la cocina de Don Félix y su esposa, Elizabeth Muñiz, y han encontrado un apoyo fraternal en su etapa de estudiantes

Coahuila
/ 2 octubre 2023
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Esta no es la historia de un restaurante donde se gestan los colectivos o manifestaciones, pero sí del lugar que apoyó el plantón del Movimiento Estudiantil del Tec Saltillo y se aconsejó a los jóvenes. “Nomás no caigan en la violencia, respeten todo y actúen con cordura”, les repetía Don Félix Alcalá Pérez como quien repite una plegaria.

La relación entre Don Félix y los jóvenes estudiantes encuentra un punto medio entre el respeto y camaradería.

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$!Don Félix formó parte de la histórica foto de festejo de los Burros Pardos el 27 de septiembre. Se le puede ubicar a la derecha, con su cachucha negra.

Pero, si ustedes no son estudiantes, ex estudiantes o docentes, es probable que ya lo hayan visto. Don Félix formó parte de la histórica foto de festejo de los Burros Pardos el 27 de septiembre.

Tras nueve días de manifestaciones pacífica, la toma de instalaciones y el plantón en el bulevar Venustiano Carranza, el Movimiento Estudiantil llegó a un acuerdo con representantes del Tecnológico Nacional de México y el plantón llegó a su fin.

En la explanada del Tecnológico, donde se detonó el problema estudiantil por haberse colocado las mesas y distribuido bebidas para ver el concierto del Grupo Frontera, ahora sirvió como escenario para la fotografía que inmortalizaría ese momento de triunfo. A la derecha, sentado en los escalones aparece Don Félix. Vestido con un short caqui, playera roja y una gorra negra, como es común verlo en su negocio.

$!En este esfuerzo es clave su esposa, Elizabeth Muñiz. Una señora jovial y hacendosa. Ella y su hermana Diana Patricia son el corazón de La Pasadita.

Don Félix no fue convocado, pasó para ver cómo iban las cosas. Pero decir que su presencia es parte de la casualidad sería erróneo. Él es parte de la comunidad que apoyó el Movimiento.

Sin embargo, el apoyo moral no se limita a este evento. Se extiende a 29 años de trabajo.

La Pasadita de Don Félix se encuentra en medio de las instalaciones del Tec Saltillo. Entre las canchas y los salones está un callejón y justo en medio se encuentra este el restaurante, con mesas rojas y un escritorio donde suele sentarse a despachar.

En las paredes se observa el menú: gorditas, burritos y otras comidas típicas de la región.

Entre los carteles con el menú escrito a mano, están las fotografías de aquellos que pasaron por este lugar en su época de estudiantes y que años más tarde regresan casados, con hijos o hasta con sus papás a recoger sus pasos.

$!Tras un pequeño escritorio con paletas y un cochinito para propinas, Don Félix trata de recordar a los miles de estudiantes que ha visto pasar.

En otras más está Don Félix con estudiantes vistiendo su toga y birrete. “Este título también es suyo. Gracias por alimentarnos y echarnos la mano”, le dicen.

“Cuando vienen aquí trato de atenderlos bien. Cuando llegan de primero, de aconsejarlos. Yo siento que me aprecian y yo también los aprecio a todos porque veo gente llegar y los veo salir”.

Sentado al fondo del restaurante, tras un pequeño escritorio con paletas y un cochinito para propinas, Don Félix trata de recordar a los miles de estudiantes que ha visto pasar por el Tecnológico de Saltillo.

No es una regla, pero yo digo que la mitad del Tec es foránea, por lo que me doy cuenta. La mayoría de la región Carbonífera, de Palaú, Rosita, Castaños, Piedras, Concha del Oro, Parras de la Fuente, de mi pueblo, y otros de Tabasco y Puebla. También me ha tocado gente extranjera de Haití, hondureños o de Perú, y ahora vino una coreana”, platica.

Don Félix hace un esfuerzo por escarbar en la memoria. Después de una pausa, cuenta que recuerda a una joven que, hace años, solía llegar al restaurante con sus amigas. Pero evitaba pedir, y cuando lo hacía solo ordenaba un refresco o comida sin bebida.

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$!En las paredes se observa el menú: gorditas, burritos y otras comidas típicas de la región.

Uno de esos días en que evitaba consumir le llevó un refresco y ella de inmediato lo rechazo. “Yo no lo pedí”, dijo la joven porque no traía dinero. “Nombre, tu tómatelo, para que estés al parejo con tus amigas”, le respondió.

Para Don Félix no es ajena esa condición precaria en donde se estudia con esfuerzo, poco dinero y en una ciudad ajena. Él es un foráneo.

Originario de General Cepeda, su papá lo trajo a Saltillo a los 6 años para que estudiara la primaria.

“Fue muy duro”, dijo. Inclinó la mirada hacia el piso por varios segundos y agregó “Yo no usaba zapatos, sino huaraches. Y cuando llego aquí los otros niños decían ‘mira usa huaraches’. Se burlaban, y mira ahora me va bien, se me multiplicó, y si veo que alguien no trae dinero les ayudo, porque así andaba yo”.

$!La Pasadita de Don Félix se encuentra en medio de las instalaciones del Tec Saltillo.

Aunque no fue fácil, logró terminar su educación básica y superior. En la primaria, antes de los 12 años, logró destacar en futbol. Ya en la adolescencia jugaba en Torreón. Fue tanto su éxito que representó a Coahuila en juegos nacionales. Y luego seguía como veterano. Jugó durante 45 años.

“Fui seleccionado coahuilense dos años. Jugaba en la nacional, y yo pensaba cómo alguien que viene como yo de un rancho, va a representar al estado”, comentó asombrado de sus logros.

“Fui a jugar al estadio Azteca cuando tenía 16 años”, añadió con nostalgia.

Don Félix se refleja en cada joven. Es de su infancia y adolescencia de donde nace la empatía por los estudiantes, los entiende, y sabe que el camino no es fácil, pero la constancia siempre trae su recompensa.

Sabe que cada persona debe vivir su historia y transcender sus problemas, pero si puede aligerar el camino los ayuda.

Sin embargo, en este esfuerzo es clave su esposa, Elizabeth Muñiz. Una señora jovial y hacendosa. Ella y su hermana Diana Patricia son el corazón de La Pasadita. Dan el toque y sazón a cada platillo.

“Sin ellas no soy nada”, dice Don Félix mientras su esposa se encuentra en la etapa de cierre.

$!Don Félix se refleja en cada joven que ha comido en su restaurante.

Es así como cobra sentido esta cadena de apoyo y empatía.

Con el apoyo de su esposa, es que Don Félix hace equipo para sacar adelante el negocio familiar. Y con el apoyo desinteresado de este matrimonio, es que los Burros Pardos han encontrado un segundo hogar.

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