Coahuila: Muro flotante en el Río Bravo crece; Trump planea extenderlo 27 km

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Estados Unidos ampliará a 27 kilómetros el muro flotante en la frontera con México; el plan retoma y multiplica una medida impulsada por Texas que generó tensiones diplomáticas. Coahuila, una de las entidades colindantes con el Río Bravo, vuelve al centro del debate.
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La administración del expresidente Donald Trump planea instalar una barrera flotante de 27 kilómetros sobre el cauce del Río Bravo, en lo que representa una extensión significativa del polémico proyecto impulsado originalmente por el gobernador de Texas, Greg Abbott, en 2023.
De acuerdo con el diario The Washington Examiner, el nuevo tramo estaría ubicado en el Valle del Río Grande, una región históricamente marcada por altos índices de cruces irregulares desde territorio mexicano hacia Estados Unidos.
Cuatro funcionarios con conocimiento directo del plan indicaron que la construcción comenzará en las próximas semanas, lo que marcaría una reactivación agresiva de las políticas de contención fronteriza que caracterizan el mandato de Trump.
La iniciativa toma como referencia el piloto texano del año 2023, cuando se instalaron boyas entre Eagle Pass, Texas, y Piedras Negras, Coahuila. Aquella acción derivó en un enfrentamiento diplomático con el Gobierno mexicano, que denunció la violación de tratados internacionales sobre ríos fronterizos.
Las primeras boyas fueron colocadas en el verano de 2023, cubriendo más de 4.5 kilómetros al sur de Eagle Pass, a la altura del rancho La Nogalera.
El Río Bravo, que sirve como límite natural entre México y Estados Unidos, atraviesa buena parte del norte del país y es un punto clave en la frontera de Coahuila con Texas. Las medidas unilaterales tomadas en este cauce afectan directamente a la región, ya que no solo impactan la movilidad y la seguridad, sino también las relaciones binacionales en zonas como Piedras Negras, Acuña y Guerrero, donde el intercambio económico y humano con Texas es constante.
El regreso de Trump al escenario político y sus posturas de línea dura sobre migración han renovado los temores sobre una posible militarización de la frontera y un endurecimiento en las relaciones bilaterales, con efectos directos en los estados mexicanos fronterizos como Coahuila.