Mujeres coahuilenses en la industria: Isis Jiménez y el reto de impulsar su liderazgo en el sector
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Neutralizar la presencia de mujeres en la industria va más allá de un simple asunto de derechos humanos e igualdad. Es una cuestión fundamental para garantizar la competitividad y ganar eficiencia en las empresas.
Esta rotunda declaración de principios procede del informe “Dimensión de Género” de UNIDO, la Organización para el Desarrollo Industrial de las Naciones Unidas.
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El documento recalca que las mujeres aportan diferentes estrategias para asumir y manejar riesgos, además de que cuentan con un “zumo” de creatividad.
La UNIDO también insiste en que, para hablar de auténtica igualdad laboral, hombres y mujeres deben ser iguales en derechos, oportunidades, responsabilidades y remuneración.
Isis Jiménez, encargada del laboratorio industrial de Sanhua Automotive planta Ramos Arizpe, considera que la participación de las mujeres en la industria está todavía lejos de ser paritaria y le encuentra algunas áreas de oportunidad.
“En realidad sí es un ámbito muy de hombres, no hay muchas mujeres aquí en la planta, pero personalmente agradezco que no he llegado a sentir ninguna diferencia o limitante, lo que sí siento es una presión individual de tratar de desempeñar un buen papel, que mis compañeros estén contentos con mi trabajo precisamente para abrirle las puertas a más mujeres, no cerrarla”, expone Isis.
Señala que “hay ocasiones que los hombres se cierran a la posibilidad de trabajar con mujeres debido a conflictos o situaciones que se dan por el hecho de que las mujeres suelen ser más emocionales”.
“Mi puesto fue uno completamente nuevo porque el laboratorio acaba de iniciar, a mí me contrataron para arrancarlo, yo tengo un posgrado y creo que por eso se me contrató, por mi capacidad de trabajar bajo presión y de dar soluciones. Mi jefe hasta ahora ha sido muy amable, nunca ha tenido algún problema con el tema de que soy mujer, pero sí soy la única mujer del laboratorio”, explicó.
Pese a esto, reconoció que muchas veces se requiere del apoyo de los hombres cuando, por ejemplo, se necesita cortar alguna pieza, mover o cargar cosas.
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“Obviamente en estos casos yo necesito la ayuda de un hombre, la limitante es física, no es un tema de discriminación ni segregación, es algo real y natural que ocurre en el área de trabajo”, señaló.
En cuanto a su experiencia profesional, dijo que realizó sus primeros pininos en el laboratorio de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), su alma mater.
“Soy Ingeniero Químico y tengo un posgrado en Polímeros, me tocó incursionar en la industria y la verdad sí fue algo difícil porque yo venía del ámbito de la investigación y sin experiencia, hubo muchos retos, empezando porque no querían darme trabajo, me decían que tenía muchos estudios, mucho potencial, pero sentían que tenían que darme crecimiento laboral muy rápido, mucha gente se limitaba”.
“En la industria no es tan bien visto que la gente venga de la investigación, son muy pocos puestos en los que puedes caber, entonces sí hay que tratar de estar preparados, de tocar muchas puertas, pero hacer esta incursión si es muy difícil”, mencionó.
Por otro lado, desde que ingresó al laboratorio industrial, ha notado que su carácter se ha forjado de una manera más dura, si así pudiera decirse.
“Mi reto personal ha sido el tema de carácter. Mi esposo ha sido como mi mentor en esto porque me ha tocado ser más fría, más cruda, menos sentimental, sí me ha tocado cambiar esta parte en la industria, es un cambio que he visto mucho en mí. Me he dado cuenta de que los hombres son más crudos y más reales, no te dicen las cosas en mal plan, simplemente como son y tú tienes que aprenderlo a ver como es, no tomarlo personal ni que te afecte”, concluyó la entrevistada.