Panadería La Crema de Saltillo... y los panes que dejaron de producirse para no dejar de ser competitivos
Don José comenzó su carrera como repartidor a los 8 años y hoy, a sus 85, sigue al frente de La Crema, su querida panadería
Desde 1965, la panadería La Crema, ubicada casi en la esquina de Victoria y Acuña, ha sido un ícono de la Zona Centro de Saltillo. Este establecimiento, conocido por su delicioso olor a pan recién hecho, ha deleitado a generaciones de saltillenses con su amplia variedad de panes artesanales.
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LA CREMA, UNA JOYA TRADICIONAL ESCONDIDA EN LA ZONA CENTRO DE SALTILLO
El propietario de La Crema, don José García Cruz, comenzó su carrera en la panadería a los 8 años como repartidor en “La Azteca”, situada en la calle Xicoténcatl. Hoy, a sus 85 años, Don José sigue al frente de su panadería, continuando una tradición que comenzó por necesidad tras quedar huérfano de padre y hacerse cargo de su madre.
“Desde chiquito fui panadero y siempre quise tener mi propia panadería, un lugar donde hacer el pan que tanto me gusta”, comentó don José a VANGUARDIA. Con esfuerzo y dedicación, logró fundar La Crema, un negocio que ha visto evolucionar el gusto de los consumidores a lo largo de las décadas.
La Crema no solo deleitó a Saltillo con sus tres sucursales, de las cuales solo se mantiene la ubicada en Acuña, sino que don José tuvo la oportunidad de expandirse a tierras neoleonesas durante un tiempo. Sin embargo, buscando darle la mejor atención a su clientela, decidió volver a la matriz de las sucursales en el Centro de Saltillo.
CAMBIOS EN LOS HÁBITOS DE CONSUMO DE LOS SALTILLENSES
De los más de 50 tipos de panes que se preparaban originalmente en, solo unos pocos han permanecido en el menú diario, como el baguette, las orejas, las donas y las conchas. Este cambio responde, en parte, al aumento del consumo de pan en grandes comercios como Costco, Alsuper Fresh y más, que ofrecen productos con mayor inmediatez.
“A pesar de que la gente ya nos conoce, la competencia es dura. Muchos clientes prefieren la comodidad de comprar en grandes tiendas, aunque nuestro pan recién hecho tiene una calidad y sabor que no se encuentra en esos lugares”, comentó don José, quien ha visto evolucionar la industria panadera desde que el pan se preparaba a mano hasta la integración de la maquinaria para su realización.
“De los panes que nos caracterizaban, ya solo se realizan unos pocos, sobre todo por lo laborioso del proceso. Incluso, muchos panaderos ya no los saben hacer. Además, muchas panaderías quieren las cosas rápido”, comentó mientras señalaba panes tradicionales que han quedado en el olvido, como el corazón, la novia, las rejas y los triángulos, mismos que se exhiben en un póster donde se lee “La artesanía de los panaderos mexicanos y... el pan nuestro de cada día.”
LOS CONSERVADORES Y LA SALUD, CRECIENTE PREOCUPACIÓN
El incremento del consumo de pan en grandes comercios ha llevado a un uso masivo de conservadores, un tema que preocupa a los expertos en nutrición. Pues el pan industrial suele contener aditivos que prolongan su vida útil, pero pueden tener efectos negativos en la salud.
Identificar estos conservadores no siempre es fácil, ya que muchas panaderías comerciales no detallan sus ingredientes. Por lo que optar por un pan artesanal, como el de La Crema, donde se puede garantizar que el producto es fresco y sin conservadores, es más recomendable.
Así, La Crema ofrecen una alternativa saludable y deliciosa para quienes valoran el sabor auténtico del pan recién hecho.
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